capítulo 26

828 35 2
                                    

EVA:
Estaba echada en la cama metida en mis pensamientos, en estas últimas horas me habían pasado muchas cosas.

Miré el reloj y habían pasado dos horas desde que estuve echada en la cama. Me incorporé rápido y miré el móvil, una sonrisa se me dibujó en la cara al ver mensajes de mi madre en el móvil.

Le escribí para que supiera que estaba bien y estuviera tranquila.

- ¿Laura? - pregunté al escuchar el teléfono descolgarse.

- ¡Eva! - una mezcla de alegría y algo de emoción sonó a través de la pantalla.

- Sé que te he llamado hace poco pero...

- Bueno cuatro horas, sin tener en cuenta el tiempo de antes.

- Tía... Son ellos de nuevo. Va de mal en peor.

- ¿Natalia y Miki?

- Sí...

- ¿Te han hecho algo?

- Bueno... Intenté no acercarme a nadie, nada más que a mis amigas. Pero todo se torció con un rubio...

- ¿Hugo?

- Sí. Me amenazaron con hacerle daño si no hacía lo que me pedían... Pero ahora él no les interesa.

- ¿Y quién les interesa?

- Anajú... - un silencio inundó la habitación - ¿Laura...?

- Joder, joder, joder - se escuchó decir a Laura nerviosa al otro lado.

- Laura tranquila, no le harán daño.

- ¡Sí le harán Eva! ¿O no te acuerdas de lo que le hicieron a Mario? Él te amaba y tú a él... Y le le metieron ideas en la cabeza para que te hiciera daño... Casi os mata a Hugo y a tí.

- Lo sé, pero...

- Eva, o le cuentas a alguien esto y haces algo... O Anajú morirá y quien sabe si después irán a por Hugo. Sabes lo que quieren y que no pararán hasta conseguirlo.

- Pero el capitán es nuestro amigo... No creo que lo permita.

- ¿Quién es el capitán Eva? - preguntó Laura confundida.

- Manu... Manu Guix.

- ¿¡QUÉ?! - aquella pregunta de confusión y nervios.

- ¿Qué pasa Lau? Me estoy poniendo nerviosa.

- Y más te vas a poner, porque Manu Guix es...

- ¿Laura? ¡LAURA! - miré la pantalla del móvil y volvió a aparecer el símbolo de que no había cobertura.
- Eva, se ha vuelto a ir la cobertura - dijo Sam desde la puerta.

- Pero había y Manu dijo que harían lo posible porque hubiera... Además - los ojos de Eva se abrieron como platos y salió corriendo.

- ¿Eva dónde vas? - escuchó a Sam por el pasillo.

El cuerpo de Eva estaba tenso y en su mente se reflejaban las peores de las situaciones posibles que podría encontrarse.

- Gerard... ¿Dónde está? - le preguntó al chico de gafas nerviosa y agarrándolo de los hombros.

- ¿Dónde está quién? - preguntó confundido y algo asustado por mi actitud.

- Anajú.

- Llevo sin verla horas, ¿Por?

- Nada, gracias - solté a Gerard y volvi a correr por los pasillos de aquel barco como cientos de veces.

- ¡Anajú! - gritaba por todos los pasillos ignorando las miradas y susurros de las personas.

Corría sin fijarme en nada hasta chocar contra el cuerpo de alguien y caer al suelo.

- ¿Eva?

- ¿Hugo?

- ¿Dónde vas?

- No te incumbe - dije levantándome.
- Acabas de chocarte conmigo por ir a toda ostia, gritando como una loca y nerviosa perdia'. ¿Y eso es normal? Yo creo que no, así que cuenta a dónde vas y que cojones pasa - se cruzó de brazos delante mía esperando que le contara algo.

- Anajú... Está en peligro - Hugo frunció el ceño sin comprenderme - no sé si está secuestrada, la están torturando o... Incluso puede estar muerta - unas lágrimas me salieron de los ojos.

- Pero... ¿Qué...?

- Búscala y después hablamos - Hugo asintió y volvimos a correr buscándola.

Una hora después volvimos a encontrarnos en el pasillo al lado de las piscinas.

- ¿La has encontrado? - pregunté nerviosa.

- No... Y supongo que tú tampoco - negué y no pude evitar llorar.

Me senté en el suelo ocultando mi cara entre las rodillas para que nadie me viera.

- Eva... ¿Me puedes decir qué pasa? - levanté mi cara para mirarlo a los ojos.

- Natalia y Miki... Los conozco desde antes de subir a este barco.

- Sigue.

- Creo que os debo la explicación a todos... Y alguien además me la debe a mí - dije recordando lo que Natalia me dijo sobre mis nuevas amigas y el campamento.

- ¡¿Eva estás bien?! - me levanté rápido del suelo al escuchar aquella voz al final del pasillo.

- ¡Anajú! - me abalancé sobre ella abrazándola como si de mi vida se tratase aquello. Hugo también se unió al abrazo y en su mirada vi reflejada la preocupación y el desconcierto.

- ¿Qué os pasa chicos? - preguntó Anajú.

- Llamarlos a todos - dije.

Un cuarto de hora después nos encontrábamos de nuevos en mi habitación todos, cada uno hablaba con alguien y había un gran alboroto que Hugo calló con un par de silbidos.
- Escuchar a Eva, por favor - dijo y todos me miraron.

- Vale... Os debo una explicación a todos, sobre lo que pasa aquí - todos se miraron entre sí confundidos - todo comenzó hace varios años. En la empresa de mi padre trabajaba un hombre que estaba pasando por algunos problema económicos y familiares, mi padre con quería pero no tuvo opción y tuvo que despedirlo... Él no quería de verdad pero las personas que mandan más que él lo obligaron. Ese hombre no levantó cabeza; le quitaron la casa, todas sus cosas materiales, se divorció y perdió a su familia... Él siempre culpó a papá de aquello, pero lo que no sabíamos era que ese hombre llevaba años trabajando en negocios, malos negocios...

- ¿Drogas, armas...? - preguntó Eli.

- Drogas solo... Consiguió hacerse rico gracias a aquello, cuando tenía el dinero suficiente creó una empresa de armarios pero en realidad era para ocultar los negocios que le habían hecho ganar tanto dinero. Toda su vida anterior murió excepto el rencor a mi padre, y prometió vengarse por aquellos años de sufrimiento.

- ¿Y qué es lo que quiere? - preguntó Hugo.

- Solo quiere dos cosas que sabe que hundirá a mi padre... Uno acabar con la empresa y dos... A mí.

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora