DIGIMON STORIES: EL SABOR DE UN CRIMEN

CAPÍTULO 7: UN ACTO PERVERSO

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas que pueden herir la sensibilidad de algunos lectores.

Meiko estaba muy feliz y ansiosa de que llegara su cumpleaños. Mimí había comenzado a buscar recetas de buenos pasteles de cumpleaños y mientras hacía la lista de invitados, comenzaron a preparar pizza.

- Mimí: Meimei, no es por alardear, pero las pizzas y los pasteles son mi especialidad.

- Meiko: No lo dudo, te encanta cocinar.

- Mimí: Si, cuando estuve en Nueva York aprendí a cocinar la típica pizza neoyorquina.

- Meiko: Estoy segura de que te va a salir muy rica.

- Mimí: La estamos haciendo ambas, tú ya hiciste la salsa y estás cortando el queso.

- Meiko: Mimí, tu estás amasando y luego te vas a encargar del resto.

Mimí dejó el palo de amasar a un costado, se acercó a Meiko que estaba sentada cortando el queso y la abrazó.

- Mimí: Me encanta hacer equipo contigo, Meimei.

- Meiko (ruborizada): Pe... pero... Mimí...

- Mimí: Meimei ¿Te gustaría que vayamos de viaje juntas a algún lado?

Meiko se sorprendió por la pregunta.

- Meiko: ¿Viaje?

- Mimí: ¡Si! Sería bueno que podamos realizar un viaje juntas, en vacaciones obviamente.

- Meiko: Bueno... creo que es buena idea. Me gustaría que podamos ir a Sudamérica.

- Mimí: ¡Genial! ¿Por ejemplo?

- Meiko: Una vecina de Tottori me comentó una vez que conoció ciudades como Río de Janeiro, Buenos Aires, Ushuaia, Montevideo y Viña del Mar, creo que podríamos conocer esos lugares.

- Mimí: ¡Muy bien! Habrá que ahorrar mucho, pero confío en que podremos darnos el gusto de viajar.

- Meiko: ¡Si!

Las muchachas continuaron cocinando, charlando de otras cuestiones y luego de cenar, se dirigieron a la habitación de Mimí.

- Mimí: Meimei, aquí te preparé un espacio para ti.

Mimí utilizó la cama plegable que tenía a un costado y la puso a un costado de su cama, con una almohada bien cómoda, una sábana y una manta. 

- Meiko (acostándose en la cama plegable): ¡Es muy cómoda!

- Mimí: Me la compraron para estos casos.

- Meiko: Está genial ¡Muchas gracias Mimí!

- Mimí: Desde ahora será tu cama, bueno, todas las veces que vengas.

- Meiko: ¡Jaja! ¡Gracias Mimí!

Se lavaron los dientes y luego se cambiaron de ropa para dormir. Mimí apagó la luz de la habitación pero dejó prendida la lámpara de su mesita.

- Meiko: ¿Duermes con la luz prendida?

- Mimí: No siempre, pero si ¿Quieres que la apague?

- Meiko: No, está bien así.

- Mimí: ¿Tú también duermes con la luz prendida?

- Meiko: A decir verdad... si, eso o con la televisión prendida, aunque activo el temporizador.