Nota de autora: por si nadie te lo ha dicho hoy (o nunca): te quiero, gracias por estar a pesar de mis bajas, gracias por siempre mantenerte conmigo. Te juro que no sabes lo feliz que me haces que estés aquí, gracias por existir y darme cabida en tu vida.
Soy una cosita sensible jaja, pero de verdad no me canso de agradecerles que estén aquí, realmente no puedo creer que he llegado tan lejos (no ha sido tanto, pero es un pequeño avance para una persona como yo que no planifica lo que escribe), y también que si no son importantes para X persona para mi si.
Besos xoxo.
—Hey, estoy aquí –Alexander llegó sonriente a la habitación con ambas manos llenas de bolsas de comida.
—Sí, Paulina, él ya llegó, deja te lo paso.
Al escuchar el nombre que salió de mis labios su rostro perdió todo el color, de la misma forma que la sonrisa que poseía hace unos segundos. Le pasé el teléfono y empecé a vestirme.
Mientras me vestía hice de cuenta que nada a mi alrededor existía, estaba pensando cualquier otra cosa que no sea lo que acababa de pasar y lo que eso revelaba.
—Te llamó luego –le escuché decir.
Seguido de eso escuché sus pasos acercarse hacia mi, y sentí como me tomaba del brazo para darme vuelta. Algo que yo esperaba que hiciera.
Pum.
Estrellé mi puño contra su nariz en cuanto me dio la vuelta, me sentí victoriosa cuando vi la sangre hacerse presente.
Él me miró en estado de shock y yo me limité a ponerme los zapatos, no dije nada, no planeaba hacerlo, tenía tanta cosas que gritarle que al final no dije nada.
De hecho, no quería gritarle, quería golpearlo.
Y eso hice.
Me giré nuevamente y le di un puñetazo en el estómago y luego otro y otro hasta que me quedé y sin fuerzas.
Me desvanecí en el suelo cayendo a sus pies, tenía ganas de llorar, pero me obligué no derramar ni una sola delante suyo. No le demostraría nada.
Quería seguir golpeándolo a pesar de que era consciente de que mis golpes no le hacían nada, pero quería desahogarme, estaba tan molesta conmigo misma por dejarme engañar, por ser tan ilusa y tan ingenua ante él.
—Alexa...
—Ya veo por qué no querías decirme lo qué pasó –murmuré.— antes de ayer estabas con ella, ¿no es así? –lo miré. Él desvió la mirada y asintió.
De pronto, un pequeño bombillo se encendió sobre mi cabeza recordándome algo.
—Y el día de nuestro cumpleaños...–hablé entre dientes.— ¿estabas con ella?
Él me miró, no hubo falta que asintiera o respondiera. Ya sabía la respuesta.
—Al final, siempre fue ella –sonreí sin ganas.— tenías que decírmelo, yo hubiera entendido...
—Alexa...
—No, enserio, ella es tu primer amor y se que al volver a verla renacieron muchos sentimientos, no hay problema de verdad –dije calmada.— aquí el problema es que me engañaste, me viste la cara ¡y me juraste que ya no habían secretos! –grité.— ¿te divertía estar con las dos, eh? ¡Dime, maldito, cobarde! –lo golpeé en el pecho.
—Alexa...
—¡Yo no les iba a estorbar! ¡Me hubiera hecho a un lado para que fueran felices! ¡Pero yo no me merecía esto que estoy sintiendo en este momento! –grité con dolor.— te amo tanto que me hubiera alejado por completo si ella era tu felicidad –murmuré.— ¿ves? No soy tan mala persona como para merecerme lo que me hiciste –sollocé.
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Lítost
Teen Fiction"Luego de todo lo que hemos pasado, no había forma de que yo me permitiera perderlo. Él se había metido en mi cuerpo como una bala sin salida, y haría todo lo que fuera por mantenerlo conmigo. Y ahí surgió una pregunta en mi cabeza: ¿Sería capaz de...