Killer Queen [Loki y tu]

47. El destino

Aprecié como Loki y Thor hablaban con su padre, sin embargo en un punto Odín empezó  a desaparecer. ¿Qué demonios?. Quise acercarme para preguntar que había pasado pero alguien me cogió del cuello por detrás impidiendo que me moviera.

- ¡____!- llamó Loki mientras con magia se ponía su traje.

Con dificultad volteé la mirada y vi a una mujer de cabello negro desaliñado, tenía un aire a... Loki.

- ¿Entonces se murió? -habló ella- Una lástima, me hubiera gustado verlo.

- Debes ser Hela, yo soy Thor, hijo de Odín.

¿Hela?, por la puta madre... los relatos que se escuchaban por el universo eran verdad. El Hades de los Asgardianos...

- ¿Enserio? No te pareces a él.

- Podemos llegar a un acuerdo si la suelas.

- Tú sí oyes a él.

Sin poder evitarlo reí, ¡Es que él es el adoptado! Es tan irónico.

- Arrodíllense frente a su reina.-hice una mueca e intenté soltarme de su agarre, sin mucho éxito.

- Asgard ya tiene una reina, y te exijo que la sueltes.-Loki sacó sus cuchillos... algún día se matará por creer que podría vencer con esos filos.

- ¿Ella una reina?.-me puso frente suya, apretando mis mejillas mientras me dedicaba una mirada de desprecio.- No sirve.

Bajó su mano a mi costilla derecha lentamente, me encontraba lista para cualquier movimiento pero no conté que de su mano salieran espadas de obsidiana, logrando así perforar esa parte de mi cuerpo. Subí mi mirada hacia ella, entrando en shock por el dolor.

- Larga vida a la reina.-mis ojos pesaban y no podía pensar con claridad.

Tomó mi cuello sin delicadeza para luego tirarme hacia el barranco, lo último que sentí fue el duro choque de mi cuerpo contra el agua. 

"Porque lo que te mata no es la caída, Sherlock. Nunca es la caída, es el aterrizaje" 

                                                                                  [...]

Mi cabeza dolía, pero no sentí molestia alguna en mi torso. Mis parpados pesaban lo suficiente como para no querer abrirlos, además de que me sentía cómoda... ¿Dónde mierda estoy?. Me tomé unos minutos para que mi mente se activara del todo, recordando lo que había sucedido minutos antes de que haya perdido la consciencia.

No pude evitar pensar en él. Todo estaba yendo muy bien, el reino prosperaba y nosotros eramos felices, ¿Por qué siempre lo tenía que arruinar? Creí que todo estaba en orden, que Loki había podido dejar esos sentimientos de lado, pero supongo que esa pizca de superioridad lo seguiría para la eternidad. Mi esposo era un tonto. Mi tonto, mi amor.

Abrí lentamente los ojos, aunque tuve que pestañear repetidas veces para acostumbrarme a la luz natural que entraba por una ventana. Identifiqué el bullicio de la calle, los autos reclamando por el tráfico, los hombres hablando por teléfono, las mujeres imponiendo con sus tacones mientras disfrutaban del derecho al laburo después de tanta lucha. 

- Fue una perforación contundente, tu estómago y bazo fueron destruidos. Así como gran parte de tu intestino grueso.- sonreí al ver a Stephen entrar con una bandeja.

- Debería estar muerta en ese caso, los minerales de el agua salada debieron empeorar todo.- cuestioné mientras él me ayudaba a sentarme en la confortable cama, el dolor se podía soporta.- Además de una hemorragia interna sin intensiones de detenerse.