Después de aquella noche, no pude conciliar el sueño, juro que debajo de mis ojos estaba una línea gruesa muy oscura, estaba ojerosa, parecía como si tuviera muchísimo tiempo sin dormir. Y no era para menos, luego de esa noche, las noches seguidas sentía que me observaban, mi cabeza dolía como si la hubiesen golpeado a morir, mis labios estaban resecos y no entendía porque me estaba pasando esto. Aarón Versaccé había estado cumpliendo con su palabra, nadie sabía de aquel vídeo que me tomo mientras me tocaba para mi novio, por otro lado. Will seguía ahogado en trabajo.
La comunicación entre nosotros ya no era la misma de antes, ahora solamente hablábamos una o dos veces por semanas y por unos cuántos minutos, en ningún momento le conté lo que pasaba conmigo, sólo deje que las cosas fueran dándose por sí solas. Sabía que no todo estaba bien, algo dentro de mí me decía que algo estaba mal, realmente no sabía con exactitud qué, pero estaba segura de eso. Mi relación estaba yéndose a la coladera del baño, no podía permitir que eso siguiera así, pero tampoco sabía que hacer para arreglar las cosas. Maldigo aquella noche que hable con ese Versaccé.
Termino de escribir los apuntes en el cuaderno y lo tomo junto a unos libros de lectura, salí del salón sin ánimos, varios compañeros de la universidad caminaban de un lado a otro, abrace mis libros con fuerza y apresuré el paso, no soporto estar rodeada de tantas personas, es como si me faltará el aire, me siento ahogada entre tanta gente.
— ¡Buu! —al escuchar eso solté lo que tenía en mis brazos de susto. Por instinto mis ojos se cerraron y mi respiración se aceleró.— Así has de tener la conciencia, Bethan. —la voz abrupta de Leah me dio alivio por un momento.
Abrí los ojos y la ví recogiendo mis libros del suelo. No dije nada, los tome y seguí mi camino hasta la habitación, entré con la intención de cerrar la puerta detrás de mí, pero ella terminó entrando sin mi consentimiento.
— ¿Se te ofrece algo? —inquerí cansada.
— Perdón, señorita misterios. —hizo comillas al decir lo último.— Sólo quería ver cómo estabas, estos días has estado muy rara y me preocupas.
— ¿Rara? —replique según yo sin entender.— No me pasa nada, estoy normal. He tenido que hacer muchos trabajos estos días, es todo. —le aclaré.
Leah se acercó a mí, estaba sentada en la orilla de la cama. Ella se inclinó y me miró a los ojos.
— Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. ¿Verdad? —rodé los ojos impaciente.— Está bien, está bien. —se alejó de mí y me miró mal.
— Necesito descansar. —le dije señalando la puerta.
— De acuerdo. —no dijo más cuando salió de la habitación.
Leah es muy buena conmigo, pero la verdad en estos momentos no tengo nada de ganas de hablar con alguien, quiero estar sola como me gusta, quiero pensar y saber porque es que me siento así. Tan inquieta, desesperada, intranquila, tan.. observada.
Aún recuerdo aquella noche que hable con Aarón Versaccé.
Recuerdo sus palabras, su propuesta, su silueta en la oscuridad, sus ojos que parecen un vacío. Aquella voz tan profunda y grave que me hizo temblar de miedo, el tan sólo recordar su voz se me ponen los pelos de punta, nunca imaginé que ese chico fuera tan así, no sé ni cómo explicarlo, fueron tan extraños esos momentos que enserio, no me gustaría volver a estar cerca de él, no sé porque las chicas admiran tanto a él y a sus hermanos, si él es tan frío ya me imagino a los otros dos, seguramente son igual de profundos, de chantajistas e entrometidos.(...)
Seguía estudiando cómo todo el día, era noche. O más bien, de madrugada, no podía dormir, seguía sin conciliar el sueño, no estaba en mí dormir, sino en alguien más, mis ojos miraban cada tres segundos a mis lados. Me sentía desesperada, inquieta, como si tuviera ansiedad o algo así.
apuerta de mi habitación estaba abierta, me sentía tan ahogada que la abrí hace un par de horas.
Mis ojos viajaron a la ventana, observé allí por unos segundos y después mi vista cayó a través de la puerta. Mi corazón se detuvo en seco, el aire se me había ido en tan sólo una nada, para mí sorpresa una silueta muy familiar estaba frente a mí. Mi corazón volvió a latir cuando me di cuenta de quién se trataba, llevaba un par de horas sin ver esa figura, esa cara y de sentir esa superioridad.
ESTÁS LEYENDO
¡No Soy Tu Juguete! ✔️ [Saga Silence #1]
Teen FictionTenía una linda relación, aunque en ese tiempo era a larga distancia por cuestiones de estudios, le era fiel a mi novio. Con él tenía más de dos años, lo amaba con todo mi corazón, él me había animado a hacer muchas cosas. Una noche me gano la emoci...