capítulo 15

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HUGO:
Llegué a la piscina y al verla echada en la butaca con su bikini morado del que me habló, la respiración se me cortó por un momento, pero más se me cortó cuando nuestras miradas se cruzaron. Olvidé por completo para que había venido hasta que recordé la conversación y me acerqué lo más rápido que pude a ella.
- ¿Qué pasa Hugo? - me preguntó mirándome confusa.
- Ven - solo pude decir eso, Anajú me dedico una mirada que pude describir a la descripción y yo le indique que luego hablábamos.
Cuando llegamos a un pasillo donde no había nadie se soltó de mi agarré.
- ¿Se puede saber qué quieres? - me preguntó enfadada. Me quedé en blanco sin saber que decirle o como decírselo.
- Pues... Yo...
- Hugo no tengo todo el día - por el pasillo vi llegar a Flavio con el cuaderno en la mano y me miró con una cara que mostraba entre confusión y miedo - Hugo.
- Que... Gracias por el desayuno - Flavio se dio una palmada en la cara cuando me escuchó decirle eso a Eva.
- ¿Eso es por lo que me has sacado de ahí? - yo asentí - pues de nuevo, porque ya me lo has dicho, de nada - tras decir eso se marchó aún más disgustada que antes. Cuando ya no la veía fui hacia Flavio.
- ¿Enserio?
- No sabía que decirle.
- Pues tal vez esto - me señaló lo que había escrito hace poco en el cuaderno sobre la conversación.
- No sabía cómo decírselo.
- Hugo, no sabemos cuáles serán los planes que tienen - me dijo Flavio serio.
- Ya lo sé, pero... - Flavio me dio un codazo y escondió el cuaderno detrás de él. Por el pasillo venía Anajú hacia nosotros.
- Hugo - dijo cuando llegó con nosotros - ¿No se suponía que te ayudaría a arreglar las cosas con ella?
- No... No era eso - ella me miró confusa y miró a Flavio.
- ¿Qué tienes ahí?
- Nada.
- Nada no, dámelo - Anajú le tendió la mano, Flavio me miró y le dió el cuaderno - ¿Por qué tenéis esto?
- Lee lo último - Anajú me miró y busco lo último, su puso a leer y sus ojos se abrieron como platos.
- ¿Esto querías decirle? - yo asentí - Hugo, tenemos que decírselo.
- Lo he intentado pero no pude.
- Ya, ya le has vuelto a dar las gracias - río ella.
- Vaya chivata - dije haciendo una mueca.
- No es chivata, esque nosotras nos lo contamos todo siempre.
Entre Flavio y yo empujandonos a los dos y a Anajú paso un trabajador del barco andando muy rápido, parecía nervioso. Los tres nos quedamos mirándonos unos segundos y empezamos a correr detrás de él.
- Esperar chicos - dije desde detrás de ellos, ya que no podía correr tan rápido.
- Vamos Hugo - me susurró Anajú.
- Que fácil decirlo.
- Shhhh - me dijeron mirando por un pasillo.
- ¿Qué pasa? - susurré.
- Está hablando con alguien pero no veo quién es - dijo Flavio.
- Espera - dijo Anajú asomándose - ¡Es ella! - Flavio le tapó la boca y los tres intentamos no vernos para que no nos vieran. Escuchábamos los pasos acercarse cada vez más, estaba muy nervioso por si nos veían y no sé que serían capaces de hacer.
- ¡Miki venga tengo prisa! - dijo la mujer y escuchamos como los dos se alejaban.
- Que susto - dijo Flavio.
- No sé de qué me suena ese tal Miki - dijo Anajú pensativa.
- ¿Lo conoces?
- No lo sé, solo que no es la primera vez que lo veo y no en el barco - Flavio y yo nos miramos.
- ¿Dónde lo viste? - preguntó Flavio.
- No puede ser... - dijo Anajú - ¿Como he sido tan tonta? Antes de subir al barco fuimos las chicas y yo a desayunar a un bar al lado del puerto, cuando salí del baño me preguntó sobre Eva - Flavio y yo abrimos los ojos - no me dijo cómo se llamaba pero al salir escuché que lo llamaban.
- ¿Qué te preguntó de Eva? - está vez preguntó Flavio.
- Primero que como se llamaba y luego preguntas tipo gustos personales y de dónde era. Yo solo le dije que de Galicia y algo de sus gustos y al decirme que estaría en el barco pensé que me preguntó porque le gustaba.
- ¿Pero que quieren de ella? - pregunté.
- No lo sé pero ahora mismo lo que menos podemos hacer es dejar sola a Eva - dijo Anajú.
Volvimos a la piscina acompañando a Anajú y por el pasillo, donde antes había estado hablando con Eva, venían hacia nosotros Anajú, Mai, Nia y Sam, esta última traía las cosas de Anajú.
- ¿Y Eva? - preguntamos cuando llegamos enfrente de ellas.
- Ha ido al baño - los tres nos miramos y salimos corriendo lo más rápido posible a buscarla, escuche de fondo a las chicas preguntar "¿Qué pasa?".
- Esperar aquí - nos dijo Anajú cuando llegamos - ¿Eva? - la escuché decir.
- ¿Está Anajú? Dime que sí por favor - dije pero no me respondió.
- ¿Anajú? - la llamó Flavio al segundo apareció en la puerta con cara de preocupación.
- ¿Qué pasa? - preguntamos Flavio y yo a la vez.
- No está.

•La Mujer Del Vestido Morado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora