Capítulo 27

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ALEXANDER'S POV:

Hacían cinco minutos que Alexa se había quedado dormida, yo me quedé mirando como su pecho subía y bajaba con tranquilidad, ella se veía tan serena y en calma que me prometí a mi mismo acabar con la vida de todo aquel que atente contra esos sentimientos en ella.

Salí del cuarto con cuidado de no hacer ruido y fui con los chicos.

—Hey, llegó el pequeño conejo –dijo Marco con diversión. Giré los ojos.

—Tengo que ir con Lizárraga, necesito empezar a mover mis piezas –dije sentándome con ellos.

—Creí que no dejarías a Alexa sola –comentó Dante.

—Solo será por una hora, dos cuando mucho, además, está con ustedes –dije.— no me gusta, pero siento que debemos empezar desde ya con nuestro plan.

—¿Y cómo sabes de que no te seguirán? Peinamos el vecindario y no vimos nada sospechoso ni tan tranquilo como para formar un indicio, pero esos bastardos son inteligentes y quién sabe si tienen un haz bajo la manga –dijo Matías.

—Tenemos el túnel, ¿no es así? –Dante asintió.

—Eres un cabrón demasiado listo –dijo en tono jocoso.— ¿te vas ya? –asentí.— la moto está donde siempre, ¿tienes las llaves?

—Nunca las suelto –dije altanero. Dante giró los ojos.— cuídenla con su vida, de lo contrario la pagarán –les dije.

—Esa chica es lo suficientemente fuerte e inteligente como para cuidarse por sí misma, creo que es hasta más fuerte que todos nosotros juntos –dijo Marco.— pero no le digan que dije esto, ella es molesta –reí.— la cuidaremos –aseguró.

—Vale –dije.

Los chicos me ayudaron a levantar la tapa gigante que escondía el túnel que habíamos construido. Cada uno de nosotros tenía un túnel en nuestras casas, en caso de emergencia por si éramos perseguidos y andábamos en apuros.

Una vez dentro del túnel, encendí la linterna de mi teléfono para ver por donde iba. Me esperaban unos tres kilómetros hasta llegar hasta la bodega donde se encontraba mi moto.

Al igual que este túnel, los otros también daban a bodegas cercanas a nuestras casas, como también a otras casas y establecimientos comerciales. No éramos principiantes, sabíamos lo que hacíamos y éramos conscientes de que no era seguro que los túneles dieran a un solo lugar. De manera que, si eran descubiertos, quienes nos perseguían se pasarían un buen rato tratando de encontrarnos, y eso nos daba un tiempo considerable para ponernos a salvo.

Así como también sus entradas eran tan inocentes al ojo público, que era casi imposible que se percataran lo que había detrás de ellas.

Lo que había sucedido hoy no volvería a pasar, no lo permitiría. No dejaría que Alexa se exponga al peligro de esa manera nunca más.

Sinceramente, después de lo de mi familia, mi vida dejó de importarme. No me importaba lo que me pasara, si me cortaban un brazo o perdía la vida, pero ahora tengo a alguien a quien le importo y ella me importa a mi, tengo un motivo por el cual luchar cada día por un día más.

Y hoy, ella se arriesgó mucho salvándome, y es algo que nunca nadie había hecho antes por mi. Quiero decir, claro que Dante y los chicos me han salvado el trasero varías veces, pero Alexa se fue de lleno sin importarme lo que pudiera pasarle.

Y eso no me gustó.

Es decir, agradezco que me haya salvado, pero no que ella se haya arriesgado tanto, de sólo pensar en el hecho de que yo pude sobrevivir y ella no, me daban ganas de vomitar. Ella era valiente y fuerte, eso si, pero no sé qué sería de mi vida si ella me llegase a faltar.

LítostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora