capítulo 28

664 40 4
                                    

EVA:
Salí corriendo sin que me vieran. Avanzaba por cada  pasillo de aquel barco, corría atravesando a toda la gente que se apartaba a cada paso.

Llegué a un pasillo vacío y al final vi a Hugo que respiraba agitado, nuestras miradas se cruzaron y corrimos hasta quedar enfrente del otro.

- ¡He encontrado a Alba hablando con...! No habla tu primero, no tú - dijimos los dos a la vez.

- A ver - empezé a decir - Salí de la discoteca y escuche a Natalia hablando con alguien, más bien discutían, era Alba y... Le decía mi amor - Hugo abrió los ojos.

- Yo la escuché discutiendo con Manu, pero no escuché bien que decían - mis ojos se abrieron como platos.

- Ostia Hugo. Cuando se fue la luz, estaba llamando a Laura que sabe sobre todo esto. Le dije el nombre del capitán y me iba a decir algo sobre él, no sé qué pero justo cuando me lo iba a decir se fue la luz.

- ¿Crees qué...?

- ¿Escucharon la conversación? Puede ser - nos quedamos dos segundos mirándonos y salimos corriendo de nuevo, pero está vez en dirección a mi habitación.

Abrimos la puerta, sacamos el móvil y Hugo lo abrió. Con los dedos cogió algo que tenía pegado y lo puso de forma que lo viéramos los dos mejor.

- Me estaban escuchando... - dije bajito.

- osea que... No hay avería - dijo Hugo.

- Ha sido todo mentira - dije bajito. Nos quedamos mirando y la luz se apagó de repente.

Buscaba algún interruptor pero noté como alguien me tapaba los ojos y la boca con las manos. Me intentaba soltar pero no podía era más fuerte que yo. Escuché la puerta abrirse, me tiraron sobre la cama y cerraron la puerta.

Cuando me levanté la luz volvió, pero en aquella habitación faltaba el rubio que hace dos minutos estaba a mi lado.

- ¡Hugo! - grité. Miré debajo de la cama, en los armarios y el cuarto de baño. No estaba en ningún lado, mis pulsaciones empezaron a subir y mi respiración empezó a cortarse, cada vez me costaba más y más respirar.

- ¡Hugo! - grité saliendo por la puerta asustando a la persona que estaba delante.

- ¿Qué te pasa? - preguntó la rubia de ojos azules que estaba enfrente mía.

- Hugo... ¡Se han llevado a Hugo! - los ojos de Sam se abrieron tanto que por poco no se le salen.

- ¿Quién? - me preguntó, noté como el nerviosismo afloraba en ella.

- No lo sé, la luz se apagó y me tapararon los ojos y la boca hasta que se lo llevaron - una lágrima empezó a recorrer mi mejilla.

- ¿Crees que ha sido Natalia? - yo asentí nerviosa y sin poder dejar de llorar - pero no ha sido sola, ¿No? - yo negué - Pero te dijeron que irían a por Anajú, por eso no me he separado de ella.

- ¿Y dónde está ahora? - Samantha se encogió de hombros.

- Llevo sin verla como aproximadamente media hora - dijo haciendo el gesto con la mano.

- ¿Sabéis dónde está Anajú? - escuchamos la voz juguetona de Maialen viniendo hacia nosotras.

- No, ¿Por? - preguntó Sam.

- Esque me dijo que saldría a dar una vuelta porque se sentía un poco mal, y le dije que sobre esta hora viniera a la puerta de la discoteca y no ha venido, llevo como cinco minutos esperándola y sabiendo como es ella me extraña que llegue tarde - Sam y yo abrimos los ojos - ¿Qué pasa?

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora