22.

1K 83 2
                                    

Al principio tenía mucha emoción por qué al fin había podido llegar a Artois, pero después de andar rondando por toda la universidad se me comenzaba a bajar el ánimo. Había leído varias revistas sobre el instituto, pero ahora que necesitaba recordar lo que una vez leí, no se me venía a la mente, si. Era de mala memoria, no sabía ni cuánto tiempo llevaba merodeando por aquí. Había llegado a la biblioteca, a la cafetería, incluso al campus, pero no a donde quería y debía llegar, andaba arrastrando mi maleta por todos lados y quiénes me veían, me miraban raros.

No era que me molestará, pero era mejor que me dijeran donde estaban las habitaciones, en vez de que me vieran como bicho raro. Seguía en el campus, estaba sentada en una banca, me propuse que le preguntaría a la primera persona que pasará frente a mí donde quedaban las habitaciones, así que espere y espere, pero nadie pasaba, sentía que iba a ser una molestia preguntarle a alguien, más porque no estábamos ni en el comienzo del ciclo universitario, así que bueno. Por un lado entendía las miradas raras, hasta yo sí viera a alguien así lo vería igual.

Me harte de esperar y dejé la maleta en la banca. Vi a tres chicos hablando, uno de ellos me captó, por lo que rápidamente le hice señas, primero me vió raro, pero después le dijo unas cosas a los otros dos y se alejaron de él. Fue mi oportunidad para acercarme a dónde estaba.
 
— ¿Sabes dónde quedan las habitaciones? —le pregunté sonriente, después de unos segundos recordé mis modales.— Disculpa, soy Raine.

Él me miró curioso, me regaló una sonrisa ladina y respondió.

— ¿Acaso eres nueva? —pregunto en un tono juguetón. De lejos se veía que ese chico era muy buena persona.

Tengo buen ojo, por lo que rápido distingo cuando alguien es hipócrita, sangron o falso. Él no es eso, se nota.

— Acertaste. —amplíe mi sonrisa y el río.

— ¿Raine.. que? —pregunto igual de curioso.

Este chico tenía un aire de paz, no se veía nada especial. Con eso quiero decir, nada sangron, se veía pacífico.

— Raine Adams. —respondí.

— Oh, yo soy Alec Moxley. —se presentó.

Me acerque a él y besé su mejilla sin malicia. De dónde vengo los modales son primero que nada, o al menos, así mis padres me lo han dicho desde pequeña.

— Entonces.. —me separó de él y trueno mis dedos.— ¿Puedes llevarm..

— ¡Alec! —me interrumpió una voz seca y agria. Era femenina, pero era extraña aquella voz, era una muy.. no sé cómo.

Giré mis ojos hasta aquella voz y me encontré con una chica rubia, su expresión era una molesta, venía a nosotros a paso rápido, moviendo sus caderas algo exagerado.

— Hey, Lacey. —dijo el chico frente a mí. Sonrió tierno y entonces supe de quién se trataba.

— ¿Que haces con esta? —le pregunto a él ignorandome por completo.

Yo la mire con cara de; ¿Esta que se cree o qué?

No sabía quién era, pero con referirse de esa manera hacia mí ya me había desagradado. Sin embargo, trate de no dejarme llevar por la primera impresión y decidí hablar.

— Soy Raine. —soné amigable y calmada.— Sólo le estaba diciendo qu..

— ¿En qué momento te hablé a ti, eh? —sus palabras me hicieron suspirar.

No la conocía y no debía decirle nada.

No la conocía y no debía decirle nada.

No la conocía y no debía decirle nada.

¡No Soy Tu Juguete! ✔️ [Saga Silence #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora