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Esteban se retiró de la increíble casa de María ya en medio de la noche, aún incrédulo de ese reencuentro que acabara de ocurrir. Ya había oído hablar de la heredera de Paracambi, la misma con quien había firmado un compromiso a través de Luciano Irajá. Nadie sabía su nombre, todos la conocían simplemente por la imponente acuña: "La Doña".Esteban había conocido su sensibilidad a través de las cartas que había intercambiado con ella. Sin embargo ¿cómo imaginaría que esa mujer, recién llegada a la corte y con quien estaba comprometido a casarse, fuera aquella misma que ocupaba aún sus culpas y el recuerdo de un amor puro y dulce poco más de dos años antes?
Quizás ella realmente lo hubiera perdonado y estuviera lista a comenzar de nuevo como le había dicho, pero algo le sonaba extraño y aterrador en todo aquello. Era demasiado perfecto. De todos modos, estaba a punto de entender de vez por todas sus intenciones. En la tarde siguiente se uniría en nupcias perpétuas con ella.
Su visión romántica del matrimonio no existía, pero no podía imaginar, bajo cualquier circunstancia, nada mejor que el hecho de que el matrimonio se diera con la mujer que amaba. Con la mujer que había amado con locura.
Como Esteban ansiaba la oportunidad de volver a hacerla suya. Tenerla entre sus brazos y compartir la vida, toda la vida. Ojalá el el tiempo pasara rápido y la tarde siguiente llegara pronto. ¡Ojalá!
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En la tarde siguiente el jardín estaba sencillamente adornado para la ceremonia. No sería una gran celebración, a María le causaba repulsa la idea de grandes reuniones sociales, de personas representando papeles de pompa y circunstancia exhibiendo lujos y manteniendo conversaciones rasas y superficiales.
Ella sabía que jamás podría pertenecer a aquel mundo, jamás. El novio la esperaba en el altar, al lado de su madre, Carmela. El padre Belizário que realizaría la ceremonia conocía a María y había sido su confesor desde que era una niña. Esteban sonrió al ver la belleza de la novia que surgió al final de la alfombra. Todos la miraron mientras ella caminaba sonriente.
Su vestido no traía faldas muy pomposas. Era blanco, pero muy sencillo. La sofisticación estaba en la increíble esmeralda que ostentaba sobre su cuello y en la tiara también con piedras verdes sobre sus cabellos sobriamente presos. A pesar de que estaba logrando lo que quería, no se veía feliz, pero muy segura.
Esteban recibió a la millonaria huérfana con una gran sonrisa y la condujo hasta el altar donde el padre Belisario dictó el discurso común de una ceremonia de bodas. Todos se admiraban con la felicidad que aparentaban los novios. Sabían que ellos poco se conocían y más que Esteban tenía fama de oportunista e interesado.
Él era conocido como el caza-dotes. Sin embargo ese día parecían una pareja enamorada recibiendo las bendiciones de Dios para una unión que indicaba durar hasta que la muerte los separara.
Después de la ceremonia, el primer vals fue de los novios como tenía que ser y todos aplaudieron la bella pareja que formaban mientras bailaron. La manera como Esteban le conducía delicadamente por el salón, era como si ella se deslizara guiada por él.
Después del vals, Esteban tuvo la impresión de sentir que María se ha esquivado de un beso que intentó darle, pero prefirió no ocupar su mente con esta duda porque era sólo esto, una duda. Y ahora estaban casados. Sus vidas habían sido unidas en matrimonio, un lazo que debía unirlos, para bien o para mal, durante toda la vida. Así disponía aquella "sociedad" que María tanto repudiaba.
La celebración se tardó un largo tiempo, rompió noche adentro con música, bebidas y una aparente alegría. Irajá animaba a todos en el salón con sus anécdotas y decía que se sentía aliviado porque ahora su niña ya tenía un esposo. En el fondo se se sentía apenado por dejar de ser su tutor y no poder controlar más su dinero, pero no se lo permitiría que nadie conociera su ambición.
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El marido que me compré
RomanceMaría fue traicionada y abandonada por Esteban en 1868. Dos años después, una inesperada herencia le da la oportunidad de vengarse de su antiguo amor. Obligado a casarse con ella para satisfacer el capricho de su venganza, Esteban tendrá dos opcione...