30 - Interrupción inoportuna 🔞

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Si eres sensible a descripción de escenas hot 🔥 aclaro que este capítulo está muy fuerte en la pasión🔞. Quien acompaña la historia desde el principio sabe que el sexo no aparece así como así, sin razón dentro de este imaginario, qué hay todo un contexto. Ojalá les guste, pero quien no quiera leer escenas muy calientes, aviso que este capítulo, de hecho, está acima del tono. ⚠️ Disfruten la lectura y no se les olvide dejar tu ⭐️ y sus comentarios.🌷 Son siempre importantes para que yo sepa si les gusta la historia y incluso, si no les gusta, qué estoy haciendo mal, qué podemos cambiar o adaptar. 😊

***Esteban se levantó en un impulso y se quitó a su albornoz entrando en la bañera y sentándose de frente a María

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Esteban se levantó en un impulso y se quitó a su albornoz entrando en la bañera y sentándose de frente a María. La miraba sin creer que tanta belleza fuera real, al ver María llenando una vasija con el agua y cerrando los ojos mientras el agua escurría por su piel sedosa. María tenía la clara intención de seducir Esteban, disfrutaba ver como él quedaba boquiabierto con cada acción suya.

— ¡Eres preciosa! Preciosa no, ¡divina!

María se divertía con el modo como Esteban la miraba y seguía bañándose lanzándole miradas seductoras hacia él que no cabía de la felicidad al oír sus carcajadas. Entre los dos nunca se había visto tamaña felicidad. Quien los viera, jamás sospecharía todo el dolor y resentimiento que existía entre ellos. Era cómo si eses momentos de amor, de hecho disipara las nubes.

Esteban se levantó, se metió detrás de María y empezó a acariciar su piel con las dos manos envolviendo sus senos dejándola aún más llena de deseo, fascinada. Después de que ella se empeñara tanto en seducirlo y dejarle claro que tenía ganas de más, Esteban hizo lo que ella deseaba y esperaba.

— Déjame ayudarte a bañarse. — él decía susurrando en su oído.

María sintió la pulsación de su erección sobre sus nalgas y reposó su cabeza sobre el hombro de Esteban que la besó vorazmente apreciando el gusto de su piel mojada por el agua sin dejar de acariciar sus senos estimulando sus pezones con el dedo índice. Ya ninguno de los dos podía resistirse a tanto deseo.

Embriagada por las caricias del marido, por sentir su erección tocándola y por besos tan cálidos, María se levantó y se sentó sobre Esteban, girándose cediendo a la excitación que le quemaba la piel. Esteban acomodó a su miembro bajo la feminidad de María e empezó la penetración de su esposa lleno de ansias de estar dentro de ella por todo el tiempo. No parecían que habían hecho el amor hacía tan solo algunos minutos, sus ganas de pertenecerse los aventaba a más y más.

María subía y bajaba llevada por el deseo mientras su pelo, que tanto fascinaba a Esteban, bailaba en el aire mojado y llevado por el movimiento de su cuerpo. Ella gemía sin pensar si alguien podría o no oírlos. Cuando la pasión era demasiada para María ella se agarraba en el cuello de Esteban sosteniendo fuertemente su pelo. En estos momentos el placer quedaba indubitavelmente estampado en su cara y en sus gritos. Sí, ¡María gritaba de placer!

El marido que me compréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora