capítulo 16

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HUGO:
- No está - dijo Anajú.
Flavio y yo entramos corriendo y vimos que era cierto, todas las puertas estaban abiertas y Flavio se encargó por si quedaba alguna duda de mirar.
- No está - volvió a repetir Flavio desde la última puerta del baño.
- Dios mío - dije saliendo del baño.
Noté como mi cabeza me empezaba a dar vueltas, mis nervios y preocupación aumentaron al ver que no estaba allí.
- Hugo - dijo Anajú - no te preocupes.
- ¡¿Cómo que no no me preocupe?! Sabemos que quieren hacerle algo y ahora no está, ha desaparecido, ¿Y tengo que tranquilizarme? - dije enfadado.
- Hugo no le hables así - dijo Flavio.
- No Flavio, lo entiendo pero si nos relajamos podemos pensar mejor y alomejor encontrarla - dijo Anajú con una voz calmada.
- Alomejor - repetí con desagrado - alomejor la encontramos viva, muerta o alomejor ni la encontramos - dije enfadándome más.
- Hugo para - me avisó Flavio.
- Para no, esque no lo entendéis es la mujer de mi vida.
- Te entendemos Hugo, yo la llevo conociendo desde que tengo uso de razón y hemos estado siempre que lo hemos necesitado, juntas hemos pasado momentos buenos desde fiestas de pijamas y fiestas hasta momentos malos como operaciones o divorcios. Así que Huguito entiendo que sea la mujer de tu vida pero también es más que mi hermana, no digas que no te entendemos porque somos los que mejor te entienden - dijo Anajú.
- Sois lo más - los tres sonreímos lo más fuerte que pudimos al escuchar esa voz.
- ¡Eva! - corrimos a abrazarla y yo casi llorando de la alegría.
- ¿Me podéis explicar qué ha pasado? - preguntó, los tres nos miramos entre nosotros.
- Lee lo último - dijo Flavio dándole el cuaderno, Eva lo leyó y se dibujó una expresión de miedo y confusión en su cara.
- Soy yo - dijo asustada señalando al cuaderno.
- Eva... No puedes separarte de nosotros - dijo Anajú.
- ¿El resto lo saben? - nosotros negamos con la cabeza.
- ¿Sabes quién es Miki? - le preguntó Flavio, Eva negó con la cabeza pero vi un nerviosismo en ella que me extrañó - también es uno de ellos, Anajú - los tres miramos a Anajú.
- Antes de subir al barco me preguntó por tí, creía que le gustabas pero veo que no... - miró triste hacia abajo.
- Vale, no se lo digáis a nadie más por favor - los tres levantamos una ceja.
- Pero Eva, dijimos que nos lo contaríamos además está apuntado - dijo Anajú.
- Escucharme es mejor, por favor y cuando os diga se lo contamos - le dió el cuaderno a Flavio - os quiero - nos dio un abrazo y se marchó, dejándonos a los tres confundidos.
- ¿Qué ha sido eso? - dijo Anajú mientras mirábamos como se iba.

EVA:
Me aleje sintiendo la mirada los tres sobre mí espalda, en cuanto giré el pasillo corrí lo más rápido que pude hasta llegar a una trampilla que estaba en el suelo, revisé que nadie me viera y bajé.
Crucé un pasillo largo hasta llegar a la puerta del final.
- ¿Eva? - me llamó la voz de un chico desde el fondo de la sala, encendí la luz y allí estaba.
- No sospechan de mí - le dije y el chico se tranquilizó.
- Pues todo según lo planeado - dijo una chica detrás mía - ahora tienes que hacer lo que te dijimos.
- Está bien - asentí y me dirigí hacia la puerta pero la chica me agarró del brazo.
- Y hazlo bien - me dijo mirándome amenazante.
- Está bien - dije soltándome del agarré - adiós Miki, adiós Natalia - me marché por el pasillo.
- ¿Lo hará? - escuché preguntar Miki.
- Más le vale - le respondió Natalia.

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora