capitulo 22: Universo

171 31 18
                                    

Taylor Surrens.

Normalmente y como casi todos los meses, un día doy una clase para la gran mayoría de los internos, ya que sus mentes deben ser entrenadas al igual que cualquier otra.

Me encuentro en la gran sala y frente a mi una pantalla, espero a que todos comiencen a entrar para así empezar a dar la clase. En el momento que los asientos están ocupados, los recibo a todos con una sonrisa y hablo.

—Buenos días, mentes eruditas, hoy en particular estamos aquí para una clase de autocontrol—miro con una sonrisa a todos—sí, de ese que le falta a ustedes—.

Se preguntarán el ¿por qué? Del apodo: "mentes eruditas", yo creo que estos trastornos los hacen humanos superiores a nosotros, creo que en el caso de la esquizofrenia, una voz dentro de tu cabeza te habla, ¿por qué a nosotros no? Porque claramente su mente está más desarrollada.

—Como veo que nadie tiene preguntas, comenzaré por recordarles el primer caso en este instituto, que causó muchas muertes y solo por no tener autocontrol—digo tomando el control en mi mano, para así pasar las diapositivas en la pantalla—.

—Al rededor del año 1940, siendo así uno de los primero años del establecimiento, la señorita, Cassandra Rogers y con 18 años de edad, hizo una masacre matando a 8 enfermeras, 10 internos y 4 médicos.

—¿Qué la llevo a cometer todo eso?—pregunta una inocente voz, que para mi sorpresa es la niña de pelo Violeta, Thea.—

—A eso iba ahora, esta muchacha,—digo mientras camino por la sala—tenía y como muy pocos casos conocemos, hematodipsia—miro a Killian el cual era observado por su alrededor— joven O'niell, tranquilo, nadie está diciendo que usted hará lo mismo—.

El solo asiente entendiendo y yo continuo con la historia.

—En ese momento, Cassandra, pasaba por un momento de su vida no muy agradable, su mejor amiga se había suicidado por culpa de personas que la molestaban, las misma que tiempo después terminarían despojadas de su propia sangre.

—¿Cómo la descubrieron?—pregunta una voz un poco lejana—.

—Ella se entregó, dijo todo lo que hizo y el porqué, en sí estaba muy feliz de haberlo hecho, dijo que lo disfrutó y que vengó a su amiga—me encojo de hombros— esperemos que al señor O'niell tampoco lo lleven a la locura—.

Killian me mira totalmente serio y sonrío— ¿algo que decir?

—No.

—¿Adara?—la observo a ella, la cual me responde con cara de confusión.—

—¿por qué debería opinar yo?

—porque...

—porque eres mi mejor amiga, por eso—dice Killian sin mirarla, aún con la vista puesta en mí —.

Decido cambiar de tema ya que la tensión en la sala era evidente y prosigo con la clase.

—El autocontrol es indispensable en la vida, este puede lograr que pasemos desapercibidos o que podamos controlar nuestros impulsos ante cualquier entidad de la sociedad. Yo pregunto...¿Que sientes tu por ejemplo, Ezra, en el momento que tu ira sale?—digo mirandolo—.

—Justamente no se controlar eso, ni siquiera puedo saber que siento, simplemente mi visión se nubla y comienzo a golpear sin límites.—dice sin alteración —.

—¿jamás pensaste en meditar?

—¿Es un faraón, ya durmió por años, para que descansar más?—se burla drac.—

—para tu información, descansar no es lo mismo que meditar, en la meditación conectas tu cuerpo, Alma y mente—Ezra lo mira indiferente—dejando de lado el cuerpo no tienes Alma y definitivamente tu mente es del tamaño de una nuez.

En el fondo se escucha como algunos comienzan a hablar

—Uh...

—¿Drac escuchaste? Si fuera tú, lo golpearía.

—¡basta! Muchachos, ¿en donde quedó el compañerismo?—pregunta thea inocentemente y comienza a cantar una canción — ¡Amigos son amigos, para siempre y por siempre!

—¡Callate pequeño duende Violeta!—gritan desde el otro fondo de la sala—.

Decido intervenir y doy por finalizada la pelea cuando comenzando a aplaudir.

—jóvenes, ya...—digo tomando mi cuaderno mientras niego—está conducta es inaceptable, pero era a lo que quería llegar— sonrío satisfecho — el poco autocontrol lo notaron aquí, que por un comentario, se armó una gran discusión.

—un comentario que usted dejó que pasara—dice Killian mirándome con un semblante de burla—Luego quiero una cita contigo Surrens.

Trato de mantener mi ceño pero no puedo evitar un poco de nerviosismo— La clase terminó, los veré a cada uno en sus respectivas citas.

—Jóvenes, recuerden: el universo es tan grande... y nosotros solo nos creemos únicos por saber quitarle la vida a otro.

Con esto dicho todos quedan en silencio y se van. Sentía su mirada en mi espalda, sabía que estaba detrás de mí y por fin lo escuché.

—¿Eso fue una indirecta?

Sabía muy bien de quién se trataba..

—Tómelo como quiera.

Su risa se escucha detrás de mí—correrá sangre, no puedo asegurar con certeza de quién, pero lo disfrutaré.

—no lo lograrás...—digo al darme vuelta y encontrarme con que él ya se había ido—.

Al instante tomo mis cosas y salgo de allí, sabía que moriría algún día, pero no allí, no en sus manos.

••••••••••••••••
—se va caminando lentamente—

Bien, okey espero que no me salgan a correr luego de esto jaja.

Quería agradecerles por todo el apoyo que me están dando, la verdad me alegra mucho que les guste, últimamente no actualizo seguido por los trabajos escolares.

Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar.

Los quieroo

psicosis del amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora