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Capítulo 86: 2 de mayo.

El alba se alzaba, distinguiéndose a través de los pomposos y densos arboles los cuales casi no permitían a sus hojas el filtrar la luz emanada desde el horizonte.

Narcissa Malfoy se encontraba sentada sobre una piedra; aburrida y ansiosa, y temerosa tambien de lo que supuestamente todos se encontraban esperando. Ya casi había pasado una hora, la angustia se dejaba dibujar en el rostro de su esposo y hermana, siendo esta última quien transitaba por el alrededor del señor tenebroso como si se tratase de alguna mosca sobrevolando un pedazo de carne a medio descomponer.

La tensión podría cortarse con tijeras en esa espera interminable.

Lord Voldemort se encontraba extrañamente relajado, con los ojos cerrados y acariciando la varita de sauco. Traía pinta de estar esperado e ignorando a su seguidora más fiel mientras divagaba Merlín sabía que con esa mente tan impenetrable que poseía.

Pese a todo la rubia se mantenía ajena, con la horrible y latente incógnita respecto al niño de sus ojos. Durante toda la batalla ella no se había podido separar de Lucius, este tampoco se llegó a unir en la pelea del castillo como el cobarde que era, solo Bellatrix, quien llevaba rato alardeando el haber asesinado a su hermana Andrómeda y su sobrina Nymphadora. A pesar de ser dos contra una las termino por reducir a nada...

Narcissa cuando se enteró no contuvo el llanto, pero al encontrarse entre esa gente se vio obligada a guardarlo, tragándoselo y suplicando a lo que sea que su hijo este bien y con lo que quedaba de su familia si es que todavía se mantenían con vida.

Pero ahora no sabía que esperar.

El que Harry Potter venga y enfrente al amo oscuro sería un suicidio, aunque claro, si no lo hacía de todas formas terminarían muriendo muchas otras personas más, reiniciándose una batalla que culminaría en masacre y con otras cosas que prefería no seguir imaginar.

—Creí que vendría...— siseo con decepción la inconfundible voz de Lord Voldemort tras abrir los ojos, siendo lo primero en su campo visual el rostro acomedido de Bellatrix quien se apartó de inmediato con la mirada baja hacia su derecha. Mismo sentido en el que él se giró para ver a sus seguidores, dispuesto, al parecer, en otorgarles la libertad para atacar una vez más el castillo y traer al muchacho ante él.

Pero.

Repentinamente sonidos como de crujientes pisadas a lo lejos captaron su atención y de inmediato Voldemort se giró, encontrándose así con una figura que se aproximaba a lo lejos, de entre los árboles más que nada.

Harry Potter señores.

El muchacho acaba de salir a enfrentarlo, soltando algo que parecía ser una piedra y diluyéndose de su verdosa vista los espectros de James y Lily que él solo podía ver.

—H—harry... ¡No! ¡¿Qué haces aquí?! — grito Hagrid aterrado al mismo tiempo que Narcissa se alzo de su lugar con notable pavor.

— ¡Silencio! —le calló Rodolphus que se encontraba ahí dado que si se salvó de morir, pasando a ajustar una de sus cadenas que realizo presión en su garganta.

Mientras tanto, Harry miraba a Voldemort y Voldemort a Harry, en un profundo silencio que nadie más se atrevió a romper después. La intensidad que se dedicaban era tanta que a más de uno comenzó a poner nervioso.

—Harry Potter...— siseo casi sonriendo el tenebroso mago— El niño que vivió ha venido a morir...— dejo a relucir su amarillenta dentadura.

Y el muchacho ni se movió.

Narcissa se encontraba de pie, con su gris mirada y muy fija sobre el chico de la profecía, esperando de forma impaciente que hiciese algo, que lo atacase, que lo matase, que sacara a flote un plan por debajo de la manga.

ʜɪᴊᴀ ᴅᴇ ᴡᴏʟꜰꜱᴛᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora