24.

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Saga disfrutaba del silencio de su habitación, el que por alguna razón sentía que se acabaría muy pronto y el culpable tenia un nombre: Kanon.

- ¡Saga!

- ¡Ga!

La puerta se abrió por culpa de una fuerte patada hecha por Shaka. Su hermanito comenzaba  a hablar mejor y de su nombre solo decía la parte final. Desde que les dio ese susto terrible hace casi un mes no lo dejaban solito para nada.

- ¿¡Que les pasa par de salvajes!?

Vio como el pequeño rubio movía sus bracitos más que feliz por hacerlo enojar. Conto hasta diez no podia enojarse con él.

- Uh, nosotros que veniamos a decirte algo importante, pero no nos quiere escuchar. Malo.

- A-lo.

Suspiro, le pedia a los Dioses que le dieran paciencia sino los tiraría a los dos por la ventana.

- ¿Que me iban a decir?.

- El bicho llamo, esta en el hospital.

Saga quedo en blanco por un segundo, no podía creer con la tranquilidad que lo decía. ¡Los renacuajos se podian haber adelantado y el como si nada! Algo no cuadraba aquí, Kanon es el que más se preocupa por esos bebés, era muy extraño que su gemelo estuviera tan calmado.

- Dime que no es algo malo.

- ¿Qué?- lo quedo mirando raro, como si el loco fuera él- No te asustes, es una ecografía de rutina. Solo venia a preguntarte si nos quieres acompañar a Shaka y a mi.

- No tenias que asustarme tanto idiota.

- Pero tu amas mi idiotez, hermanito.

Se puso serio, lo que para su igual significo algo no muy bueno. Con paso lento el mayor de los dis se le acercaba, no podía huir como le hubiera gustado al tener a esa mini copia rubia en brazos. Se vio acorralado en menos de lo que pensó. El rostro de Saga estaba demasiado cerca del suyo, lo vio levantar una mano.

- Shaka, no veas.

Le cubrió la vista al bebé. Con su mano libre giro el rostro de su gemelo en su direccion, adoraba verlo entre asustados y expectante. Se le acerco jugando con la nariz contraria, hasta unir sus labios como hace mucho no lo hacian. Siguió besando a su hermano hasta que sus pulmones necesitaron oxigeno y Shaka lo mordio aburrido de no ver nada.

- Pequeño mata pasiones.- le saco la lengua lo que el chiquito imitó.- Vamonos, Milo se aburre solo.

~•~

Estaba sentado esperando con toda la paciencia del mundo a que su papá lo atendiera de una vez, aun siendo su hijo debía esperar su turno, y él que pensó que tendria preferencia al tratarse de su hijo y de sus nietos. Ya no sabia como sentarse no estaba cómodo con ninguna posición. Estaba pensando seriamente en ir a atormentar a Seraphina si no pasaba algo interesante pronto. Al parecer sus ruegos fueron escuchados, desde lejos pudo identificar los cabellos celestes de Afrodita, al parecer el sueco venia a lo mismo que él.


- ¡Milo!- lo abrazó sin que se lo esperara- eres mi salvacion, me cambiaron de doctor y se me olvido como se llama. Tu debes conocerlos a todos donde tus papás trabajan aquí.

- Hola Dita, un gusto verte también.- no le reclamo nada sabia como era el mayor- claro que puedo ayudarte, ¿te acuerdas algo de su nombre?

- Sonaba francés...

- ¿Labelle?

- ¡Ese mismo!- tomo sus manos- dime quien es.

- Es mi papá, y sin querer llegaste a su consulta.

Su idea de ir a molesta a esa enfermera se había ido por el momento, mejor de quedaba un rato con su amigo. Se le hacia tierno las expresiones de Afrodita al ver como se movian sus hijos dentro suyo, auque a él mismo no le gustaba tanto ¡Era como si de verdad estuvieran peleando!

- Lo que me espera.

La voz de mayor lo saco de su nubecita del dolor. No entendió lo que dijo hasta que se fijo en lo obvio, tenia ocho meses y unos cuantos días debía verse como una pelota con patas, Afrodita apenas debía ir por los cuatro los movimientos del bebé casi no se sentían a esa "edad" aparte que los suyos eran dos, ¡Era sufrimiento doble!

- Dita, no es tan doloroso como se ve. Solo que mis renacuajos son unos inquietos de primera y no me dejan tranquilo avec...- sintió dos patadas al mismo tiempo- ¡Hijos de...mi! Zaphiri 1 y 2 quietos.

Dita se hubiera reído de eso, de no ser que vio a una enfermera de cabellos plateados mirar asustada a su amigo y salir casi huyendo de ahí. Le pregunto si sabia porque pasaba eso, solo se llevo de respuesta que tal vez lo había confundido con su mamá.

- Milo, tu turno.

- Suerte bicho.

Estaba acostumbrado a las ecografías, no eran algo que lo asustaran pero algo le decía que esta seria muy diferente. Todo empezó normal, odiando el frío del gel y tratando de adivinar la figuras de sus bebés en el monitor, no se hubiera asustado de no se que vio una expresion de preocupación en el rostro de su papá.

- ¿Pasa algo malo?

No le respondió, ¡Eso no era nada bueno! Estaba que le gritaba que no se quedara callado pero Dégel hablo antes.

- Están en posición...

- ¿Posición de qué?

- Milo, tienes que tener mucho cuidado estos días. Cualquier dolor o dureza de tu vientre me avisas, estos niños nacerán pronto se van a adelantar como te dijo Sasha.

Se puso palido de repente, sabia que esto podía pasar pero creía que durarían hasta los nueve meses dentro suyo. Que ya quisieran salir era una sorpresa muy grande. Salio del lugar más preocupado de lo normal, trato de calmarse para no preocupar a Afrodita que seria la primera persona con la que se encontraria, no pensó encontrarlo con Shaka en brazos y los gemelos con él. Trato de sonreirles una vez que Dita entro a su consulta.

- Tengo que decirles algo.

- ¿Paso algo malo?

La preocupación se reflejaba hasta en la carita de Shaka. Se acaricio su pancita en un intento por calmarse.

- Según mi papá, nacerán antes de los nueve meses.

- ¿¡Qué!?

- ¡No griten que me van a dejar sordo! Sabíamos que esto podia pasar, hasta su mamá me dijo que le paso con ustedes. Solo tenemos que estar listos y ya.

Trato de restarle importancia al asunto cosa que no funciono, todos sabian que en menso tiempo de lo que pensaron sabrian quien es el padre.

🔥🔥🔥

¡Si mis bellezas, los renacuajos capaz nacen el próximo capitulo!

ScorpioNoMilo. 💕

¿Quién es el padre? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora