capítulo 67

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Ai Ziyu estuvo en el hospital esa noche, He Zhishu no ha despertado.
Durante el período de inspección, la voz molesta de un médico continuaba hablándole
insistentemente como si hubiera llegado a una conclusión final... Pero Ai lo ignoró.
—Lo siento, también soy doctor.
Lo que necesitaba no era medicina o hechos... Sino paz. Solamente espera que el corazón no
le duela tanto cuando pase.
Ai Ziyu se sentó en la cama por la madrugada y vio a He Zhishu varias veces. No se atrevió a
moverse ni tuvo algún tipo de problema emocional. Simplemente, miró la cara de esa
persona y se preguntó por qué estaría tan pálido y se preguntó también, cuánto dolor podría
soportar en su corazón. ¿Es este mundo demasiado cruel para un hombre tan maravilloso
como él?
A las 5 de la mañana, Ai Ziyu estaba sentado solo en el banco del pasillo del hospital, y el
timbre del teléfono móvil comenzó a sonar. Ai Ziyu, fue despertado por un número
desconocido.
—Oye, ¿qué tal? Soy yo, Jiang Wenxu.
La voz masculina del otro lado del auricular era baja y constante, pero estaba también
inmensamente quebrada:
—No te atrevas a colgar.
Ai Ziyu se burló:
—¿Por qué saliste de prisión?
Jiang Wenxu tosió varias veces:
—Estoy llamando para... Suplicar.
Jiang Wenxu rara vez dijo esa palabra en su vida. Quiere ser fuerte y mantener en alto esa
orgullosa arrogancia que adquirió desde que era muy joven. Pero... Puede aguantar por He
Zhishu.
Es sorprendente cuando las personas que nunca han inclinado la cabeza comienzan a rogar.
—Si me lo entregas, voy a curarlo para ti. —Hubo una nueva tos—. Le daré el mejor médico
de Beijing. El equipo más avanzado. Es mejor que cualquier cosa que puedas encontrar en Hangzhou...
—Mi hermano puede darme 20 millones ahora si se los pido. —Ai Ziyu interrumpió sus
palabras con frialdad—. Darle las mejores condiciones médicas. ¿Crees que no puedo
hacerlo? Puedo comprar el hospital que estás preparando en Beijing, puedo comprar tu
maldita empresa—. Ai Ziyu sonrió y dijo—: Tú, cuando estabas con él, lo dejabas solo y ahora
quieres que vuelva a ti. ¿Crees que el mundo está girando a tu alrededor?
El teléfono estuvo en silencio por un largo tiempo, pero la voz volvió a sonar con algo de
tristeza acumulada:
—Lo quiero mucho, no puedo vivir sin él... —Jiang Wenxu ya no se preocupa de perder su
dignidad con el enemigo—. Sé que estuve mal.
Ai Ziyu miró la fría nieve a través de la ventana del hospital. La pared blanca, la punta de su
nariz llena de un fuerte olor a desinfectante, y su corazón, deprimiéndose cada vez más:
—Estás equivocado, siempre estuviste equivocado, pero ahora tu corazón descubre que
además estuvo enamorado. ¿Quieres hacer algo? Si puedes decirme sinceramente que
encontraste la médula ósea que coincide con He Zhishu, voy a enviarlo directamente a
Beijing.
Ai Ziyu mira bruscamente hacia abajo.
—No puedo hacerlo —dijo—. Le pregunté al hijo del alcalde Li Zhiqi y dijo que ya era muy
tarde. Preferiría que lo hicieras tú. No importa lo poderoso que sea. ¡Eres un médico! ¡Puedes
convencerlo para que te regrese la médula ósea! —Jiang Wenxu estaba llorando sobre el
celular para cuando Ai Ziyu colgó. Por un momento, pensó que era un pez con la pecera rota
y esperó a que el aire lo secara. Su cerebro carece de oxígeno y tiene un lío enorme dentro de
él.
Recuerda ese día y no lo olvida nunca. Llegó a casa temprano con una enorme sonrisa de
satisfacción porque le había conseguido la médula a Li... Jiang Wenxu pensó de nuevo, ¿de
qué se alegró tanto ese día?
«Es el amante del hijo del alcalde, y esa puede ser la manera de que él pueda apostar por
mí y volverme su socio». Pensó.
¡Es triste y absolutamente ridículo!
Jiang Wenxu estaba agotado y se abrazó a sí mismo sobre el sofá, su pecho ondulaba. Un
ataque terrible de tos lo sacudió, pero Jiang no acudió a la medicina. Se dejó temblar de
dolor, observando el techo con ojos borrosos.
Él siempre está feliz de no ser feliz.
✤✤✤✤✤✤
Ai Ziyu cuelga el teléfono tras la primera explosión de dolor. No ha descansado por dos días,
y Jiang Wenxu llama para hacerlo sentir peor todavía.
Miró el reloj a las cinco y media. Después de pensarlo con calma, decidió realizar su propia
llamada. Temía que no pudiera despertarse después del amanecer.
—¿Qué?
El sonido nasal de Ai Ziqian, era borroso y ligero. Ai Ziyu aparentemente había logrado
interrumpir un sueño estable.
—Hermano, soy yo...
Ai Ziyu sabe que Jiang Wenxu definitivamente irá por Ziqian también. Es mejor que le hable
primero.
—¿Ziyu? —La voz de Ai Ziqian era muy baja, pero se estabilizó después de unos pocos
segundos. Lo conoce demasiado como para saber que incluso ya se levantó de la cama—.
Estuve llamándote todo el día de ayer pero nunca contestaste ¡Imbécil!
—Lo siento hermano... Solo, quería preguntarte si Jiang Wenxu te había buscado...
—No he tenido tiempo para eso, mi esposa está embarazada. —Ai Ziqian interrumpió las
palabras de Ai Ziyu—: Tal vez por eso estuvo actuando tan extraña últimamente, no lo sé...
Mamá parece muy emocionada por el bebé así que, no te preocupes por mantenerte en
contacto con nosotros. Toma el tiempo que necesites para... Ya sabes.
Ai Ziyu comprendió de inmediato que el corazón de Ziqian era cálido:
—Hermano, gracias...
—No tienes que preocuparte por Jiang ahora, tienes un hermano fantástico en casa que va a
solucionar todos tus problemas mientras tú te ocupas de poner en orden tus sentimientos—.
Ai Ziqian dijo amablemente—: Las cosas que ocurran a partir de ahora, las recordarás por
siempre y te ayudarán a seguir adelante cuando sientas que ya no puedes más. Hermano...
Voy a estar aquí siempre para ti porque eres la persona más importante en mi corazón. ¿Está
bien?
Ai Ziyu apartó el teléfono y cerró los ojos que ya estaban poniéndose rojos. Su corazón se
sentía caliente.

Pensó que He Zhishu y él probablemente podían tener un período de estabilidad.

Los diez años en que más te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora