Capítulo 3

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            Atrapados

_Respiré profundo y me dejé caer en la arena. Tomé mi cabeza entre mis manos, frustrada.

La situación estaba mal, hasta creo que está demás decirlo. Saqué los binoculares de mi mochila y miré hacia todos los lados, buscando algún rastro del barco.

-¿No pudo ser la marea?- Erin preguntó a mi lado.

-Es imposible, Erin. Me gustaría buscar una explicación lógica para poder decirles a todos ustedes de porqué un barco de tantas toneladas desapareció en media hora y es como si se lo haya tragado la arena- seguí buscando, pero a lo lejos solo había agua.

-Es cierto, no la hay. Lo mejor que podemos hacer ahora es intentar sobrevivir, así que levántate y danos órdenes- palmeó mi hombro.

-Creí que Gate estaba tomando votos para colocarse como líder- sonreí.

-Posiblemente, pero mientras tanto, sigue siendo un grano en el culo para nosotros- se levantó y se fue corriendo.

Me levanté y me acerqué al grupo, todos estaban sentados en la arena, casi ni emitían palabra.

-¿Queda agua?- pregunté sentándome junto a ellos.

-Ya no- Shian contestó. Shian era el asiático del grupo, el informático que podía hacer un auto en cuestión de segundos. Bien, exageré un poco. No puede hacer un auto en segundos. Yo decía que él se vería lindo en un drama coreano, pero a él no le parecía la idea.

-Bien, entonces hagamos un destilador- busqué en mi equipaje una bolsa de plástico y saqué mi navaja- Hemist, dame la botella de agua vacía- me la tendió y de inmediato me dirigí a la orilla del mar.

Cavé un poco en la arena con mis manos, luego corté la bolsa a la mitad, igual que la botella de agua. Me acerqué al mar y tomé una buena cantidad de agua, la coloqué encima de la bolsa de plástico y luego le coloqué la otra encima. Una piedra en la cima para finalizar. En unas horas el agua salada se evaporaría y tendríamos agua limpia y sin sal.

Divisé a Brittany dibujando un S.O.S a lo lejos y a los demás buscando cosas que hacer. El único sentado en la arena era Gate. Me acerqué a él.

-¿Tienes un hacha?- le cuestioné sentándome a su lado.

-Sí.

-¿Porqué no cortas algunas ramas?. Vamos a necesitar un refugio. En las tiendas hace bastante frío- crucé mis brazos sobre mi pecho.

-Toma, házlo tú. No me mandes- me tendió la herramienta molesto.

Bufé y la tomé en mis manos.

-Oye Hemist. ¿Puedes ayudarme?- me miró y sonrió para luego tomar el hacha en sus manos y dirigirse al lugar más poblado de árboles. Lo seguí.

-¿Ahora podemos hablar?- dijo colocándose unos guantes que yacían en sus bolsillos.

Miré que no había nadie alrededor y asentí.

-Me gustas, Bee. Pero creo que eso ya lo sabes- dijo confesando al fin sus sentimientos.

-Tu también me gustas, Hemist. Pero no puedes besarme así, no delante de todos- dije bajando mi cabeza. Me quedé mirándolo por un rato mientras cortaba un árbol. Su cabello en combinación con sus pecas le daban un toque sexy y tierno a la vez.

De repente, algo captó mi atención. Cuando el árbol cayó, un líquido rojo salía de él. Me acerqué de inmediato. Toqué un poco de aquella sustancia con mi dedo índice y lo acerqué a mi nariz.

SZIRATROVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora