capítulo 17

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He Zhishu hace un enorme esfuerzo por caminar correctamente, Ai Ziyu lo lleva con lentitud
a su oficina. Lo sostiene del brazo, le acaricia la espalda. En todo el camino, no hay palabras
que puedan describir los sentimientos pulsantes de Ai Ziyu. Nadie puede saber lo mucho que
le duele ni lo mucho que deseaba que ya se terminara.
El rostro de He Zhishu tiene el mismo color blanco de las sábanas en la cama individual, sus
ojos están vacíos y parece incluso estar respirando con mucha dificultad. Ai Ziyu le sirve una
taza de agua caliente:
—¿Quieres intentar beber un poco?
Zhishu se queda inmóvil. Después de un rato, tragó saliva y susurró:
—Tengo un poco de frío...
Ai Ziyu está atónito. No descansa a menudo aquí por lo que no tiene ni una sola manta para
cubrir a He Zhishu. Lo mejor que puede conseguirle, es su propia chaqueta gruesa de lana de
borrego.
Lo cubre, le extiende las manos, le frota los dedos y retira el primer botón de su pantalón...
La prenda se adhiere dócilmente a sus delgadas curvas, lo que muestra una belleza muy frágil
y extrañamente etérea. Ai Ziyu, se siente un poco apenado por pensarlo.
—Tu condición física no es buena ¿Puedes recapacitar y pensar en la posibilidad de una
hospitalización? —Ai Ziyu se sentó al lado de He Zhishu, y pensó por un momento antes de
volver a abrir la boca—: No puedes hacerlo tú solo. Es mejor decirle a tu pareja y a tus
familiares. Estás demasiado débil como para mantenerte a ti mismo.
Las cejas de He suben lentamente, un suspiro de frustración escapa de sus labios. Parece
próximo a comenzar a temblar. Aunque las emociones de Ai por los pacientes siempre están
debidamente contenidas, está vez y tras sacudir la cabeza con suavidad, le sostiene de los
hombros y le dice:
—Pero si no estás hospitalizado, puedes apoyarte en mí cuando sea.
Si amas a alguien a ese extremo, no puedes vivir por él, pero puedes estar dispuesto a morir
en su nombre. Sabe que no puede convencerlo de inmediato, por lo que solo le queda seguirle
la corriente.
Si tiene la suerte de morir temprano, su amor terminará temprano también.
El médico se dio cuenta repentinamente de que la vida de He Zhishu no era tan simple como
lo imaginaba, pero no puede encontrar una pista sobre ello y es aún más difícil que le pregunte en persona.
Cuando He despierta, sabe que le ha ocasionado demasiados problemas a Ai por un solo día,
y ya que se encuentra en mejores condiciones, se inclina, se disculpa y le da las gracias a Ai
por su excelente cortesía y su extrema amabilidad.
—Te llamaré cuando sea el momento del próximo tratamiento.
Ai Ziyu no puede quedarse con él por más tiempo, así que intenta ser lo suficientemente claro
antes de dejarlo partir.
Ai Ziyu lo pensó y repentinamente, se vio embargado por la tristeza. Su rostro había perdido
la sutileza y He Zhishu lo miró entonces con curiosidad. Después de un rato, Ai Ziyu dijo:
—Tienes que dejar de tener una vida sexual tan activa. Tu cuerpo no va a soportarlo.
He Zhishu siente vergüenza, pero la preocupación que le demuestra es suficiente como para
llenarle con un poco de calor el corazón.
Por el contrario, el de Ai está completamente destrozado.
✤✤✤✤✤✤
Después de llegar a casa, He Zhishu se acostó en la cama y permaneció inmóvil el tiempo
suficiente como para reparar en lo que sentía. Vomitó cinco veces, y finalmente, escupió una
amarga masa de bilis de un color verde oscuro.
Los cuatro pequeños gatitos están empapados en leche y maúllan alrededor de He Zhishu.
Un bebé comienza a hacerse bolita en el costado de su cuello, el segundo le está amasando el
pecho... Y la suave sensación de las tiernas y acolchadas almohadillas en la parte inferior de
sus patas, demuestra ser lo que necesitaba para entibiarle el alma.
No es demasiado tarde para cuando Jiang Wenxu regresa. Pensó que no volvería, se siente
ligeramente ansioso por su presencia. Jiang Wenxu parece haber comido algo en el camino,
así que ignora las sobras y pasa de largo por la estufa sin voltear a ver las gachas que se están
entibiando en un sartén.
Jiang Wenxu parece haber recuperado cierto interés en He Zhishu.
Ha comprado un poco de vino para esta noche, y hace feliz a He Zhishu cuando sostiene a un
gatito sobre sus brazos. Le da un beso al segundo y al otro lo deja medio adormecido sobre el
sillón.
Jiang Wenxu tiene tan buena condición como un lobo joven. Es enérgico pero amoroso
cuando le sostiene junto a su pecho y comienza a marcar un caminillo de besos húmedos por
su cuello.
Las palabras de Ai Ziyu son dejadas de lado...
Trata de seguirle el ritmo bajo sus piernas, y soporta la debilidad y la incomodidad que le está
atacando de pronto todo el cuerpo. Jiang Wenxu utiliza su fuerza feroz para impregnarlo rápido, en todas partes y de todas formas. Sabe que le muerde los labios, siente que le ataca
la garganta. No puede detenerse, no quiere pensar. Quiere placer en lugar de la agonía así
que grita:
—Jiang Ge... Dame... Rápido... ¡Dame más rápido!
El hombre está animado, sus acciones son ahora más inescrupulosas y todavía más agresivas.
Se hunde y se estrella contra el cuerpo delgado que está debajo del suyo, le llena de mordidas
de la cabeza a los pies. Excitado, embriagado, feliz...
Al final, Jiang Wenxu eyacula dentro de He Zhishu, susurrando al oído de He un único
nombre:
—... Shen. Oh, Shen...
El corazón de He Zhishu se desgasta, sangra, duele y se rompe en un instante.
—Yo no soy Shen.

Los diez años en que más te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora