capítulo 7.

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HUGO:

Después de desayunar volvimos a hacer los trabajos, esta vez nos ha tocado a mi grupo estar en la cocina. Lo estaba pasando verdaderamente mal ignorando a Eva.

- Hola - me dijo feliz abrazándome por detrás.

- Hola - le dije sonriendo tratando de disimular.

- No me has hablado en todo el día desde... Bueno cuéntame algo - me dijo Eva.

- No hay mucho que contar - le respondí sin apenas mirarla - ¿Me pasas el queso?

- Claro, toma - me dijo dándome el queso - oye, ¿Pasa algo? - me preguntó Eva, levanté la cabeza y miré al frente.

- No - le respondí para seguir preparando el almuerzo.

- Ya, bueno - dijo para después marcharse. En cuanto se fue me frote la cara con las manos pensando que si así tendríamos que estar mejor me tiraba al agua.

- Joder - dije al cortarme el dedo con el cuchillo. Fui corriendo a echarme agua pero el corte era muy profundo, Eva entró con una caja de verdura.

- ¡Dios mío Hugo tu mano! - exclamó soltando la caja y corriendo hacia mí.
- No pasa nada - dije intentando que no me viera la mano.

- si que pasa Hugo, dejame verla - me pedía Eva intentando cogerme el brazo.

- Eva déjame en paz de una vez - dije apartándola y yéndome de la cocina.
Por el pasillo iba corriendo en busca del primer lavabo que encontrara y me choqué con Nia.

- Dios Hugo - me dijo mirándome la mano.

- Ya lo se estoy buscando un lavabo - le dije.

- Ahí hay uno, ¿Quieres que llame a alguien o te traiga algo? - me preguntó Nia preocupada.

- Sí, ¿Puedes avisar a Noe y que traiga algo? Y no te preocupes- le sonreí y me fui corriendo.

Al poco tiempo apareció Noe por la puerta preocupada.

- Dios Hugo, ¿Cómo te has hecho eso? - me preguntó Noe.

- Me he cortado - le dije - ¿No has traído nada?

- Sí, pasa - dijo Noe a alguien que estaba en la puerta, y mi cara se puso seria y sorprendida al ver quién era.

- Eva... - fue lo único que pude decir después de como le hable.

- Bueno, ¿Qué tenemos que hacer? - preguntó Eva ignorandome.

- Coge la gasa y el alcohol y le limpias la herida - le dijo Noe a Eva.

Ella hizo caso y me empezó a limpiar la herida, yo la miraba fijamente esperando al menos una mirada de ella pero se limitó a limpiarme la herida, me había pasado demasiado y ella solo quería ayudarme.

- Aquí faltan las tijeras - dijo Noe buscando en el botiquín, se paró a pensar - ¡Ai es verdad están en el despacho! Ahora vengo, cuidado - dijo Noe yéndose corriendo.

- Eva - por primera vez desde nuestro incidente en la cocina me miró - lo siento.

- ¿Por qué me hablaste así?

- Lo siento me puse nervioso.

- Algo te pasa y no me lo quieres contar.

- No me pasa nada Eva.

- Ya, pues no te creo - Noe entró por la puerta y no me dio tiempo a explicarme con Eva, me curaron la herida y me dejaron volver a la habitación.

Estuve un rato en la habitación y el teléfono sonó.

- ¿Si? - pregunté.

- Hugo tenemos reunión en la sala del capitán, corre - escuche decir a Samantha al otro lado del teléfono. Corrí lo más que pude hasta llegar a la sala donde ya estaban todos.

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora