CAPÍTULO 5: UNA PROPUESTA INDECENTE

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Comenzaron a llegar los otros trabajadores que Hitoshi había contratado para trabajar en el restaurante, es decir, los cocineros y otros meseros con los que Meiko compartiría el puesto. Lo curioso es que Meiko era la única mujer en el grupo de los meseros, en el grupo de cocineros ya se encontraba una muchacha la cual es hija de bolivianos residentes en Tokio.

A los trabajadores del local les llamaba la atención que Meiko estuviera allí, si bien la saludaban por razones de educación, no sabían que hacía ella ahí.

- Hitoshi: Amigos, quiero presentarles a Meiko, ella se incorporará al grupo de meseros.

- Meiko (tímida): Mucho gusto... me llamo Meiko Mochizuki... tengo 17 años y es un honor sumarme al equipo de trabajo.

Los otros trabajadores le dieron la bienvenida y felicitaron a la joven por su incorporación, a excepción de Ryo que la miraba con intenciones para nada buenas y de brazos cruzados, recostado sobre la pared.

- Hitoshi: Bien, pueden ir a vestirse y luego a sus puestos, los platos del día de hoy serán milanesa a la napolitana con papas fritas, una de las comidas más tradicionales de Argentina y feijoada brasileña.

Los trabajadores fueron a colocarse el uniforme, Meiko solo tuvo que ponerse el delantal de mesera. Hitoshi ya le había preparado una identificación para colocársela en el pecho. Luego de eso, se dirigió al espejo que estaba en el pasillo para mirarse mientras recogía su cabello.

- Meiko: ¡Listo! 

Ryo con una mirada psicópata y voz desafiante se había acercado a ella.

- Ryo: Te ves muy guapa, Meiko Mochizuki.

- Meiko (algo tímida): Pues... te lo agradezco.

- Ryo: Te ves mas bella que aquella vez que no quisiste que te besara.

Meiko comenzó a preocuparse un poco, la manera en la que le hablaba y la mirada de Ryo no le agradaban en lo absoluto.

- Meiko: Ryo... por favor... luego hablamos.

Ryo la abrazó.

- Ryo: Vamos Meiko, siempre fuimos amigos.

- Meiko (asustada): ¡Oye! ¡Déjame!

- Ryo: Es un abrazo amistoso ¿Acaso no somos amigos?

- Meiko: No puedo considerarte amigo, siendo que fuiste un atrevido conmigo cuando apenas tenía 14 años, aunque tampoco me olvido que me diste un piedrazo en la cabeza y se que fue adrede.

- Ryo: Eso fue hace mucho, es tiempo pasado ¡Seamos amigos!

Meiko logró soltarse.

- Meiko: Si quieres que seamos amigos, empieza por respetarme. 

- Ryo (sin intención de arrepentirse): ¡Jaja! Está bien... pido perdón por mi impertinencia.

- Meiko: Te disculpo, pero debes ser mas cortés.

Meiko se dirigió nuevamente hacia el sector de la barra, mientras que Ryo fue al baño.

- Ryo (mirándose al espejo luego de orinar y lavarse las manos): Esa niña me vuelve loco... está muy buena, será mía a como de lugar. Sin embargo, trataré de hacerme el cortés y cuando llegue el momento... será mi mujer.

El muchacho secó sus manos, salió del baño y luego fue a la barra, donde le tocaba trabajar de cajero. Hitoshi, en tanto, le dio algunas indicaciones a Meiko, que las entendió fácilmente ya que meses atrás le tocó ser mesera cuando trabajó junto a su amiga Mimí.

- Hitoshi: ¡Vaya! Es bueno que hayas adquirido experiencia en este ámbito.

- Meiko: ¡Si! Todo se lo debo a mi amiga Mimí.

DIGIMON STORIES: EL SABOR DE UN CRIMENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora