capitulo 24: Princesa

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Kendra.

Mentiría si dijera que las pastillas que me dio Dion no son de ayuda. Me ayudaron a dormir las noches que ni siquiera podía y se lo agradezco, pero sigo pensando... ¿por qué Blancanieves?. Había pasado una semana más o menos de aquello y no pude sacarmelo de la cabeza.

Es de noche y como todas esta última semana me tomo una de las pastillas, sin embargo, esta vez siento una especie de Mareo al ingerirla. Niego suave descartando la idea de estar por desmayarme... pero no, paso algo peor.

Se me cierra el pecho.

El aire no entra en mis pulmones.

Todo da vueltas.

Un ataque de pánico.

Camino hasta la puerta de forma rápida pero algo torpe y comienzo a golpearla con desesperación.

—¡ayuda! ¡ayuda por favor! ¡no respiro! ¡ataque de pánico!

De pronto la puerta se abre y me encuentro a un... esperen, el no es un guardia.

—Hola Blancanieves.—dice Dion con una sonrisa maliciosa—.

—Ayúdame... Dion... —susurro ya sin casi mantenerme de pie—.

El niega con una sonrisa, lo está disfrutando..

—¿Por qué me dices Blancanieves?—levanto mi vista para ver sus ojos—.

—¿Aún no lo sabes? Yo creí que eras inteligente.

—dímelo.

Dion se acerca a mi de forma peligrosa pero con una sonrisa de burla en su rostro.

—Porque Blancanieves fue envenenada por aceptar algo de quien no conocía.

Trago de forma costosa al escucharlo y me controlo para tratar de respirar—pero...

—Shh... calla, princesa.—dice poniendo su dedo en mis labios—

Y luego de eso ya no pude contestar, caí en un sueño profundo, del cual tal vez solo pueda despertar con un beso de amor verdadero.

Narrador omnisciente.

El chico castaño sostuvo a la chica antes que se caiga al suelo y la cargó para así poner en marcha el plan que él y su superior habían creado.

Este plan consistía en crear una distracción y así configurar los datos. Dion quedaría sin antecedentes y podría volver al piso 1.

El último nombrado caminaba por los oscuros pasillos con la linda chica en sus brazos. Al llegar al punto de encuentro, la persona que se encontraba frente a él lo miraba con sus ojos llenos de triunfo.

—¿Ella está haciendo los cambios?—pregunta el chico que había llevado a la chica durante todo el trayecto—.

El contrario asiente suavemente—volverás al piso 1 y deberás comportarte hasta que te de la señal, estamos cerca de ganar Dion, no lo arruines—dice esto último con algo de resentimiento—.

En ese momento se comenzaron a escuchar las alarmas del piso 3, lo cual quería decir que un interno se había escapado y sí, ese interno era Kendra.

—ya sabes donde ir y donde encontrarnos, suerte Baker—objeta el hombre desde la oscuridad—.

—suerte para ti también, camaleón—dice en tono serio y se da la vuelta para irse—.

Dion pov's

El hombre camaleón, el que puede camuflarse sin que nadie note algo raro, quien es capaz de fingir tan bien que puede filtrarse en cualquier lugar, ambiente, sociedad.

Aquí me encuentro, con Keny en brazos llevándola a la terraza, donde es obvio que una persona con ataques de pánico iría. Busca con desesperación el aire, que este le llegue a los pulmones, por lo que lo más obvio es que esté aquí.

Llevar a cabo este plan me llevó a estudiar todo, los movimientos de los objetivos, sus trastornos, sus debilidades. Por eso manipule a Surrens para que ese día leyera en voz alta los documentos de cada uno.

Una vez en la terraza dejo a Kendra en un punto estratégico y camino con tranquilidad otra vez hacia el punto de encuentro. ¿Por qué tan tranquilo? Porque los guardias son tan idiotas que primero van a la salida de emergencias, piensan que si quieren escapar van a ir allí. Pero en realidad hay miles de lugares en el psiquiátrico que con solo un poco de atención descubres y escapas.

Al llegar me encuentro con la hermosa chica frente a mí.

—y nos volvemos a encontrar, preciosa.

—Olvídalo Baker.

—imposible olvidar tan... peculiares rasgos faciales—digo guiñandole un ojo—.

—ya deja de coquetearle y presten atención—dice él llegando—.

—lo siento—decimos nosotros dos al unísono—.

—Dion iras al cuarto 13, será el tuyo de ahora en adelante.—me observa y luego a la chica a mi lado— y tu rubia, ya sabes con quien ir—comenta para luego sonreír— muy bien muchachos, suerte.

Asentimos para así yo comenzar a caminar hacia el piso 1. Llegando a este muchas personas comienzan a mirarme mientras camino con un aire de superioridad, porque claramente lo soy.

—tú —dice ella frente a mí—.

—Yo —susurro cerca de su rostro sonriendo—.

—que haces aquí?

—tu lo sabes muy bien.

Ella se queda en silencio y su rostro cambia totalmente a uno de malicia junto a una sonrisa sádica.

—Caos...

—Exacto pequeña Wiz—digo para luego caminar hacia mi cuarto—.

Y todo esto pasó gracias a que una princesa cayó en el engaño de una cara Bonita.

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Momento de silencio por todas las que volvieron a caer por una cara Bonita...

Ahora si, ¡que lindo capítulo! ¿Ya tienen más teorías? Espero que les haya gustado y no se olviden de votar y comentar.

Los quieroo

psicosis del amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora