capítulo 10

1.2K 41 3
                                    

EVA:

- ¡Es que ya lo que me faltaba vamos! - se quejaba Hugo mientras Anne, Anajú, Sam y yo nos reímos.

- Hugo es solo un puré - dijo Anajú intentando calmarse.

- ¿Y? - dijo con una expresión que aumento las risas - Es que tú lo ves y dices no e' na pero pa mi e'.

- Hugo no puedo - dijo Anne riéndose mucho y haciéndonos reír a todos mucho más.

- Venga cómetelo - le dije arrimando el cuenco donde estaba el puré.

- Que no, que no quiero - dijo apartándolo.

- Mira, verás que bueno está - dijo Sam cogiendo la cuchara para mostrárselo - ummm - dijo metiéndose un poco de puré en la boca y en su cara que se dibujó una expresión de asco - está riquísimo - dijo con ironía y nos reímos.

- Ves como esta malo - se volvió a defender Hugo.

- ¿Cómo puedes comer esto? - preguntó Sam que todavía tenía cara se asco.

- Es que no se lo come directamente - le dije.

- Pues ahora sí que no va a comer después de eso - dijo Anajú que no había parado de reírse hasta ahora.

- Anda vamos a traerle otra cosa - dijo Sam dándose la vuelta.

- No, no, no. Se tiene que comer eso - le dije.

- ¡No! Sam corre tráeme algo.

- No, no, venga a comer - le dije dándole como se le da a los niños pequeños.

- Nosotras nos vamos que ya estarán sirviendo, que hambre coño - dijo Anne saliendo junto a Anajú y Sam.

- Adiós - se despidieron las tres.

- Adiós - respondimos. Volví a girarme para dar de comer a Hugo y me miraba con una cara de niño travieso.

- ¿Y a ti que te pasa? - le pregunté.

- Estamos solitos - dijo sonriendo con travesura.

- Venga anda, come.

- Venga un poquito - dijo incorporándose.

- Hugo no es ni el momento ni el lugar.

- Todos estarán comiendo, nadie nos va a ver - se acercó juntando nuestras frentes.

- Hugo... Creo que... - me besó dulcemente, solté el cuenco con el puré para seguirle el beso.

Intensificamos el beso, apartó la mesita con la comida y me senté encima de él mientras nos besábamos.

- Pero que no va a pasarle nada si... ¡Oh Dios mío! - al escuchar la voz de Mai, Hugo y yo nos dejamos de besar y miramos asustados a la puerta en la que se encontraban Sam, Anne, Anajú y Maialen - ¿Qué estáis haciendo?

- Creo que es un poco evidente, ¿No Mai? - Le dijo Sam.

- Chicas, esto no es lo que parece - dije bajándome de la camilla.

- Ya... - dijeron todas a la vez.

- Entonces estabas dándole de comer, ¿no? - dijo Anne con ironía.

- Bueno vale, es lo que parece.

- Pero que está malito - dijo Anajú arropando a Hugo con la sábana.

- Oye, que no tengo cuatro años - le dijo Hugo.

- Te hemos traído esto - dijo Mai tendiendo un plato con patatas fritas y pollo.

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora