Gracias a todos por estar. 💜🙏🏼 Recibí muchísimos halagos por la historia y saber que les gustó es una alegría sin medida. Perdón por los errores, por mi poca intimidad con el idioma, estoy siempre tratando de mejorar.
***
— Buenas tardes, María. — Saludó Ana Rosa con ironía. — Me dijeron que no estabas.
— Apenas acabo de llegar, pero no me sorprende que te hayas quedado aunque yo no estaba. — María no se esforzó por ser simpática. — Y no contestaste mi pregunta, ¿que quieres con mi marido?
— Con que seguridad dices "mi marido". — Ana Rosa se burló. — Pero claro, para nadie es un secreto que lo compraste...
— Ana Rosa, por favor. — La regañó Esteban. — ¿Como te atreves? ¡Respétame!
— No te preocupes, Esteban. Sé que Ana Rosa actúa así por despecho. Porque tú me elegiste y no a ella. Aún no lo superaste, ¿verdad? — María le atacó acercándose.
— ¿Te elegió? — Ana Rosa volvió a burlarse esta vez con una gran carcajada. — Yo sé que lo compraste, Fue el mismo Esteban quién me ha contado. 1 millón de dólares pagaste para tenerlo, ¿no fue así? Por cierto... Esteban me ha contado tantas cosas de ti cuando estuvieron peleados.
— Estás loca, Ana Rosa ¡esto no es cierto! — Se volvió Esteban a María. — Mi amor, no puedes creerle, ¡Ana Rosa miente! Yo nunca he hablado de ti con ella.
María sintió toda la acción del coraje sobre su cuerpo. Como ese sentimiento recorrió su corrente sanguínea y le tomó los sentidos. Le costó mucho trabajo no volar sobre Ana Rosa este momento, tuvo unas ganas inmensas de ahorcarla. Pero sobretodo le costó mucho trabajo no cachetearle a Esteban con solo pensar que junto a Ana Rosa, él podría haberse burlado de ella y de sus sentimientos.
— ¿Por qué no dices nada? — Preguntó Esteban.
— Ella no dice nada porque sabe que es cierto. Que te burlaste de ella conmigo y... perdóname María, pero nos divertimos mucho con las cosas que decías. Es que eres demasiado sentimental. — Sonrió encarándola firme.
Una lágrima de odio rodó por la cara de María. La firmeza de la mirada de Ana Rosa se volvió en una mirada sorpresa, sus dos ojos abiertos cuando sintió la fuerza de la mano de la Doña. Sobre su cara.
— ¡Cállate desgraciada! — Ordenó María.
— ¿Me pegas porque te digo la verdad? — Le preguntó sorpresa. — Solo quiero evitar que vuelvas a ser la burla de toda la ciudad cuando dejes el país con el hombre que estuvo riéndose de ti con muchas personas.
— ¡Cállate Ana Rosa! ¡Ya deja de mentir! — Le ordenó Esteban, más como que suplicándole.
— No puedo creer que hayas hablado de nuestro plan de irnos del país con ella, Esteban. — Le recriminó María con odio.
— No lo hice, María, no...
María no le dejó terminar de hablar y marcó su cara con sus dedos abofeteándolo para tratar de cobrarle, no podía creer que Esteban pudiera ser tan bajo. Ana Rosa sonrió al pensar que había logrado su objetivo.
— No necesito oír nada. Ya escuché demasiado.
Esteban se sintió doblemente herido. Por su cachetada y porque María no le creyó.
— Ya era tiempo que supieras la verdad, María. Esteban no te quiere...
— ¡Vete ya de mi casa, Ana Rosa! No quiero seguir escuchándote.
ESTÁS LEYENDO
El marido que me compré
RomanceMaría fue traicionada y abandonada por Esteban en 1868. Dos años después, una inesperada herencia le da la oportunidad de vengarse de su antiguo amor. Obligado a casarse con ella para satisfacer el capricho de su venganza, Esteban tendrá dos opcione...