El rey del Blue Stone
_Lo vi. Vi al rey. Cuando la puerta se abrió para mí, pude observar mejor su figura. En lo primero que me fijé fue en su rostro, tenía unos ojos grises que podían notarse desde lejos. También tenía el cabello blanco. Al parecer en ese lugar todo el mundo tenía un color de pelo poco común.
Bajé la mirada y me fijé en su cuerpo; era un hombre alto, muy alto y musculoso. Su ropa era igual que la de Salty. Tenía unos pantalones que se colocaban muy bien en su cintura, una camisa muy antigua que le hacía notar sus músculos y un tipo de gabardina que bajaba a sus rodillas.
Escuché un carraspeo y levanté la mirada para fijarla en sus ojos. Tenía determinación e impotencia en su mirada. Pero también se estaba divirtiendo con mi falta de discimulación, aunque no sonreía. Sus facciones eran definidas y su cara seria, eso le daba un toque varonil.
-Adelante- invitó con su voz ronca.
Pasé y la puerta se cerró detrás de mí. Los guardias lo hicieron por mí. Dentro de la habitación estaba una cama digna de un rey, también un escritorio y demás cosas de las que no me fijé.
Él tomó asiento en su escritorio y me hizo señales de que también lo hiciera. Caminé hacia allí y tomé asiento frente a él. Coloqué mis manos en el asiento de piel, nerviosa ante lo que diría.
-Estoy al tanto de todo- informó con su voz seria. Bajé la cabeza sin saber qué decir. Me sentía cohibida de pies a cabeza- Necesitan el barco para irse, pero de repente no está. Lo que haremos es ir al Zkretu e investigar si está allá.
-¿Podría hacer eso por nosotros?- cuestioné esperanzada.
-No. Mi lacayo lo hará- contestó fríamente y luego colocó los codos en el escritorio.
-Ah. Muchas gracias de todas maneras- le dí una sonrisa amable.
-No lo agradezca. No lo hago por ustedes, solo no quiero humanos en mi castillo- confesó serio. Me sentí ofendida.
-Me imagino- rasqué mi cabeza.
-Si dan un mal paso, podrían morir todos. El reino Zkretu no se anda con rodeos así que no pueden meter la pata- informó acercándose un poco más- somos enemigos desde hace mucho tiempo y solo esperan que mis sirvientes den un paso en falso para matarlos- se levantó de su asiento y se dirigió a mí a paso lento. Se inclinó muy cerca de mí y se acercó a mi oído- y si uno de mi ejército muere por culpa de tus humanos. Yo los mato a ustedes- concluyó. Sentí terror inmediatamente ante su voz aterciopelada en el lóbulo de mi oreja.
-¿Qué debemos hacer entonces?- cuestioné levantando mi cabeza. Para ese punto ya él se había alejado un poco.
-No hablar. No le hacen caso a simples humanos. Salty se encargará de eso- dijo dándome la espalda y dirigiéndose al gran ventanal.
-¿No podemos simplemente reclamar lo que nos pertenece?- se volvió hacia mí y me fulminó con la mirada.
-Cuando los reinos toman barcos, es porque los dueños están muertos. Para ellos, ustedes están muertos. Si se llegan a aparecer por ahí, serán un banquete para el reino- sonrió. Pero cabe destacar que no era amable su sonrisa.
-Aún no entiendo algo, ¿Porqué son tan malos los reinos? ¿Porqué no hay humanos aquí? ¿Qué especie es usted?- lancé esas preguntas tomando una gran bocanada de aire al final.
-Los reinos se pelean por sus culturas y el control de la Sziratrov, la isla. El Zkretu hace cosas que no son permitidas por nuestro reino. Aquí no hay humanos porque los bacoséctidos los devoran al mediodía, justo como a tu amigo. Y no es de tu incumbencia lo que soy. Para ustedes soy el rey Seth- me sorprendía la manera directa en la que decía las cosas. Daba miedo con solo escucharlo.
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SZIRATROV
FantasyUna isla, dos reyes. Una disputa que va más allá que una simple guerra por Sziratrov. Bee está en el medio de todo esto sin saber cómo escapar. Bee conocerá lo que está más allá de su aburrida vida. Los monstruos no nacen, son creados y, lamentablem...