CAPÍTULO 25

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"Para la fecha se registran más de 120000 iluminados adscritos al subcónclave en calidad de colaboradores, si bien la cifra es bastante alta y alentadora, existen en promedio unos 200000 iluminados diseminados en todo el mundo, que se encuentran viviendo como banales; sin contar a los no natos, que aún están en periodo de gestación y aquellos que aún no han alcanzado una edad para revelar sus dones.

No es necesario recalcar la importancia del papel que cumplen estos seres para la institución, por tal motivo, solicitamos a su excelencia el Papa, la inyección de mayor capital y la aprobación de las nuevas estrategias expuestas en reuniones anteriores, para poder llegar al resto de la población iluminada restante".

- fragmento de Acta: 17-Jun-2019, precedido por el Cardenal Augusto. Miembro del Subcónclave -.


Después de sobrevolar el bosque por algunos minutos, surcando el cielo nocturno de Ágora, llegamos a una cueva oculta en medio del relieve, al momento que ingresamos el interior se iluminó con el brillo de las alas de la chica, - !se quedarán aquí¡ -, dijo la mujer después de soltarnos y dejarnos caer contra el suelo de roca de la cueva, - !espera¡ -, dijo Adal, pero antes de que pudiera concluir su oración, la mujer dio un paso atrás y con un ademán de sus manos atravesó justo en medio de nosotros una barrera dorada traslúcida.

Adal apoyó la mano sobre la superficie, la golpeo un par de veces y después comenzó a gritar exigencias de liberación, sí liberación, ya que arriba, a los lados y atrás estábamos restringidos por muros de roca, la celestial nos había aprisionado, ¿por qué razón?, aún lo ignoraba, la mujer se retiró y salió volando de la cueva, llevando con sigo la luminosidad que nos permitía ver la naturaleza del lugar.

Una vez que se marchó, quedamos en completas penumbras, acompañados por el sonido del viento y los chillidos de algunos murciélagos, - ¿Como es que llegaste a encontrarme?, cuando esta chica llegó al lugar de la pelea, hablaste con ella como si ya la conocieras, ¿quieres explicarme? -, dije mientras exploraba con mi mano la superficie rugosa de uno de los muros de roca.

Adal comenzó a relatar todos los acontecimientos durante mi ausencia, su encuentro con Eudram, Triarius y Xia; la habilidad que le habían otorgado para ver a los infernales y celestiales, la restauración de las dagas y como se reunieron los celestiales momentos antes de la batalla del cementerio.

Un par de aleteos anunciaron el regreso de la celestial llamada Isy; la cueva se había iluminado de nuevo, la chica traía consigo una carga de leños húmedos por la lluvia, los cuales arrumó muy cerca de la barrera, se puso de pie y extendió su mano en dirección a la pila y dijo: - ¡ignis! -, de inmediato la palma de su mano expulsó un tenue brillo dorado y la madera comenzó arder desafiando la humedad que reposaba en ella.

La chica desvaneció sus alas y se apartó hasta la entrada de la cueva para hacer guardia; a pesar de estar al otro lado de la barrera, el calor de las llamas se podía sentir en nuestro lado; Adal se acercó la barrera y comenzó a golpearla para llamar la atención de la chica, - ¡POR QUÉ NOS ENCIERRAS¡, !SOMOS LOS BUENOS¡, !EXIJO UNA RESPUESTA¡ -, eran alguna de las cosas que decía Adal para captar la atención de la mujer; a pesar de que la celestial nos ignoraba, y yo le pedía que no perdiera el tiempo en algo que evidentemente no daba frutos, prosiguió.

Transcurrido unos minutos de reclamos, ni siquiera la paciencia de un ser divino, pudo aguantar la cantaleta de mi amigo, la chica se encaminó hacia nosotros con prepotencia, Adal dio pasos atrás asustado por la reacción, yo por otra parte, sujeté las dagas y me preparé para cualquier cosa. La chica se detuvo en frente de la barrera y movió su mano de izquierda a derecha acompañada de la palabra: - ¡duerme! -, de inmediato Adal cayó en el suelo perdiendo el conocimiento, justo como ocurrió en el callejón.

CELESTIAL: El encuentro de dos Mundos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora