Este capítulo contiene fuerte contenido adulto (sexual), leen bajo su responsabilidad.
Están advertidos.
—Alexa –sentí que me sacudieron.— Alexa, despierta.
—No quiero –me arropé la cabeza ignorando a Bianca.
—Es hora de ir a trabajar, querida, yo tampoco quiero, pero es lo que toca –me desarropé y la miré mal.
—Eres desagradable.
—Muy bonita también, añade eso –salió del cuarto.
Me alisté con rapidez, planeaba visitar a Ryder en el hospital antes de llegar al trabajo, así no llegaría más tarde de lo que ya estoy.
Una vez estuve lista salí del cuarto, encontrándome a Matías y Bianca en la cocina.
—Así que hoy te toca a ti cuidar de nosotras –comenté mientras me atragantaba con un trozo de pan.
—Si por mi fuera lo hiciera todos los días solo por estar con la bonita –señaló a Bianca.— tú también eres bonita, no...–agregó rápidamente, pero le interrumpí.
—Entiendo lo que quieres decir –dije divertida.— antes de ir a la biblioteca pasaré por el hospital a ver a Ryder –avisé.
—El chico es fuerte, yo no habría aguantado tantos golpes –comentó Matías, Bianca y yo lo miramos horrorizadas.— no me mires así, tú eres la novia de la bestia –me dijo a la defensiva.— y tú eres su amiga –le dijo a Bianca.
—Si, y tú eres uno de sus mejores amigos, todos estamos en el hoyo –dijo Bianca.— andando, debemos irnos.
Los tres, salimos de la casa y Matías condujo hacia el hospital, primero me llevaría a mi y luego a Bianca. El camino fue un trayecto tranquilo, claro, obviando las bromas de doble sentido que se traían Bianca y Matías. Hicimos una pequeña parada para comprarle un regalito a Ryder, luego seguimos hacia nuestro destino.
—Gracias –dije cuando llegamos.— cuando salga me iré en un taxi.
—Oh, claro que no, me llamas –dijo Matías en tono firme.— si algo te llega a pasar Lítost me despelleja vivo.
—Vale, lo haré –giré los ojos.— y él no te despellejaría, más fácil te saca los órganos –bromeé antes de salir del coche.
Siendo sincera, no me molestaba lo que mi novio era capaz de hacer, tampoco me emocionaba, pero él era así y yo no podía hacerle cambiar.
Entré al hospital y llegué hasta la habitación de mi amigo.
—Hey, te ves mucho mejor –dije al verlo.
—¡Alabado sea el señor! –exclamó. Reímos.— ¿y esas flores? –preguntó incrédulo.
—Son tuyas –se las di.— ¿te gustan?
—Me encantan, al fin esta habitación tendrá algo de color –dijo feliz.— gracias.
—No se merecen.
Ryder se me quedó mirando, parecía como si estuviera analizando mi rostro.
—¿Tengo algo en la cara? –toqué mi rostro.
—Nada, solo que ahora tus ojos poseen un brillo que no estaba ahí antes –dijo como si nada.
—¿Ah si?
—Si –sonrió malicioso.
—Las máquinas expendedoras son un asco... –un chico entró al cuarto, callándose a si mismo al percatarse de mi presencia.— oh, lo siento, hola –tendió su mano.— soy Noel, amigo de Ryder, tú debes ser Alexa –estreché su mano.
ESTÁS LEYENDO
Lítost
Teen Fiction"Luego de todo lo que hemos pasado, no había forma de que yo me permitiera perderlo. Él se había metido en mi cuerpo como una bala sin salida, y haría todo lo que fuera por mantenerlo conmigo. Y ahí surgió una pregunta en mi cabeza: ¿Sería capaz de...