Capítulo 2.

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HUGO:

Estábamos en la piscina y no me creía a quien veía a lo lejos, era Nick, mi mejor amigo de la infancia.

- ¡Nick! - me levanté y fui corriendo para abrazarlo.

- ¡Hugo! - me dijo él feliz.

- ¿Cómo te va? - le pregunté cuando nos separamos del abrazo.

- Pues ya ves, de viaje familiar.

- ¿Ya tienes...

- Sí, y estoy muy feliz - me cortó sonriéndome.

- Me alegro mucho - le volví a abrazar - ven te presento a mis amigos.

- Vale - me respondió.

- Chicos venir - los llamé - Chicos este es Nick, Nick estos son Gerard, Flavio, Jesús, Javy y Rafa.

- Encantado - dijo Nick dándole la mano a todos.

- Encantando - dijeron todos a la vez haciéndole reír.

- Bueno si queréis os presento a unos amigos de mi familia que también han venido.

- Claro - le dije.

- Ahora vengo - dijo Nick.

- ¿Ese es el huérfano? - preguntó Jesús.

- Sí, pero ya tiene familia y no sé lo recuerdes.

- Vale - me respondió sonriendo. Nick apareció con una chica y un chico.

- Os presentó a Ariadna - dijo  presentando a la chica la cual saludo con la mano - y a Bruno - el nombrado hizo lo mismo que la chica.

Pasamos todo la tarde jugando en la piscina con Nick y sus amigos.

- ¿Ahora a dónde vais? - nos preguntó Bruno.

- Tenemos que ir a ducharnos y prepararnos para la cena.

- Vale, nosotros también nos vamos, adiós - los tres se despidieron con un abrazo a cada uno y se marcharon.

- Que bien me han caído - dijo Flavio mientras íbamos hacia la habitación.

- Y a mi - dijeron Gerard y Javy a la vez.

Llegamos a la habitación y el primero en entrar a ducharse fue Flavio que era el que menos tardaba, mientras unos veían la tele y otros tocaban la guitarra.

- Ahora vengo, voy a dar una vuelta - les dije a los chicos.

- Vale - me respondieron. Salí de la habitación y al cerrar la puerta me encontré de frente con una de las chicas de la habitación de en frente que salía también.

- Hola - me sonrió.

- Hola - le sonreí.

- Bueno yo iba a dar una vuelta, adiós supongo - se quedó un rato mirándome como esperando que le dijera algo y al ver que no dije nada empezó a caminar.

- ¡Espera! - grité haciéndola frenar - yo también voy a dar una vuelta, ¿Vamos juntos? - ella me sonrió y los dos empezamos a andar.

- ¿Tienes el mapa? - me preguntó.

- Mierda - me giré para ir a por él y ella me agarró del brazo, al girarme para mirarla tenía un mapa en su mano y se estaba riendo - qué graciosa - dije sarcásticamente.

- Vamos anda - dijo riéndose.

- Por cierto, ¿Cómo te llamas? - le pregunté.

- Eva, ¿Y tú?

- Hugo.

- Encantada Hugo.

- Igualmente Eva - nos estrechamos las manos y seguimos andando.

. . .

Pasó una hora desde que salimos a dar una vuelta.

- Oye, ¿A qué hora tienes que ir al restaurante?

- A las nueve y media, ¿Y tú?

- Igual - seguimos caminando - ¿Qué hora es?

- Las nueve - Eva frenó en seco y me miró.

- ¿Es broma no?

- No, ¿Por qué? - al segundo abrí mis ojos - ¡Ostia que llegamos tarde! - exclamé, cogí a Eva de la mano y fuimos corriendo a la habitación.

- Espera yo tengo que ir a la mía - me dijo Eva.

- Vale, hasta otra vez - le dije sonriendo.

- Sí, adiós - me dió un beso en la mejilla y entró rápido a su habitación. No me esperaba eso para nada y me quedé un ratillo parado en frente de la puerta hasta que recordé que iba tarde.

. . .

Llegué corriendo al restaurante y me puse al lado de mis amigos.

- ¿Dónde te habías metido? - me preguntó Gerard.

- Dando una vuelta - le respondí.
- Vale estáis todos, podéis ir a comer. Fuimos a coger mesa y la única que encontramos estaba al lado de las chicas de enfrente de la habitación.

- Vaya que suerte tenemos - sonrió Rafa.

- Suerte no, lo voy a pasar fatal, que vergüenza - dijo Flavio.

- No te preocupes que te dejamos en el sitio de espaldas a la rubita - dijo Jesús, Flavio abrió los ojos.

- Nos dimos cuenta de cómo la miras - dijo Javy, todas asentimos.

- Y tú seguro que fuiste con la chica de morado - me dijo Jesús - por eso tardaste tanto.

- Jesús una cosa, ¿Tu eres detective, adivino o algo? - le pregunté.

- Ósea que Jesús ha acertado - dijo Rafa y yo asentí - Ostia hermano, míralas bien, ¿Le gusto a alguna?

- ¿Cómo voy a saber eso?

- Yo que se por probar - Yo decidí dar el paso y sentarme en la mesa quedando en frente de Eva. Después se sentaron mis amigos.

EVA:

Estábamos hablando sobre mi supuesta "cita" con Hugo, cuando de repente se sentó en la mesa de al lado con sus amigos. Él se sentó quedando en frente mía, lo que me parecía algo incómodo.

- Voy a por más ensalada - les dije a mis amigas. Me levanté y fui a por más, al llegar allí me encontré con Eli, la "chunga" de la clase, aunque yo sabía que ella no era así realmente pero solo conmigo se mostraba tal y como era.

- Hola Eli - la saludé sonriendo.

- Hola Eva - me respondió ella.

- Esta ensalada está buenísima - le dije.

- Yo ya vengo por tercera vez a echarme - me dijo bajito para que nadie la escuchara.

- Yo la segunda - le dije igual.

- Por cierto el rubio parece no fijarse en otra cosa que en ti.

- Sí, antes fuimos a dar una vuelta, según mis amigas era una cita pero no era en verdad.

- Bueno, yo no digo nada, pero se puede considerar así. Bueno adiós y suerte - me dijo levantando el pulgar y guiñándole un ojo y yo solo reí.

Me senté en la mesa y empezé a comer, estaba ajena de lo que hablaban mis amigas pensando en lo que me había dicho Eli. Levanté la cabeza y me encontré con la mirada del chico desde la otra mesa, cuando vio que lo miraba apartó la mirada, volví a mirar a mi plato sonriendo.
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Espero que os guste...
Y esto es solo el comienzo, se vienen cosas, yo ahí lo dejo😉❤️❤️

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora