Fortaleza de la soledad se había llamado cada lugar que habitó Luciano Cuellar, desde la piecita que le había alquilado a la señora Carmen, hasta la casa que pudo conseguir con ayuda de sus padres. Esta última, fue el lugar donde vivió durante algunos años, hasta que fue asesinado. Aunque en el ínterin, pudo habitar también la casa que por herencia le habían dejado sus abuelos. Fortaleza de la oscuridad se llamó la morada, en esta etapa lóbrega de la vida de Luciano.
Inicialmente, el nombre de la casa o habitación que Luciano ocupase, se debió a su fanatismo por la serie SMALLVILLE. No obstante, conforme el tiempo fue transcurriendo, el significado fue mutando. La Fortaleza pasó a ser un lugar impenetrable que serviría de refugio para Luciano. También fue el escenario de su historia de histeria con Diego Bilbao, reconocido por quienes conocieron la historia, como el gran amor que tuvo Luciano. Luego fue sede de la Sociedad de los Secretos, en la época que Ramiro estuvo desaparecido. Ya para este punto, y de ahí en adelante, el nombre se transformó en simple tradición o costumbre. No importaba si era de la soledad, de la oscuridad, o del conocimiento o esperanza. Fortaleza se llamaba y esa palabra llevaba la marca personal de Luciano Cuellar.
Un día la casa llegó a estar llena de personas que entraban y salían todo el tiempo. Como cuando hubo que despertar a Luciano de su letargo de bello durmiente. O como cuando se hacían reuniones y jornadas, etapa que iba desde el día en que desenmascararon al cura pederasta, hasta el día en que mataron a Julián, que fue cuando se decidió terminar con "Más fuertes juntos".
Desde entonces, la Fortaleza se mantuvo en soledad y a oscuras. Con las puertas cerradas sin que el conocimiento o la esperanza pudieran entrar en ella.
Sucede que cierta noche, estaban tres apóstoles, cubiertos con sus negras túnicas.
-Así que esta es la famosa fortaleza de la soledad. –dijo uno de ellos.
-Por el nombre, posiblemente sea un símbolo subliminar de esos invertidos. –dijo otro.
-Estuve aquí. –dijo el tercero. –desde la noche en que casi me descubren, no volvieron a reunirse más.
-Propongo que esta noche terminemos con su símbolo. –dijo el primero, tomando la palabra nuevamente.
Y Diego Bilbao era un ser intangible. Tenía apariencia de humano, más no tenía ni la piel, ni la carne, ni los huesos. Su voz intentaba gritar, pero no podía hacerse escuchar.
-No. No hagan eso. Luciano por favor. No dejes que hagan eso. La fortaleza es nuestra. No la pueden romper.
De pronto, en medio de la noche, mientras Diego era testigo de la destrucción, el llanto de un bebé, una niña en realidad, lo devolvió a la realidad.
-tranquilo bicho. –dijo la esposa de Diego con su niña en brazos. Tuviste un mal sueño.
Pero Diego estaba intranquilo.
-No princesa. Yo siempre que sueño con Luciano es porque algo anda mal. Si no fuera que yo no creo en nada, te diría que el loco intenta decirme algo desde donde está.
-¡No lo puedo creer! –exclamó Marta, llena de ira, cuando entró a su casa y encontró a Nadia durmiendo en su cuarto. -¡Esto es el colmo! ¿Cómo se te ocurre quedarte a dormir en mi casa? ¿Cómo se le ocurre a Raúl...?
La imagen era extraña en realidad. Pues mientras Marta estaba llena de ira gritando, Nadia estaba cubierta por un acolchado rosado. Y dormía en paz.
-Dale. ¡Arriba! –Marta chasqueaba los dedos.
Pero, luego de unos minutos de elevar la voz, Marta comenzó a afligirse. Y es que Nadia no parecía reaccionar.
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En las llamas del deseo
Teen FictionEsta es la historia de Ramiro Vega: un joven veinteañero, que tras vivir una experiencia traumática y misteriosa, regresa a la vida, luego de casi morir asesinado en una hoguera. Junto a Marta, su madre adoptiva, Ramiro decide iniciar una nueva vid...