ʜɪᴊᴀ ᴅᴇ ᴡᴏʟꜰꜱᴛᴀʀ

•74•

Voten
Comente
Y disfruten al picsart

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Capítulo 74: El guardapelo

El gris cielo de un verano que jamás paso le otorgaba una triste imagen a los árboles que adornaban el lamentable recorrido de la vista que le otorgaba la ventana.

Sumergido entre su melancolía y añorando su memoria, traía pegada su mirada hacia fuera, ignorando la intensa conversación de sus otras dos amigas, siendo el otro muchacho que traía la misma expresión que este.

A decir verdad nada le importaba.

Su único pensamiento los últimos 31 días abrían tenido que ver con una linda chica de ojos grises que no podía sacarse la de la cabeza debido a que habia cumplido su palabra.

Era primero de septiembre y ni rastro de ella o el resto o cualquier estudiante nacido de muggles como Susan Bones o Dean Thomas ya que si eras un "sangre sucia" te ganabas un pasaje directo a Azkaban, quedándose de este modo junto con Luna, Ginny y Seamus en el expreso camino a Hogwarts.

Sus rostros eran masivamente pegados en afiches de se busca por todo el mundo mágico.

Enemigos del estado.

Y se encontraba verdaderamente preocupado al no haber recibido ni una lechuza de su mano.

A diario, desde la boda, se estuvo pensando en ella. En que si estaría bien o en donde se encontraba.

No se había atrevido a mandarle él una por temor a que la siguieran y los encontraran por su culpa.

Neville jamás se lo perdonaría.

Su cabeza se encontraba en el segundo puesto de los más buscados y no primero ya que ese lo ocupaba Harry.

Se la buscaba por traición a su amo, pero más que nada era el peligro que representaba para ellos al ser una poderosa bruja, nata en artes oscuras y mano derecha de Potter.

—Sigo creyendo que lo que tu padre hace es muy valiente Luna—le decia la pelirroja a la rubia tras leer unos comentarios en apoyo al elegido, en un mensaje rebelde que incitaba a los demas a rebelarse y ayudar a Harry si se lo encontraban.

Xenophilus Lovegood llevaba todo el mes (desde la caída del ministerio) dando ese tipo de mensajes. El quisquilloso nunca había sido tan popular desde que Rita Skeeter, obligada por Hermione, escribió una columna sobre el regreso de Voldemort una semana antes de la batalla en el ministerio.

El padre de Luna, pese a su inusual carácter, siempre se mostró firme en sus ideales, apoyando a Potter y documentando historias respecto a criaturas entre existentes e inexistentes.

Lastimosamente, este jamás se esperó lo que el peso de sus palabras conllevaría a la hora de las reprimendas. Obteniendo el peor castigo que un padre puede poseer al encontrarse solo en el mundo siendo viudo.

Repentinamente el tren paro.

Neville dejo de contar los árboles, apartándose de la ventana con un gesto de extrañes e intercambiando dudosas miradas con el resto de los pasajeros de ese vagón.

—¿Por qué nos detuvimos? —

Vagón tras vagón.

Puerta tras puerta.

Dos figuras negras irrumpieron en cada una hasta llegar a la suya siendo la última.

Mortífagos.

Cormac McLaggen intento hacerles frente levantándose de su asiento en una actitud prepotente tan solo ingresaron.

—Mi padre se enterará de esto—tras esto lo empujaron con una mano hacia un lado al parecerles insignificante.