ʜɪᴊᴀ ᴅᴇ ᴡᴏʟꜰꜱᴛᴀʀ

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Capítulo 36: Segunda prueba

Después de los acontecimientos del baile los muchachos habian regresado a casa. En el tren de vuelta el grupo se habia tenido que separar, Ron se habia ido a sentar con sus hermanos mayores mientras que quienes acompañaban a Hermione eran Harry, Aries, Draco y Neville, Luna se habia dedicado a vender tomos del quisquilloso por todos los vagones. Sabría Merlín de que hablaron esos 2 la noche anterior.

También leían incrédulos el profeta.

¿Baile de navidad o baile de los corazones?

"Nuevamente un giro de los acontecimientos se ha dado a notar. La oportunista de Hermione Granger no quedo atrás pues en el último baile de la escuela asistió con el bien dotado jugador del torneo Victor Krum.

¿Sera acaso una indirecta al joven Potter?

Tal vez.

Pero esta también no perdió tiempo y se dignó a bailar una pieza con el hijo heredero de la casa Malfoy.

¿Acaso una nueva rivalidad saldrá entre las amigas?

Poco después de ello mientras Harry Potter bailaba con Aries Black fue corriendo a quitarle la pareja a la hija de muggles.

Mis fuentes afirman que ambos se encontraban muy melosos en aquella sonata.

¿Sera que la hija del temido mago está jugando con los dos muchachos?

Nuevamente esta historia de amor juvenil nos ha dado mucho que pensar"

Y adjuntaba fotos de todo aquello.

Cuando llegaron se despidieron todos afuera y quedaron en asistir a la mansión Black para el cumpleaños de la azabache.

Remus se llevó a los muchachos a casa en el auto mientras conversaban bastante alegres, valla contraste que se habia dado al comparar la ida con la vuelta. Claro, las cicatrices de la chica seguían ahí, el efecto del hechizo habia finalizado a mitad de la charla con la castaña en su habitación.

Luego fue navidad, se intercambiaron regalos y disfrutaron del gran y sabroso pavo de Kreacher.

Los días pasaron nuevamente y después de hacer sus deberes asignados los azabaches se dispusieron a jugar una partida de quidditch pero esta se salió un poco de control rompiendo así un jarrón preciado. El licántropo decomiso sus escobas hasta que regresasen a clases.

Al día siguiente se levantó de la cama o al menos eso intento por un par de minutos pues Sirius no lo soltaba, le planto un beso y le susurro algo al oído provocando que soltara una risilla, lo soltó y se puso unos pantalones que estaban tirados por ahí. Bajo las escaleras y se metió a la cocina a prepararse una taza de chocolate caliente, hacía ya bastante frío. La dejo sobre la mesita de centro en la sala. Ahora ultimo habian comprado un televisor para ver programas muggles.

Fue a la entrada y recogió el periódico, se sentó en el sofá y cuando quiso tomar su taza esta ya no se encontraba.

- ¿Y mi chocolate caliente? -pensó en voz alta.

-Sin chocolate para el matón- dijeron al unisonó los menores asustando al lobo, no los habia oído bajar.

-No soy un matón-

- ¿Entonces donde están nuestras escobas? - pregunto Potter.

-Están castigados-

-Eso es acoso- dijo Aries cruzada de brazos.

-Matón- le siguió Harry.

-Muchachos...-

- ¡James no murió para esto! - Sirius iba bajando las escaleras con la bata puesta, con curiosidad se encamino hacia los muchachos.