¡No Soy Tu Juguete! ✔️ [Saga Silence #1]

07.

Todas las chicas en la universidad estaban locas por la dichosa bienvenida de esta noche, para mí eso ya no tiene caso. Eso debió ser el primer día, no ahora que ya van días de que comenzamos con los estudios, pero bueno, así de cabezas huecas son, me sorprende que incluso Aylin esté entusiasmada con eso, creí que a ella le daría igual, sin embargo, parece que me equivoqué, para mí gran suerte estoy en la habitación de Leah y Lacey, por supuesto que ella no está, de lo contrario no estaríamos aquí metidas y menos de día.

Aylin y Leah piensan asistir esta noche al campus junto a todos, desde la mañana no se ha dejado de hablar sobre lo mismo, al parecer es algo que todos esperaban, ya decía yo que algo faltaba este año, pero no recordaba qué. No sé nada de modas, así que no he querido meter las narices en ese asunto de las chicas, hasta Leah que es ruda, está preocupada por lo que usará esta noche, ni que fuera la gran cosa.

— ¿Que tal esto? —Leah nos enseñó un vestido azulado, en la parte de la cintura hasta el busto era ajustado, mientras que la otra parte era un poco suelto, no tanto.

En su mano izquierda sostenía un par de tacones del mismo color, pero con brillos.

— ¿A poco te gustan esos colores? —me animé a preguntar. Era extrañó, Leah solía usar más el color oscuro y de vez en cuándo un poco de blanco.

— Oye, que sea de carácter fuerte no quiere decir que sea niño. ¿De acuerdo? —se defendió.

— A mí me parece que te verías muy bien con eso. —opinó Aylin de la mejor manera. Se puso de pie y tomó el vestido, acto seguido lo sostuvo frente al cuerpo de Leah.— Te lucirá genial. —halagó.

— ¿Entonces me quedo con esto? —replico aún no muy convencida.

Las dos asentimos.

— Bien, ya tenemos que ponernos. —anunció Aylin dejando todo en la cama. Sus ojos se dirigieron a mí.— Sólo faltas tú. —indicó.

— Amm.. —dudé en hablar. No les había dicho que no iría.— En realidad, estaba pensando en quedarme en la habitación. —apenas lo dije Leah me fulminó con la mirada.

— Estás, pero si bien loca. —alegó jalandome hasta levantarme de la cama.— El año pasado nos hiciste lo mismo, no seas tan amargada, por favor. —pidió cansada.

— En esta ocasión estoy de su lado, Bethan. —genial, ellas estaban unidas en esto.— Debes distraerte aunque sea sólo esta noche, estoy segura de que la pasaras bien. —aseguró sonriente.

Pero aún así no creía que era buena idea estar allí, en verdad prefiero mil veces estar en la habitación sola, escuchando música que estar rodeada de tantas personas a las cuáles ni les habló.

— En serio, no tengo ánimos de nada. —insistí volviendo a sentarme.— Entiéndanme. —pedí.

Ambas suspiraron y asintieron.

— Igual no te librarás de ayudarnos a maquillarnos. —envozó Leah divertida.

Ellas siguieron buscando ropa aunque ya tenían que ponerse, a mí en lo personal no me gusta nada de esas cosas. No me llama la atención ni la moda, ni el maquillaje, ni mucho menos eso de las fiestas, soy un poco más pacífica que las demás jóvenes en estos tiempos, de todos modos aunque me gustarán esas cosas no van conmigo.

Mi físico no es el mejor. No soy ese tipo de chica que se carga un cuerpazo, creo que soy la más sencilla en todo el instituto, no soy ni gorda ni flaca, mis atributos no son muchos, tengo poco busto, poca retaguardia. Mi cabello tiene un color entre naranja y café, naturalmente soy castaña, pero hace meses me lo pinté y el color va disminuyendo, se me ve más naranja, que café, realmente no soy una chica muy llamativa. Aunque confieso que mi cabello es lo que más me gusta de mí, lo único que me gusta, creo yo.