capitulo 13: Nunca

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Adara.

La chica nueva me cae bien, no se la ve mala y siempre tiene intenciones de ayudar aunque a la gran mayoría nos cayó bien, Len últimamente está algo celosa de Thea y Ezra y eso la aleja de nosotros. Justamente de esto estamos hablando con kill.

—No se, no me da buena espina Thea, ¿ya viste ese color de pelo? Parece la hija de maléfica—suelta una pequeña risa—.

Yo niego repitiendo su acción y lo miro—Es una chica muy dulce kill, deberías conocerla mejor.

—Si, claro, lo que digas, Enana.

Acerco mi oído a él fingiendo no haber escuchado para ver si se animaba a repetirlo.—¿como me llamaste?

El se me acerca más— E-na-na.

No voy a ofenderme, no voy a ofenderme.

—Corazón, lo bueno viene en frasco chico.

El ríe negando nuevamente y me miró a los ojos—recuerda que el cianuro es un veneno muy potente y casualmente también viene en un frasco chico—me guiña un ojo—.

Concuerdo con el drena-sangre.

No...no otra vez, joder, perdí las pastillas.

Miro a Killian—Lo siento, debo irme—sonrío leve.

Comienzo a caminar de una forma rápida, sin darme cuenta que alguien estaba frente a mi asi que irremediablemente me choque contra el extraño frente a mi, aunque bueno, cuando lo vi no era tan extraño.

—Hey, Bonita... te estaba buscando, ¿te encuentras bien?

Al verlo, mi cara automáticamente cambia a una de loca enamorada, ¿cómo? Pues no lo sé, pero este hombre me encanta.

—Hola drac, yo... me sentía un poco mal, ya sabes—hago una mueca—.

El sonríe y asiente—bueno pero mira lo que te encontré—me muestra su mano, sonrió con alegría pero con un gran alivio también. Allí se encontraba la caja de mis medicamentos—.

—Eso Bonita, esa sonrisa quería ver—acaricia mi rostro suavemente y yo reacciono cerrando mis ojos con serenidad, gracias a sus caricias—.

—muchas gracias... me haz salvado la vida—susurro para luego sonreír.—

Abro mis ojos y lo veo con una sonrisa algo... ¿cínica?

El no es lo que crees, aléjate.

—¿Qué sucede?

—solo te analizaba, sabias que tienes un lunar... justo aquí—dijo tocando una parte de mi mandíbula—.

Yo solo sonrío y asiento.

Que te vayas de ahí, Adara.

—tomaré una pastilla ahora si no te molesta.

No lo hagas, no la tomes, si la tomas...

Y ella dejó de escucharse porque la pastilla ya estaba en mi organismo, miro a Drac.

—¿Esta todo bien? Parece que te divirtiera verme tomar mi medicamento—suelto una risa leve—.

Drac.

—¿Nunca te enseñaron a no tomar cosas que te dan los extraños?—digo sonriendo juntando mis manos en mi espalda—.

Ella me sonríe con esa inocencia tan notable que tiene— pero tu no eres un extraño para mi—.

Ay Bonita... mira que tierna eres.

—¿Y que te hace creer que me conoces? La verdad pensé que no eras manipulable—

Su cara se desfigura y sonrío—¿tu... tu me manipulaste? Drac... ¿Quien eres?—.

—¿Ves? Tu no me conoces, que sea tierno contigo, no significa que me conozcas—me alejo—no soy un psicópata, no estoy manipulandote de alguna form pero Ada, la próxima vez investiga a la persona a la cual abrazas cuando tienes miedo, porque esa misma persona puede apuñalarte por la espalda. Y no te lo digo de malo, solo quiero cuidarte.

Con esto dicho doy media vuelta y me voy, ¿para qué quedarme? Lo que tuve que decir se lo dije, que ella lo tome como quiera.

Adara.

Escucho cada palabra de Drac y no puedo negar que me generó cierto escalofrío en la espalda.

Tiene razón, pero no quiero pensar en eso ahora.

Adivina quién volvió a conquistar la pista del juego.

Niego cansada de camino dirigiéndome hacia mi pieza y una vez sola, hablo.

—bien, aquí estoy, solo dime que quieres de mi.

No seas inocente, sabes lo que quiero, sabes lo que pasará y sabes que lo lograré.

—No lo se, pero ya quiero que me dejes—ahogo un sollozo—arruinaste mi vida, mi vida la perdí en cuanto apareciste sin que nadie te llame. Podría estar abrazada a mis padres... siendo feliz y estoy aquí, siendo una loca mas del montón.

Aún no entiendes que tu y yo somos lo mismo, terminarás entendiendo todo, debes confiar en mi adara...

—Dejame ser feliz, déjame poder abrazar a Drac y no pensar en...

¿Matarlo?

—Detente... por favor—tomo mi cabeza entre mis manos y cierro los ojos fuertemente pensando que nada es Real.—

Algún día...algún día no pensarás así y ese día, será el fin de todo.

Caigo al piso de rodillas negando—¡jamás estaré de acuerdo contigo!—gritó tomando mi cabeza—.

Narrador Omnisciente.

Mientras la pobre humana lloraba y suplicaba que su voz la deje libre, del otro lado de la puerta una persona reía disfrutando al escuchar sus gritos.

—Ay... Señorita... nunca se sabe en qué momento todo puede cambiar, por eso siempre tenemos que tener controlado el panorama.

El hombre que se encontraba del otro lado comenzó a caminar hacia su lugar de descanso con una sonrisa en sus labios.

—Adara... caíste en el juego.

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Y aquí se termina un capítulo que WOW solo tengo esas palabras.

Me gusto mucho escribir este capítulo porque es el inicio de todo.

Espero que les haya gustado, no se olviden de comentar y votar.

Los quieroo


psicosis del amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora