CAPÍTULO 2: NECESITO UN TRABAJO

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Las clases se desarrollaron toda la mañana con total normalidad, hasta que llegó la hora del almuerzo.

- Matt: ¡Rayos! Esta tarea de matemáticas estará difícil.

- Tai: Deja de quejarte, además siempre tienes buenas notas en matemáticas.

- Matt: Si, pero ahora la siento complicada.

- Sora: Ya deja de preocuparte Matt, podemos reunirnos en mi casa para hacer la tarea, además tenemos tiempo, debemos entregarla el jueves.

- Matt: Es lo positivo.

- Tai: Por ahora pensemos en el almuerzo.

Los tres salían juntos del salón cuando Sora notó que Meiko se quedó sentada mirando el pupitre.

- Sora: Chicos, esperen.

- Matt: ¿Qué pasa?

Sora entró al salón a ver que le pasaba a la joven Mochizuki.

- Sora: Meiko ¿Estás bien? ¿Pasa algo?

Meiko no respondía, entonces Sora se acercó a acariciar su cabeza.

- Sora: Mei...

Meiko levantó la mirada hacia Sora y decidió responder.

- Meiko: Nada... nada Sora, solo... olvídalo, vamos a comer.

Meiko tomó su mochila y se levantó del pupitre.

- Sora (algo preocupada): ¿Estás bien? 

- Meiko: Si, no te preocupes.

Matt y Tai estaban en la puerta observando qué pasaba.

- Tai: ¿Te pasa algo Meiko?

- Meiko: Nada... vamos a comer.

Los otros 3 jóvenes no entendían el comportamiento de Meiko, sin embargo, Sora la abrazó y fueron todos juntos a la cafetería para almorzar.

- Sora: Meiko, sabes que si te pasa algo, puedes decirlo y confiar en nosotros.

- Tai: Vamos Mei, ánimo, estamos para ayudarte.

Meiko decidió confesar su problema.

- Meiko: Quiero conseguir un empleo y ayudar económicamente en mi casa, eso es todo.

Tai, Sora y Matt se quedaron sorprendidos por la respuesta.

- Matt: ¿Ayudar económicamente?

- Sora: Meiko, eres hija del profesor Mochizuki, tu padre es uno de los científicos informáticos mas reconocidos del pais.

- Tai: Es imposible que tengas problemas económicos siendo que tu padre tiene un trabajo muy prestigioso, o eso creemos.

- Meiko: Pues... tampoco crean que vivimos cómodamente, mi padre tiene impuestos altos que pagar por la casa que tenemos en esta ciudad, en Tottori y ahora se hizo cargo de la casa que mis abuelos que actualmente viven en el campo le dejaron.

- Sora: ¿O sea que debido a los altos impuestos están apretados económicamente?

- Meiko: Bueno, no mucho, quizá aún podemos darnos algunos lujos pero de todos modos quiero ayudar.

Sora abrazó fuerte a Meiko, mientras que Tai y Matt sonreían por la buena predisposición de la joven para con su familia. Llegaron a la cafetería, se sirvieron la comida y fueron a buscar un lugar para almorzar.

- Sora: Aquí está bien.

- Matt: Este ramen se ve perfecto, Tai pásame la pimienta por favor.

DIGIMON STORIES: EL SABOR DE UN CRIMENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora