capítulo 25

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EVA:

Llevábamos un rato esperando a que Hugo nos diera la señal para poder seguir con el plan.

Me estaba poniendo nerviosa por si había pasado algo o le había pasado algo, no dejaba de tocarme el pelo y aunque lo hacía casi siempre cuando estaba nerviosa o me preocupaba algo me lo tocaba mucho más.

- Eva tranqui, que no le pasa nada - me dijo Anajú frotándome los hombros.

- Pero está tardando mucho - dije mirándola y apartando la mirada del walkie después de un buen rato mirándolo.

- Ya estamos en la piscina, correr - escuché a Hugo decir a través del walkie.

- ¿Ves cómo está bien? - me dijo Anajú por encima del barullo que se había formado.

- Vamos - me dijo Marta. Corrimos junto a María, Sabela y Julia por los pasillos hasta llegar a la habitación.

- ¿Dónde está el portátil Eva? - me preguntó Sabela.

- Tengo el presentimiento... - dije mientras abría el armario - que está... - rebusqué entre lo más alto del armario - ¡Aquí! - exclamé cogiendo el portátil y bajando del armario, en él que me había montado para poder buscar mejor.

- La contraseña... - dijo Julia poniéndose a escribir.

- Busca en imágenes - le dijo María a Julia.

- ¡Mira mira! - dijo Sabela señalando una carpeta con el nombre de "la cosa x" que nos pareció algo extraño.

- Bingo, mirar las fotos - dijo Marta.

- Borrar - dijo Julia en voz alta dándole al botón - Listo... No lo creo - dijo está mirando fijo la pantalla.

- Somos libres - dijo Sabela riendo. Las dos chicas se miraron y se abrazaron riendo, abrazo al que se unieron María y Marta, y después yo.

Había juzgado mal a estas chicas, pensaba que eran como Alba pero no lo son... ¡Son geniales!

- Vamos, vamos - dijo María.

Lo dejamos todo como estaba y corrimos hasta alejarnos.

Cuando llegamos a un pasillo alejado de la habitación avise a Hugo.

- Ya hemos terminado - le dije entrecortadamente a Hugo, ya que estaba respirando cansada por la carrera que habíamos dado.

- Eva... Sentimos si alguna vez hemos hecho algo que te haya sentado mal... Creo que ya verás que no era por voluntad propia - me dijo Sabela.

- Chicas, todo está bien y no os preocupéis que estáis perdonadas - nos reímos y nos abrazamos.

- ¿Entonces... Amigas? - me preguntó Marta tendiéndome la mano.

- Amigas - le di la mano y nos sonreímos - amigas todas - dije mirando al resto y riendo.

- Vamos a buscar a Marilia - dijo María y volvimos a dar otra carrera.

-¡Marilia! - gritó Marta haciendo que l chica nos mirara.

- Estáis rojas como tomates - dijo Marilia cuando llegamos a ella.

- Llevamos corriendo un montón - dijo Julia.

- Ya creo que no hace falta que haga ejercicio en un mes... - dijo María.

- Ya ves... - reí. Pero mi risa de cortó cuando al final del pasillo vi a Natalia mirándome fijamente - ahora vengo chicas, no os vayáis.

- Vale - asintieron todas.

Natalia se marchó y yo corrí hasta alcanzarla.

- Natalia... - la llamé.

- Tenías una misión muy fácil y ni siquiera la cumples... Tu te has buscado solita las consecuencias.

- Pero... No lo hice queriendo... Dame otra oportunidad - le supliqué.

- No. Déjame que piense - hizo el gesto de estar pensando -  Con Hugo no sé qué traes, tenéis tantas idas y venidas pero... ¿Ana Julieta se llama? Sí, tu amiga... O hermana no sé, pero la quieres mucho.

- Ni se te ocurra hacerle algo a Anajú - la dije con el dedo índice levantado.
- Pues haber hecho lo que te pedí, ahora tienes que asumir las consecuencias.

- No por favor, no le hagas daño - de mis ojos empezaron a brotar lágrimas.

- Adiós Eva, y espero que aproveches de tu amiga los últimos días. ¿Sabes que es lo peor? Qué no vas a saber cuándo le haré algo - se giró pero paro en seco y volvió a mirarme - por cierto... Tus nuevas amigas son majas. Lo pasamos muy bien en el campamento aquel verano, mándale saludos a la rubita que no os he visto - sonrió y siguió su camino.

Yo me quedé allí parada sin entender nada, ¿Campamento? Si mis nuevas amigas tenían mi edad y Natalia era adulta... ¿Cómo van a haber estado en un campamento? Estaba llena de dudas ante aquello, pero todas se marcharon al recordar a Anajú.

- ¡Chicas luego nos vemos! - salí corriendo ignorando las preguntas y cosas que me decían.

Corría por los pasillos y por todos lados de aquel barco sin importar quién me miraba, cómo o que de vez en cuando chocara con alguien, tenía un destino y era encontrar a Anajú.

- ¡ANAJÚ! - la llamé gritando tan fuerte que todos en los que estaban en ese pasillo, incluidos Rafa y Gérard me miraron.

- Eva, ¿Qué pasa? - me preguntó preocupada. No dije nada, solo corrí llorando y la abracé lo más fuerte que pude.

- Te quiero, mucho.

- Lo sé pero... ¿Ha pasado algo?

- Bueno... Estaba pensando si nos pudiera pasar algo en el barco y me he preocupado y bueno... Mis paranoias.

- Ai Evi, que no me va a pasar nada - me dijo abrazándome de nuevo.

- Ya... - le respondí mirando al suelo.
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Es corto pero con cosas nuevas... ¿Por qué Natalia le dijo lo del campamento? Sobre todo...
¿Por qué le manda saludos a Alba en especial?
¿Qué le pasará a Anajú?
¿Volverá a haber algo entre Hugo y Eva?
Cada vez ocurren más y más cosas... ¿Qué habrá detrás de todo?

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora