ʜɪᴊᴀ ᴅᴇ ᴡᴏʟꜰꜱᴛᴀʀ

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Capítulo 56: Sectumsempra

"Ya eran las nueve y algo de la noche, debía apresurarse antes de ser atrapada por Filch. La torre de la cara de sapo quedaba al otro lado del castillo y al otro lado del castillo estaba la sala común de Gryffindor.

Su mano dolía a mil demonios y debía apresurarse, la sangre escurría dejando un camino y manchando su túnica.

Acababa de bajar las escaleras con su varita alumbrándola, camino por un pasillo, luego giro a la derecha y...- ¿Señorita Black? - pregunto una voz.

- mierda...- mascullo. El murciélago de las mazmorras se encontraba tras suyo.

- ¿Qué hace usted por aquí a esta hora? - cuestiono molesto, ella solo bajo la vista. Quería irse, su sangrado no paraba- ¿Y quién se cree para faltar a un castigo? - intento ocultar entre su túnica su mano y la sangre goteando- ¿Qué trae ahí? - la tomo fuerte de la mano pero esta solto un grito de dolor alarmándolo. Giro su mano y en su dorso se dibujaba en caligrafía imprenta una frase "No debo decir mentiras". La paso a ver pero ella aparto la mirada a un lado orgullosa.

- ¿Se puede saber cómo se hizo esto? -

- Tenia castigo con la profesora Umbridge- respondió pedante. El rodo los ojos ante su tono.

- Venga- ordeno, con resignación lo siguió. Ya nada podía ser peor.

Bajaron hasta su despacho en las mazmorras, este le pidió que se sentara y se puso a buscar algún brebaje que pudiese sanar aquellas profundas heridas. La muchacha sangraba demasiado, habia cortado aquellas dos venas gruesas por completo dejando la tercera intacta para su suerte.

- Su mano- mando y ella se la entrego. La manos del murciélago eran algo ásperas pero grandes, de dedos largos y tibias, a diferencia de ella que se encontraban heladas. Coloco con cuidado una espesa crema verde agua, esta era fría y mentolada provocándole un escalofrió- Deje que quede allí unos diez minutos- seguido se levantó.

¿Acaso la estaba ayudando?

Esto debía ser un sueño.

O tal vez una pesadilla.

En cualquier momento él se transformaría en una horrible bestia e intentaría comérsela.

Pero no paso.

Transcurrieron los diez minutos y el salió con unas vendas, le pidió que se enjuagara la herida en el baño, la guio y lo hizo y en ese mismo baño la vendo.

- Gracias- dijo ella, Snape alzo una ceja incrédulo ¿Aquella niña grosera y rebelde le estaba agradeciendo?"

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Este tipo de cosas ya se estaba volviendo una costumbre.

Recordar algo en un sueño para seguido ir retomando la conciencia en la enfermería.

Vagamente y a lo lejos escuchaba como un tipo de discusión.

-m-mi cabeza...- murmuro Aries reincorporándose suavemente hasta sentarse. Vacilando sintió una venda más arriba de su nuca soltando un quejido.

- ¡Roset! -la llamo una rubia con gran emoción.

- ¿Quién? -pregunto confundía abriendo los ojos.

Miro su alrededor percatándose del gentío que la rodeaba.