Meiko y Mimi llegaron a la casa. La joven oriunda de Tottori dejó las galletas sobre la mesa, mientras que Mimí fue a la cocina a preparar el té.
- Mimí: Meimei ¿Quieres de mandarina o de frutas tropicales?
- Meiko: Pues... de mandarina, por favor.
- Mimí: Está bien.
Al cabo de unos minutos, el té estuvo listo.
- Mimí: Meimei, ya está el té.
- Meiko (feliz): ¡Bien!
Mimí trajo la bandeja con la tetera y los demás elementos, además de azúcar para endulzar la sabrosa infusión que preparó.
- Mimí: Espero que te guste, Meimei.
- Meiko: Lo hiciste tú, no dudo que te ha salido muy rico.
Mimí sonrió, dejó la bandeja con el té y abrazó a su amiga.
- Mimí: Que feliz me hace poder contar contigo amiga.
Meiko se ruborizó, sin embargo, también se puso feliz al escuchar las palabras de Mimí.
- Meiko (ruborizada): Eres muy cordial y dulce conmigo, te quiero Mimí.
- Mimi: Y yo a tí, Meimei.
Meiko correspondió al abrazo de su amiga.
- Mimi: Oye Meimei...
- Meiko: Si, dime.
- Mimi (en tono gracioso): ¿Quieres ser mi novia?
La cara de Meiko se puso como un tomate.
- Meiko (sonrojada y algo asustada): ¡¿QUÉEEEEEEE?!
- Mimi: ¡Jajajajaja! Es broma, Meimei.
- Meiko (mas tranquila): ¡Oye! No vuelvas a hacer esas bromas, Mimí.
- Mimi: ¡Jaja! Lo siento, no volveré a hacerlo.
Mimí y Meiko comenzaron a disfrutar del té.
- Meiko: Mimí, este té está muy rico ¡Eres la mejor!
- Mimí (muy feliz): ¡Gracias Meimei! Es lo menos que puedo hacer por mi querida amiga.
- Meiko: De nada, Mimi. Además estas galletas son la compañía perfecta.
- Mimi: ¡Si! ¡Son muy ricas! De avena con sabor a limón ¡Me encantan!
En eso, Meiko recibió un mensaje: "Hola hija, ya estamos en Tokio ¿Dónde estás?"
- Meiko: ¡Oh! Es mi mamá, ella y mi papá ya están aquí en la ciudad.
- Mimí: ¡Genial! Diles que estás aquí en mi casa.
Meiko respondió el mensaje avisando que estaba en casa de los Tachikawa.
- Meiko: Bien. En un rato volveré a mi casa, espero que no te moleste, Mimí.
- Mimí: Para nada Meimei, la parada de autobús está en la otra cuadra así que te acompañaré.
- Meiko: ¡Muchas gracias Mimí!
- Mimí: Meimei, no debes agradecérmelo. Oye, si quieres podemos reunirnos a hacer las tareas que nos dejaron... es bastante pero creo que si ganamos tiempo, tendremos unos días libres para disfrutar.
- Meiko: ¡Claro amiga! Me parece buena idea.
La joven Mochizuki vuelve a recibir un mensaje: "Bien hija, avísame cuando estés en camino. Por cierto, el señor Fujimoto, nuestro ex vecino abrió un restaurante aquí en Tokio, se llama 'Tango Carioca', si quieres podemos ir a comer uno de estos días". La muchacha, al leer el mensaje, tuvo una idea.
ESTÁS LEYENDO
DIGIMON STORIES: EL SABOR DE UN CRIMEN
FanfictionLa joven Meiko quiere ayudar económicamente en su casa y para ello consigue empleo como mesera del restaurante de comidas sudamericanas ubicado en Shibuya, lo que no sabia es que trabajar allí le terminaría costando la vida. Sus amigos harán hasta l...