Hierba mala...
_La cara de mi pequeño hermano era todo un poema, pero luego comenzó a reírse como loco.
-Me caes muy bien, sabes cómo bromear- le dijo al rey a lo que este sonrió, yo conocía esa sonrisa. No era una broma.
-No es broma. Bee te explicará- me miró a lo que yo bufé.
-¿Porqué yo?. No me va a creer- me quejé viendo cómo el salía de la habitación.
-¿De qué carajos hablan?- se colocó serio y tomé asiento frente a él.
A lo lejos escuché la risa ronca del rey.
-¿Recuerdas mi último viaje, verdad?- pregunté a Brone colocando mis codos en mis rodillas.
-Sí, pero, ¿Qué pasa?- su ceño se frunció.
Empecé a contarle a mí hermano cada cosa que pasó en la isla y, mientras más le decía, menos creía.
-Bee...- me miró serio y con sus ojos como dos platos- ¿Porqué sigues haciendo estos viajes?.
-¿Qué quieres decir?- le presté atención.
-Con esa imaginación tuya y todo eso que me acabas de decir podríamos hacer una película- bufé mientras él se rió.
-Sabía que no me creerías- me levanté pero él me haló del brazo e hizo que tomara asiento nuevamente.
-Es broma. Sí te creo. ¿En serio eres ahora propiedad de extraterrestres? ¿En serio escondes a un rey en tu casa?- él no lo podía creer. Vi su expresión y reí, recordando que yo tampoco creía nada.
-Sí, ya sé que mi vida es un libro de fantasía. Pero, por favor, ven con nosotros a 1995. No sé qué haremos, el canoso es muy reservado- susurré con una sonrisa ladina.
-¿Y él tiene súper poderes?- dijo señalando la habitación del rey.
-Solo de teletransportación- dije dudosa, aún había algo más.
De repente recordé que antes de que llegara Brone, Seth iba a contarme.
-Está bien, iré con ustedes. Tal vez no deberíamos confiar tanto, pero al carajo todo. Quiero hacerlo- se acercó a mí- cuídate, te amo- me susurró al oído por lo que fruncí el ceño- ten mucho sexo- se rió para luego irse. No sin antes llevarse un golpe en la cabeza.
A los pocos minutos de mi hermano irse, volvieron a tocar la puerta.
-¿Qué se te quedó esta vez?- abrí la puerta. Pero no era Brone quien estaba del otro lado. Por eso, mi corazón comenzó a latir rápidamente.
-La verdad es que no se me quedó nada, solo vine a visitar- cuando intenté cerrar la puerta él fue más rápido y entró. Yo cerré la puerta y eché un vistazo hacia la habitación del rey, mientras rogaba mentalmente por que no saliera.
Erin tomó asiento y miró alrededor, su sonrisa era malvada y sádica. El descaro en sus ojos era notable.
-¿Qué quieres?. No eres bienvenido, vete- intenté que mi voz no sonara asustada.
-Vine a buscarte, Izaro te quiere y Geo también. Créeme que ambos están muy enojados. Tal vez te van a cortar a la mitad para así repartirse en partes iguales- sonrió como si eso fuera lo más gracioso del mundo.
De inmediato me puse nerviosa, ¡No!. No puede ser.
-No voy a ir a ningún lado. No pueden obligarme- esta vez mi voz sí demostró el miedo que sentía.
Él se levantó y se acercó a mí a paso lento mientras yo retrocedía. Su sonrisa se había borrado y ahora sus ojos mostraban amenaza y enojo. Choqué con la isla de la cocina. ¡Maldición!.
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SZIRATROV
FantasyUna isla, dos reyes. Una disputa que va más allá que una simple guerra por Sziratrov. Bee está en el medio de todo esto sin saber cómo escapar. Bee conocerá lo que está más allá de su aburrida vida. Los monstruos no nacen, son creados y, lamentablem...