Los siguientes días fueron comunes, seguía yendo a entrenar en las tardes, durante el día me la pasaba de clases en clases, sólo iba a la cafetería a comer algo y después volvía a los salones, estos días me he mantenido un poco lejana a las chicas, sólo las veo en el entrenamiento, Arnold ya nos ha enseñado demasiado, mientras que su hermano mayor no se ha aparecido en mi habitación desde aquella noche. En ocasiones suelo verlo, pero él se muestra indiferente, no es como si fuéramos cercanos, pero bueno, supongo que se molestó por haberlo echado de la habitación esa noche.
Todo el tiempo estoy pensando, la cabeza me da vueltas. Estoy estresada, entre las clases, la falta de comunicación con Will, mis problemas y ese dichosa vídeo, mí vida se ha vuelto todo un caos.
— Luces algo.. —Aylin estaba conmigo en la habitación, tenía rato aquí, sin embargo escribía mientras yo sólo veía a la nada.— Demacrada.
— Es normal. —anuncié tranquila.— Estamos en la universidad, así debe ser. —excuse mis ojeras.
No tenía nada más con que excusarme, la verdad era que mi apariencia no era la mejor. Andaba ojerosa, mis labios lucian sin color alguno y por alguna razón estaba agotada, no duermo las horas requeridas.
— Ni Leah ni yo, que vamos en tercer año estamos así. —comentó sin justificación.— ¿Pasa algo en especial? —pregunto.
Hubiera querido decirle todo lo que pasaba conmigo, pero no sería nada bueno hacerlo, aparte. No ayudaría en nada.
— Despreocúpate. —la tranquilice.— Estoy bien.
Apenas habían pasado unos cuántos días de aquel acuerdo con Aarón y ya no aguantaba más, quería mi vida de antes. Dónde estaba tranquila y sin preocupaciones, ahora por esto ni siquiera sé si aún sigo con Will, esto está mal, debo encontrar la manera de solucionar esto.
— Sigo creyendo que no es sólo las tareas y esas cosas. —insistió. La mire con fastidió y terminó asintiendo.— Está bien, me cayó.
Suspiré aliviada y traté de relajarme.
Faltaba tan sólo un rato más para ir a la cancha, mi cuerpo comenzaba a acostumbrarse al ejercicio pesado, ya no terminaba tan dolorida, a final de cuentas, parecía que esto me hacía un bien.
Una semana, sí. Una semana más y las chicas de la otra universidad vendrían para el partido, no me siento del todo preparada, pero sé que daré lo mejor de mí para no decepcionar al instituto.
Después de un rato decidí ir a dar una caminata por el campus. Los estudiantes estaban en lo suyo, algunos estaban en bancas charlando, otros usaban sus teléfonos. Mientras que los demás sólo pasaban de un lado a otro, si ahorita que no hay nada en especial hay tantos alumnos aquí, ya me imagino esa noche de la reunión, seguramente fue todo un relajó.
El sol no estaba tan fuerte como pensé. Sino lo contrario, el día estaba agradable, caminé sin rumbo alguno, caminar despejaba mi mente y salía de todos mis problemas. Sin duda, mi vida se había hecho un desastre.
La tarde llegó y tuve que regresar a la habitación a ponerme la ropa de siempre. Ahora más que nunca tengo que echarle ganas a esto, cuando llegue a la cancha las chicas ya estaban ahí, Leah lucía un short negro; ajustado, una blusa holgada del mismo color y unos tenis igual. Mientras que Aylin utilizaba la misma ropa que yo, las tres traíamos el cabello recogido en una coleta alta.
— Hasta que llegas. —dijo Leah, al verme noté que estaba molesta, aunque no era novedad.
— ¿Que pasó? —inquerí desinteresada.
— Pasa que tu amiguito Arnold. —rodó los ojos al mencionarlo.— No ha llegado. ¿Acaso él cree que lo esperaremos toda la vida? —sonaba fastidiada.
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¡No Soy Tu Juguete! ✔️ [Saga Silence #1]
Teen FictionTenía una linda relación, aunque en ese tiempo era a larga distancia por cuestiones de estudios, le era fiel a mi novio. Con él tenía más de dos años, lo amaba con todo mi corazón, él me había animado a hacer muchas cosas. Una noche me gano la emoci...