CELESTIAL: El encuentro de dos Mundos ©

CAPÍTULO 4

"Misteriosamente desaparece un hombre del centro de salud sin que las cámaras lo pudieran detectar, las directivas atribuyen la falla al apagón repentino que presentó la subestación eléctrica en el momento de la desaparición; no obstante, no se explica ¿cómo es que un hombre que se encontraba en cuidados intensivos pudo salir de las instalaciones sin que ninguno de los funcionarios lo detectara?, ¿acaso nuestro centro de salud cuenta con una seguridad tan negligente?"

- Reseña del diario local de Ágora, "escrito por Vianny Grimaldi" -.  

El sol estaba por ponerse y aunque la mañana había sido nublada el cielo de la tarde había permanecido despejado, los tonos naranjas y rojizos predominaban sobre las copas de los árboles, Adal había hablado por teléfono con su padre para informarle que pasaría la noche conmigo, yo permanecía sentada en mi balcón tomando un poco de café, mientras que mi gato dormía acurrucado entre mis piernas; estaba tratando de idear la mejor forma de contarle al sacerdote Andrés cómo ocurrieron las cosas, sin que pareciera una historia absurda, pero hasta el momento no había tenido éxito.

Adal conocía al detalle la casa, como si fuera uno de los residentes de ella, así que él instaló en una de las habitaciones de huéspedes a Eudram, no sabía a ciencia cierta qué sería de él, no podría permanecer mucho tiempo con nosotros, ¿qué les diría a mis padres cuando llegaran de su viaje?, pero tampoco podía permitir que se marchara sabiendo que de momento no tenía donde resguardarse.

Desde mi balcón vi acercarse un vehículo por la carretera, primero pensé que se trataba del sacerdote, pero no fue así, era algo mucho peor, ni más ni menos que una patrulla de la policía, sentí una presión en el estómago y mi piel se erizó, - sigue derecho, sigue derecho -, susurraba con la esperanza de que mi casa no fuera el destino final del vehículo.

Lamentablemente mis súplicas no sirvieron para nada, ya que la patrulla se detuvo justo en frente de mi casa, un hombre de piel oscura salió del asiento del conductor, se colocó unos lentes oscuros, y se acomodó el cinturón.

Salí corriendo despavorida al interior de la casa, corrí por el pasillo y bajé lo más rápido que pude las escaleras, me detuve detrás de la puerta, estaba congelada, no sabía qué hacer, solo esperaba el sonido del timbre recorriendo cada centímetro de la vivienda.

Habían transcurrido un par de minutos, o por lo menos eso sentí, llegue a creer que el oficial sólo había bajado de su vehículo para estirar las piernas, que de seguro ya se habría marchado, - ¿Qué estás haciendo? -, la voz me sobresaltó, al girar vi que se trataba de Adal, me había hundido tanto en mis pensamientos que había olvidado que no estaba sola.

En el momento que quise responder sucedió, la melodía del timbre había hecho su aparición, sentía que un escalofrío subía por mi columna y mi cuerpo se colocaba tenso, - ¿Qué te pasa?, pregunto Adal, - es la policía -, conteste.

Nuestras miradas se conectaron, no fue necesario mencionar más para que el entendiera el porqué de mi actuar, - ¿cómo no pensé en que la policía podría intervenir en la desaparición de Eudram del centro médico? -, me pregunté a mi misma en una nota mental.

Se escuchó la melodía del timbre una vez más, pero esta vez acompañados de golpes sobre la madera de la puerta, respiré profundo y me dirigí hacia la puerta, al abrirla me encontré del otro lado al oficial, en ese momento verificaba una pequeña libreta de apuntes, quizás cotejaba la dirección.

- ¿eres Sara Smith? –

- ¡si!, soy yo -, respondí tratando de lucir lo más calmada posible.

- ¡un gusto!, soy el teniente Jobbs y quisiera hacerte algunas preguntas sobre el chico que fue arrollado el día de ayer -.

- ¿a cuál chico se refiere? -, respondí haciendo mi mejor actuación, Adal se había asomado y acomodado a mi lado.