Capítulo 17

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EVA:
Habían pasado dos horas desde que hable con Miki y Natalia y todavía estaba intentando pensar cómo hacer lo que me habían pedido. Miré el reloj que había sobre la cama de la habitación y marcaba las seis "ya estará la merienda" pensé y fui a comer.
- Hola - dije sentándome junto a Rafa, estaba solo cosa que me extrañó.
- Hola - me respondió.
- ¿Por qué estás solo?
- Estoy esperando a Hugo, que ha ido con Gerard a por algo de comer.
- ¿Ya no hace falta llevarle la comida?
- Yo creo que sería mejor llevársela pero está empeñado en que no - pasaron quince minutos y Hugo y Gerard todavía no habían aparecido, y lo prefería porque Rafa y yo estuvimos muy agusto los dos y no tenía ganas de ver al rubio.
- Me voy, luego nos vemos - me despedí de Rafa con un beso en la mejilla.
Iba por el pasillo pensando en mis cosas cuando alguien me agarró del brazo sacándome de mis pensamientos.
- Tenemos que hablar - me dijo mirándome a los ojos.
- Miki, ya está todo hablado.

HUGO:
- Ya estamos aquí - dije sentándome al lado de Rafa.
- ¿Y ese plato? - preguntó Gerard.
- De Eva - le miré con los ojos abiertos igual que Gerard.
- ¿Ha estado aquí? - pregunté y él me asintió. Sin pensarlo dos veces me levanté y fui lo más rápido que me dejaban mis piernas  buscarla.
En mi cara se dibujó la mayor de las sonrisas al escuchar su voz y me dirigí a donde estaba. Borré la sonrisa en cuanto vi con quién hablaba, era Miki.
Me escondí detrás de la pared por si podía escuchar algo pero era imposible, hablaban muy bajito.
Cuando escuché que alguien venía me fui corriendo y volví con Rafa y Gerard, mi mente no para de hacerse la misma pregunta una y otra vez: "¿Por qué estaba Eva hablando con Miki?".
- Hugo - Rafa sacudió la mano delante de mis ojos sacándome de mis pensamientos.
- Dime - le dije.
- Que estás así - imitó una cara de embobado pero más exagerada haciéndonos reír a Gerard y a mí.
En cuanto salimos fui a la habitación, está vez si necesitaba reflexionar. Pero me interrumpió alguien que acaba de entrar.
- Eva... - dije al verla.
- Hugo, ¿Qué tal estás? Me ha dicho Rafa que ya puedes hacer más cosas.
- Sí, es verdad - la miré extrañado.
- Esque no sé cómo empezar, ¿Si te doy otra oportunidad me lo contaras todo?
- Lo de mi novia era lo que me quedaba por contarte - le sonreí y me devolvió la sonrisa.
- Esta bien, te perdono - nos besamos y se quedó conmigo el resto de la tarde.
Estábamos abrazados en la cama y a mi cabeza vino cuando la vi hablando con Miki y sin pensar mis palabras salieron de mi boca.
- ¿Por qué estabas hablando con Miki antes? - vi como sus ojos se abrieron, no sabía bien cómo interpretar eso.
- Quería sonsacarle algo, obviamente sin que él supiera que lo sabía - me quede más tranquilo al escucharla - ¿Pero como sabes que hablaba con él? - esta vez fueron mis ojos los que se abrieron como platos, ”¿Y ahora que le digo yo?" Pensé.
- Rafa me dijo que habías estado ahí y quería preguntarte si le habías dicho algo sobre eso - no sabía si se lo creería pero fue lo primero que se me pasó por la cabeza, y últimamente hacia muchas cosas sin pensar.
- Ah, no le dije nada - me dijo y yo respiré tranquilo.

EVA:
Para la hora de la cena me fui a mi habitación a cambiarme, estaba sola por lo que estuve más tranquila.
Me metí en la ducha, al salir me rodee con la toalla y me quedé mirándome en el espejo.
- ¿Por qué estás haciendo esto Eva? - me dije a mi misma - No puedes hacerle esto a Hugo, es Hugo, la persona que más sonrisas nos ha sacado desde que lo conocemos y que está para todo siempre - una lágrima recorrió mi mejilla.
- ¿Eva sabes qué? - escuche decir a Sam, me sequé rápido los ojos y puse la mejor sonrisa que pude.
- ¿Qué? - pregunté saliendo del baño.
- Flavio me ha dicho de cenar esta noche los dos solos - las dos empezamos a saltar de alegría y a abrazarnos.
- Que guay tía - de un momento a otro empezamos a saltar, cantar y bailar sin darnos cuenta de que unos ojos nos miraban desde la entrada.
- Ejem... - al escuchar eso dejamos de bailar y miramos la entrada donde estaban Anne y Anajú, las cuatro nos reímos.
Estábamos tan agusto cantando, bailando y escuchando música que a Sam se le olvidó la cena y a Anajú, Anne y a mí se nos olvidaba ir a cenar.
- Mierda, ¿Qué bolso me llevo? - decía Sam agobiada.
- Este te pega más - le dijo Anajú.
Cuando Sam se fue, corriendo, nosotras decidimos ir al restaurante.
- ¿Me paro en la mesa? - le pregunté a las chicas, Maialen y Nia se habían unido a nosotras mientras veníamos y Ari y Eli no sabía donde estaban.
- Vale - me dijeron y se marcharon, no sabía que hacer así que cogí el móvil y vi mi galería. Me metí en la carpeta que tenía para Hugo y revise todas las fotos que nos habíamos echado, no pude evitar sonreír al recordar esos momentos.
- Eva, ya puedes ir a por tu comida - me dijo Mai cuando llegaron todas.
- Vale - me levanté y me marché, estaba esperando para poder coger un poco tortilla de patatas.
Un golpe en mi brazo me sacó de mis pensamientos y me encontré con un chico de ojos azules, pelo moreno y la verdad que bastante guapo.
- Perdón - me dijo.
- No pasa nada - le sonreí.
- ¿Cómo te llamas? - me preguntó.
- Eva, ¿Y tú?
- Marco, encantado.
- Igualmente - nos estrechamos las manos y nos quedamos mirándonos un buen rato.
- Señorita - me dijo un hombre - es su turno.
- Sí, perdón - me separé de Marco y me eché dos trozos de tortilla.
- Espera - me dijo antes de que me fuera, se echó tortilla y se puso delante mía - espero vernos pronto.
- Sí quieres podemos quedar.
- Vale.
- ¿Mañana por la mañana en la piscina a las diez?
- Perfecto, mañana nos vemos - nos dimos dos besos y nos fuimos cada uno por un lado.

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora