HUGO:
Me desperté a la mañana siguiente en la habitación de las chicas, a mi lado estaba Maialen, a mi otro lado Anajú y Sam.
Me incorporé y el resto estaban todos desperdigados por la habitación con sábanas, mantas, etc. En el suelo.
- ¿Eva? - dije levantándome para buscarla, tras buscar por la habitación no estaba cosa que me preocupó.
- ¿Qué haces ahí quieto? - me preguntó Anajú que estaba incorporada en la cama.
- Estoy buscando a Eva - le respondí - pero no está.
- ¿Has mirado en el baño? - fui a mirar pero tampoco estaba allí.
- No está aquí - le dije. Anajú se levantó y se puso una chaqueta y las zapatillas - ¿Dónde vas?
- A buscarla, ¿Vamos no?
- Claro venga - abrimos la puerta y buscamos por todo el pasillo y los pasillos más cercano, después de un rato decidimos subir y al lado de las piscinas encontramos a Eva echada en una de las butacas.
- Eva, ¿Qué haces aquí? - le pregunté corriendo hacia ella y detrás mía Anajú.
- Mirar que bonito está el cielo - nos dijo Eva. Anajú y yo nos miramos extrañados.
- Está como siempre, ¿No? - le dijo Anajú.
- Eso porque no lo observáis bien, sentaos - nos dijo Eva. Anajú y yo nos sentamos cada uno a un lado de Eva - mirar al cielo y pensar en cosas bonitas que os haya pasado en vuestra vida - cerré los ojos para pensar y en mi mente apareció la silueta de Eva con su vestido morado, abrí los ojos y miré al cielo.
- Es precioso - dije sonriendo.
- ¿Ves? - me dijo Eva, yo la miré y los dos nos sonreímos.
- Oye, voy a por algo de comer - dijo Anajú.
- Vale - dijimos Eva y yo. Anajú se fue dejándonos solos.
- ¿En qué has pensado? - me preguntó Eva.
- Te lo digo cuando se arreglé el motor.
- ¿Y si no se arregla? - me encogí de hombros y Eva suspiró.
- Os he traído un bocadillo y zumo - dijo Anajú sentándose y dándonos la comida.
- Gracias Anajú, eres la mejor - le dijo Eva abrazándola.
- Hombre, yo por mi novia mato - le contestó Anajú, yo miré extrañado y las dos se rieron y se dieron un pico.
- ¿Volvemos a la habitación? - pregunté.
- Sí, vamos - dijo Eva. Yo iba delante y detrás mía iban Eva y Anajú agarradas de los brazos.
- Hugo, ¿Dónde vas tan rápido? - me preguntó Anajú.
- Es que me estoy meando - le dije de excusa.
- Pues vamos no vaya a ser que te hagas pipi encima - me dijo Eva y aligerámos el paso. Al llegar a la habitación Rafa, Jesús, Javy y Bruno estaban despiertos.
- Voy al baño que me meo - dije haciendo como que me hacía pis.
Entré al baño y tras cerrar la puerta empezé a ir de un lado a otro del baño frotandome la cabeza - dios mío, dios mío, me he metido en medio de una relación - me dije bajito para mí mismo. Alguien tocó a la puerta asustandome.
- Hugo, ¿Puedo entrar? Tengo que lavarme la cara - escuche decir a Rafa detrás de la puerta.
- Si, si ya estoy terminando - le dije - pasa.
- No veo, no miro - dijo Rafa entrando con los ojos tapados y tocando todo para no chocarse.
- Quítate la mano - le dije cerrando la puerta.
- ¿Qué? - preguntó Rafa. Yo me puse delante de él y le quite la mano - ¿Qué quieres hacerme? - preguntó echándose para atrás.
- ¿Pero qué estás pensando Rafa? Solo te voy a contar una cosa.
- Ah, vale - dijo relajando.
- Bueno, lo primero cuando te lo diga no te pongas como siempre.
- No, no se cómo me pongo pero no me pondré.
- Me gusta Eva - le dije y a Rafa le cambio la cara de sonriente a serio.
- Ah, vale - dijo y se levantó del bater para hacer pis.
- ¿Qué pasa?
- Nada, nada. Me alegro.
- Bueno, y se ha besado con Anajú y ella le ha dicho novia y creo que me estoy metiendo en una relación - Rafa no contestaba pero de espaldas estaba mirando al frente - ¿Rafa? - le pregunté, este terminó y se lavó las manos sin decir nada - ¿Rafa?
- ¿De verdad que están juntas? - me preguntó mirándome a través del espejo.
- Eso han dicho ella, ayúdame, ¿Qué hago? - le pregunté desesperado sentándome en un taburete que había en el baño.
- Creo que debes ahora mismo no acercarte mucho a ella, y cuando veas que puedes estar con ella sin pensar todo el rato en besarla pues estas en plan amigos - me aconsejó Rafa.
- Está bien, te haré caso - le sonreí y nos abrazamos. En ese momento entró Jesús.
- Ui... Os dejo intimidad - nos dijo. Los dos nos miramos y abrimos corriendo la puerta.
- ¡No estamos haciendo nada! - exclamámos los dos pero al abrir la puerta estaba Eva y detrás Jesús riéndose.
- Eva... - dije yo colorado. Eva no contesto simplemente se marchó donde estaban todos.
- Hermano piensa que ella te comprende - me dijo Rafa dándome unas palmadas en el hombro.
- Y tú cabrón, ¿Cómo no avisas? - le dije a Jesús que se estaba secando las lágrimas.
- Te juro que iba a avisar pero abristeis, lo siento - dijo un poco más calmado - Bueno, ¿Puedo entrar?
- Claro - los dos salimos del baño. En el salón vi a Eva con el móvil y los loritos.
- ¿Hablo con ella? - le pregunté a Rafa.
- Si quieres, yo no he estado en una situación igual.
- Vale, voy a hablar con ella - me acerqué a Eva y le di en el hombro para que me escuchara.
- Dime - me dijo quitándose los loritos.
- Es sobre lo que ha pasado en el baño, yo...
- No te preocupes, lo entiendo - me cortó Eva.
- Ya..., Bueno gracias - le dije.
- De nada, y no te preocupes - nos abrazamos y siguió escuchando música, yo me levanté y me fui junto a Rafa que nos miraba a los dos expectante.
- ¿Qué ha pasado? - me preguntó cuando llegué junto a él.
- Me acaba de confirmar que si está con Anajú - le respondí.
- ¿Qué te ha dicho?
- Me ha dicho que entiende lo que ha pasado antes y no me ha dejado ni terminar de contárselo, ósea que lo entiende - le dije a Rafa.
- Pues vaya, para una que te gusta de verdad... - me dijo Rafa.
- Ya... Y no sabes cuánto me gusta - le dije mirándola.
ESTÁS LEYENDO
•La Mujer Del Vestido Morado•
DiversosTodo comienza con una excursión de fin de curso pero acaba con algo que ninguno se espera. El viaje que cambiará sus vidas para siempre.