CAPÍTULO 30

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"En las horas de la mañana se realizó una persecución sobre la avenida del sur, que finalizó con el cuerpo del criminal Jonathan Gastrell siendo arrollado por un tractocamión. El hombre en su afán de evadir a las autoridades invadió el carril contrario y excedió el límite de velocidad permitido, que sumado a la humedad de la vía dificultó la capacidad de maniobrar del prófugo; causando que Jonathan terminara junto con su motocicleta debajo de las llantas del tracto camión asociado a la compañía Energy, el cual transportaba toda clase de aparatos electrónicos".

- Diario local de ágora -.


A pesar de los malos recuerdos de aquel lugar, parecía ser el sitio perfecto para el punto de encuentro, ese callejón donde me había secuestrado las infernales, era un punto ciego del pueblo en el que nadie notaría el momento en que los celestiales levantarían su técnica de camuflaje, para hacernos al menos a Adal y a mi visibles.

Estar en ese lugar me hizo revivir los trágicos eventos que había sentido como si hubieran sido ayer, porque en verdad así fue, tan solo había pasado un día de todo lo ocurrido, Anala quien permanecía aun con el camuflaje, que no tenía efecto ante mis ojos, se estableció en la entrada del callejón, vigilante de lo que ocurría alrededor. El sonido de un aleteo me sobresaltó, vino a mi mente la imagen de Muriel descendiendo para llevarme con ella una vez más, pero afortunadamente se trataba de Triarius, bajando de sus brazos a Adal junto con su maleta.

- ¿Cómo te sientes? -, dijo Adal en cuanto me vio, al conocerme desde hace muchos años sabía que el lugar me colocaba un tanto incómoda. - Estoy bien, no te preocupes, es solo que pasaron tantas cosas ayer que iniciaron justo aquí, que me dan escalofríos -.

- ¡Andando!, no podemos retrasarnos mucho -, Dijo la celeste para que comenzáramos nuestra misión.

Salimos del callejón rumbo a la plaza, era necesario atravesar el lugar para poder llegar a las oficinas del Escuadrón Ambiental, los celestiales con su camuflaje de invisibilidad nos escoltaban atrás, a unos 10 pasos de distancia, - ¡¿qué te parece?, alguna vez te llegaste a imaginar que andaríamos por las calles del pueblo escoltados por una pareja exclusiva de ángeles guardianes?! -, comentó Adal dando un toque humorístico al día, lo cual ayudaba a olvidar un poco los momentos amargos que había dejado atrás, en mi hogar.

(...)

Recién había tomado asiento en una de las mesas al interior de la cafetería, dispuesta a beber mi latte recién servido y leer los titulares del periódico cuando los vi pasar tan campantes, Sara y su amigo Adal, caminando con maletas justo en frente de la cafetería, atravesando la plaza del pueblo. No podía dejar pasar esta oportunidad, así que de inmediato recogí todo y salí a toda prisa para ir detrás de ellos.

(...)

- ¡Sara, Adal! -, la voz de Vianny había causado que nos detuviéramos y miráramos atrás para encarar a la chica, - ¡otra vez esta perra! -, exclamó Adal entre dientes, con el volumen suficiente para que yo lograra escuchar; al parecer la tregua que habían pactado los 2 para localizarme ya había terminado.

- ¡hola Vianny!, ¿cómo estás? -, dije en cuanto la chica nos alcanzó, tratando de maniobrar para evitar que la bebida que traía con sigo se mantuviera dentro de su vaso, era la primera vez que la veía torpe, con un periódico bajo el brazo y tratando de acomodar sus lentes y su pequeño bolso bamboleándose en su codo.

- ¡Bien!, dentro de lo posible, pero ¿cómo están ustedes?, desaparecieron misteriosamente los dos -. Miré sobre mi hombro a Anala quien me hacía gestos de que teníamos que deshacernos de la chica, el tiempo apremiaba, - es una larga historia y de momento estamos de afán -.

CELESTIAL: El encuentro de dos Mundos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora