ʜɪᴊᴀ ᴅᴇ ᴡᴏʟꜰꜱᴛᴀʀ

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Capítulo 75: El Abandono

— ¡Incendio! —exclamo Draco en dirección al relicario que reposaba sobre la base de un árbol cortado quemándolo pero sin lograrle causar ningún daño.

— ¡Reducto! —repitió Hermione, pero el artefacto ni se inmuto. Llevaban horas así.

— ¡Expulso! — lanzo Harry logrando tan solo tirarlo lejos.

— ¿Por qué no intentan con Roctturus? —propuso algo aburrida Aries sentada sobre una piedra al no permitírsele hacer magia.

Nuevamente su varita se le había sido decomisada hasta cumplir los 17.

Los otros cuatro se miraron, siendo Ron el que dio un paso adelante aun con su brazo malherido sujetado por una tela.

— ¡Roctturus! —clamo pero este solo reboto pasando por sobre Draco quien se agacho y terminando por chocar contra un árbol, fragmentándolo hasta volverlo astillas.

La cara del rubio era todo un poema.

—Y... ¿Axylicus? — otra maldición volvió a proponer la Black.

Granger se encamino hacia el guardapelo haciendo retroceder a Weasley.

— ¡Axylicus! —tiro, pero este paso a congelarse hasta el grado de fragmentarse y romperse, elevando las esperanzas de los adolescentes. Sin embargo tras romperse solo había sido la capa de hielo. La castaña bufo con decepción.

— ¿Bombatch...? — volvió a proponer no muy segura de que más decirles entre su fastidio.

Fastidio que no pasó desapercibido por el ojiverde.

—Sabes. Podrías ser de más ayuda y demostrar tus ganas al comprometerte a esto—

—Estoy lo más comprometida que se puede al no poder usar magia cara rajada— arrojo acida.

—No lo parece—

—Dame una varita y yo misma lo destruiré—

—Primero aparecerían 100 mortífagos para matarnos— ante esto ella bufo rodando los ojos y cambiando su mirada hacia un lado.

Potter fue esta vez y lanzo la maldición comprimidora, lamentablemente esta le reboto en el rostro, pasando a destruirle de forma dolorosa la nariz desde adentro y que un brutal rio de sangre descendiese por su boca.

Aterrados, todos corrieron a auxiliarlo entre sus gimoteos de inexpresable dolor al encontrarse retorciéndose en el suelo.

La licántropa quiso tomar la varita del elegido para deshacer el hechizo pero no se lo permitieron, quitándose la de sus manos— ¡No! —exclamo Hermione.

— ¡Se le va a comprimir el cráneo! —grito entre su desesperación.

— ¡Dime el contra hechizo y yo lo hago! —

— ¡Bimbaritch! ¡Bimbaritch! — repetía aterrada.

Rápidamente la castaña lo repitió y el sangrado paro, pero no los quejidos agonizantes debido a que sus huesos iban siendo colocados en su lugar, re armándose en su ya no contraído rostro.

Cuando todo acabo, Potter finalmente pudo respirar con normalidad manteniendo ese horror que lo invadió segundos antes en su aterrada visión y vaivén violento de su pecho por su agitada respiración.

—Harry...— murmuro Aries queriendo acariciar su rostro para tranquilizarlo, pero este se levantó de golpe y corrió hacia el guardapelo con rabia, lanzándole todo tipo de maldiciones y encantamientos que recordaba sin lograrle hacer algún tipo de daño.