28.

1.8K 175 713
                                    

Casi siete meses pasaron desde el nacimiento de los mellizos, no cambiaron mucho las cosas solo que por obviedad la pequeña Zaphiri se la pasaba de casa en casa, los fines de semana eran completos de Kanon se quedaba con ella y aveces hasta con Mystoria el que se ponía a llorar cada vez que veía que se llevaban a su hermana, se calmaba una vez que estaba al lado de ella de nuevo, cuando eso pasaba Kanon no tenia de otra que llevarlo con ellos por unas horas.

Hoy debía ir a buscar a su pequeña hija, ya no podía esperar para tenerla consigo de nuevo. Pero alguien se lo estaba impidiendo.

- Saga, sueltame.

- No quiero.- sintió sus brazos aferrarse más fuerte a su cintura y podía jurar que el mayor estaba casi asiendo un puchero- déjame disfrutar los últimos minutos en los que se seras completamente mío, antes de que Zaphiri me quite tu atención.

- ¿Celoso de tu sobrina?

El mayor lo pensó unos segundos, para que mentirle, antes se repartían el tiempo entre él y Shaka pero ahora con la llegada de otro bebé tenia menos atención incluso. Sonaba a berrinche pero extrañaba sus tardes juntos en sus sábados de flojera.

- Algo...

- Te lo voy a compensar te lo juro.

- ¿Porque mejor no lo haces ahora?

No le dio tiempo a contestar, simplemente lo lanzo a la cama con algo de fuerza, subió sobre su gemelo admirando la expresión algo asustada del menor, bien sabia que estaba todo menos asustado.

- Saga.

- Saga, nada. Luego le inventas una excusa al bicho de porque te tardaste.

Ataco su cuello con besos, sentía que habían pasado décadas desde la ultima vez que pudo besar ese cuello y esos labios que tanto extrañaba, cuando la verdad había sido solo una semana, la más eterna de su vida. Sus manos bajaron por el cuerpo de su hermano mientras seguía besándolo con devoción, mordiendo sus labios para que Kanon soltara algo parecido a un gemido que trato de ocultar sin nada de éxito.

-N-ni se te ocurra...- le susurro apenas.

- Muy tarde Kanito.

Su cuello fue mordido con fuerza, dejando una marca que se vería por días completos, el menor de los dos le daba ligeros manotazos que ignoró a propósito  creyendo que era para que lo soltara, en vez de eso hizo todo lo contrario, lo atrajo lo más posible a su cuerpo para volver a atacar su boca con besos voraces, sin siquiera escuchar como la puerta era abierta.

- ¡Saga, Kanon!

El mayor se separo de golpe al escuchar la voz de su madre, agradecía mentalmente que no lo haya encontrado en otra situación. Asmita se veía más preocupado que sorprendido.

- Mamá te lo podemos explicar.

- Haré como que no vi nada por el momento- eso era raro ya se esperaban el castigo de su vida no una posible tregua- Milo llamo, Kardia entro en trabajo de parto y necesita que alguien se quedo con los mellizos, ya viene para acá con ellos ¡Comportense!

Se levantaron más que rápido de la cama, preparándose para hacerla de niñeras unas horas y para enfrentar muy pronto al Demonio de su casa.

~•~

Nervios era una palabra corta para lo que estaban sintiendo ahora, pronto llegaría a sus vidas un nuevo hermano o hermana , el único que sabia que seria ese nuevo bebé era Dégel y su mamá le prohibió siquiera dar una pista. Con los mellizos donde los gemelos podían estar tranquilos de que estarían bien cuidados podían preocuparse solo por la salud de su mamá, por su edad era peligroso un parto normal pero Kardia había insistido que no quería cesárea y Dégel no muy seguro accedió, con la condición de que si las cosas se complicaban haría la cesárea aún sin su consentimiento no arriesgaría ni la vida de su pareja o la de su bebé.

Camus golpeaba su pie contra el piso, rogando por que nada malo pasara Milo estaba igual o peor que él, ninguno de los dos sabia que iban a hacer si las cosas salían mal y su mamá no resistía el parto. Sintió una mano fría sobre la suya, miro a su hermano mayor se notaba que estaba buscando algo de apoyo mientras sus abuelos llegaban.

- Dime que todo va a estar bien, por favor.

- Eso necesito que me lo digas tu a mi.

- Somos un asco en darnos apoyo.

Rieron un poquito pero no se les iban los nervios de encima. Solo querían que los minutos y las horas pasaran rápido o serian capaces de tirar la puerta de una patada.

Dentro de la sala Dégel trataba de hacer todo lo posible para que el parto fuera lo más rápido posible pero bien sabia que eso dependía de Kardia, apenas comenzaba a pujar y ya lo notaba pálido cosa que no le gusto en lo más mínimo.

- ¿Estas bien?- trato de no sonar preocupado pero no le funciono.

- Estupendo.- jadeo- tu concéntrate ahí abajo.

El francés de sonrojo un segundo sin querer, por suerte la mascarilla que utilizaba no dejo que Kardia lo notará.

- La mania que tienes de hacerme malpensar las cosas.

El otro solo pudo sonreírle antes de que otra contraccion lo atacara, definitivamente este había sido el embarazo más difícil que había tenido. Trato de poner de su parte lo más que pudo, era su tercer hijo sabia que tenia que hacer y que no, pero no sabia porque se notaba más cansado que las veces anteriores, sentia que pronto terminaría esa tortura, por lo menos no le habían hecho la maldita cesárea. Un ultimo esfuerzo y escucho el llanto de un bebé. Sonrió mirando el techo.

- con cuidado.

Paso el pequeño bultito a las enfermeras para que ellas se encargaran de hacer lo necesario. Noto algo extraño ¿¡Porque demonios Kardia no le estaba exigiendo saber que era su hijo!? La respuesta le llego de inmediato.

- ¡Doctor perdemos al paciente!

Su sangre se congelo, no era la primera vez que se enfrentaba a una situación como esa, sabia lo que tenia que hacer para evitar una tragedia pero su mente se puso en blanco de la nada. Para su suerte quienes lo ayudaban supieron como traerlo de regreso y preparar todo para una reanimación inmediata. El desfibrilador fue puesto en sus manos. Comenzó con la reanimación la que fue la más larga de su vida.

- Kardia por favor responde.

Con cada descargar dada a su cuerpo se desesperaba más ¡No había reacción! Si no podía salvarlo o sabría que hacer, vio más de una vez el sufrimiento de familias enteras al saber que la madre no había soportado el parto, no quería sentir ese dolor o verlo en sus hijos, ¡Haría hasta lo imposible para no perderlo!

- ¡Kardia, maldita sea siempre me dijiste que querías una niña y ahora que la tienes piensas dejarla sola!

Como si eso hubieran sido las  palabras mágicas, su fiera comedora de manzanas volvio a reaccionar, los latidos de su corazón se volvieron a ver en la maquina que media su pulso. Dégel se arrodillo a un lado de la camilla casi llorando, por poco y lo pierde.

-Nunca más me dejes convencerte de algo...- Escuchar su voz aunque cansada fue lo mejor que pudo pasarle en la vida- ahora quiero ver a Calvera.

🔥🔥🔥

Mi mentecita: No crees que te pasaste.

- ¡¿Que!? Nadie murió de que me hablas.😕

Mi mentecita: te pasas.

ScorpioNoMilo  💕

¿Quién es el padre? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora