capitulo 12: Disculpa

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Kendra.

Caminaba por los pasillos mientras el sol de la tarde del sábado entraba por la puerta que da al patio. Salgo y como de costumbre todos están ahí.

A veces me pregunto qué habría pasado si Ada no estuviera en mi vida, si Ezra no hubiera aparecido. No lo sé y tampoco quisiera averiguarlo, no quiero sobrepensar y tener un episodio. Normalmente arrancaban así, sobrepensaba una situacion que me excedía y ya simplemente me nublaba.

Al llegar con ellos siento la mirada de Killian recaer en mí pero no, que ni lo piense, aún sigo enfadada por lo que hizo.

—¡Hola! ¿que tal? ¿Me extrañaban?—pregunto con una sonrisa en mi cara mirándolos.

—Linda... ¿podemos hablar?, por favor me ignoraste todo el día —Kill se pone delante de mí y con un tono de voz algo suplicante pero niego.

Puede que este exagerando pero realmente su comportamiento fue digno de un idiota. No quiero que se piense que podre perdonarlo con solo un puchero y un lamento.

Acciones, no palabras.

—Apártate, estas interrumpiendo mi visión— digo mirando algo más que no sean sus ojos.

Él me da una sonrisa algo maliciosa, yo sabía que no se rendiría fácil pero no estaba lista para lo que iba a suceder. En cuanto esté en el piso le sacare los ojos.

Y sin previo aviso me carga como saco de papas. Era sabido que iba a hacer algo así pero ¿aquí? ¿En la cafetería? Tal vez quisiera hacerlo en un escenario para llamar más la atención.

—Volvemos en unos minutos, chicos.

Comienzo a moverme para que así me baje, el muy tonto se creía superior por su fuerza pero no me iba a rendir tan facil. No deje de removerme hasta que llegamos a una parte del patio donde estábamos a solas, aún así no me bajó.

—¡Bájame killian! No quiero hablar contigo.

—Calla, hablaremos quieras o no. No voy a perder lo que tenemos, por más que no sea casi nada y solo por un mal entendido.

¿Como no quererlo?, solo escuchar esas últimas palabras ayudaron para que vuelva a caer a sus pies. Miro hacia el piso y me percato que estoy cerca de su trasero.

Wow que trasero Kill, eres toda una perra empoderada, vaya a saber uno como lo mueves.

Río por mis pensamientos y al llegar a un lugar él me baja.

Un chico que estaba ahí comenzó a mirarme aunque la verdad no era algo de lo que me percatara mucho, solo era otro baboso que buscaba acostarse con cualquiera del lugar. O'niell se percata de las miradas, me pone detrás de él.

—Si sigues mirando así a mi chica te juro, por lo que más quieras, que todo a lo que llamas sangre se irá de tu cuerpo—Dicho esto, el chico automáticamente se va con una mueca de miedo implantada en su rostro.

El se da vuelta para mirarme—ahora si.

—¿y eso a qué vino?

—Que me vuelves loco y de la linda manera de expresarlo.

¿Alguien me recuerda como se respira?

Dios me gustaría decirle que el tambien, me encanta, me fascina, me parece hermoso pero no, no Keny, no lo hagas, se fuerte.

-Killian, ¿tu crees que solo por decir un par de cosas bonitas y un acto de celos podrás hacer que te perdone?, con suerte no te besaste a esas chicas.

El niega rápidamente y me mira—yo jamás las besaría ellas... no me gustan, pero tampoco pretendo que me perdones así y ya. Dime que tengo que hacer.

psicosis del amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora