CAPÍTULO 22

19 3 0
                                    

"Muchas gracias doctor Auguste por informarnos de semejante calamidad; y ante mano todos los miembros del subcónclave, lamentamos el deceso del sacerdote. El subcónclave discutirá sobre las medidas a implementar, debido a que no nos podemos permitirnos dejar a un infernal convivir dentro de los pobladores.

Pero lamentablemente, debido a que Andrés Mitchell aparece registrado en nuestra base de datos como un banal, y no se han presentado mayores atenuantes asociado con la criatura del infierno, este caso queda clasificado como uno de menor importancia y será debatido en los próximos días tal como se dicta el protocolo.

Atte.: Cardenal pedro, miembro del Subcónclave"

- Subcónclave, Ciudad del Vaticano -.


El salón quedó en silencio, las gotas de lluvia golpeando sobre las superficies de madera desgastada era el único sonido que se lograba percibir, el chico me miró con detenimiento, su ser trasmitía un aura de autoridad a pesar de lucir como el más joven del grupo; una vez que abandonó su quietud caminó hacia mí, el piso de madera emitía crujidos con cada uno de sus pasos mientras mi corazón daba tumbos en mi pecho, no sabía qué esperar ante aquella situación.

El joven me extendió su mano, logré ver en la piel de su brazo que quedó al descubierto, una serie de pequeños tatuajes circulares alineados entre sí. Lo miré fijamente a los ojos sin decir nada; - no tienes nada que temer, ¡aun! -, respondió el joven de cabellera dorada, me encontraba en una situación de desventaja, lo más sensato era cumplir las peticiones hasta que encontrara el momento adecuado de escapar.

Correspondí al gesto colocando mi mano sobre la suya, Mefistófeles apoyó su otra mano sobre la mía, me miró por unos segundos al parecer a la espera de algo, pero nada ocurrió, desvió la vista acompañada de un gesto impregnado de confusión, observó a cada uno de los infernales presentes y luego se alejó dándome la espalda. Caminando hasta un desgastado sillón en el cual se acomodó, entrelazó sus dedos y comentó: - sin duda, estamos ante una situación peculiar-.

El joven se reclinó un poco hacia adelante y continuó, - ¡nada!, ¡absolutamente nada!, no pude ingresar en tu mente -, dijo con una bella sonrisa, - no conseguí ni un rastro de tus pensamientos o incluso acceder a tus recuerdos -.

- Yo creo que fue bendecida por el celestial -, comentó Dybbuk.

Mefistófeles lo miró y apoyó su cabeza sobre el brazo mientras analizaba las palabras, - no, no podrías ser eso -, Dybbuk alzó una ceja en señal de incomprensión, - si fuera ese el caso, debería percibir al menos un ligero rastro del aura del celestial, pero no, ella simplemente parece ser inmune a nuestra influencia de forma natural -.

- ¡de forma natural! -, intervino Iblis desde su rincón, - ¡eso no puede ser!, ¡mira como dejo mi rostro! -.

Mefistófeles miró las quemaduras de la mujer con desagrado, - ¿ella hizo eso? -, dijo el joven de cabellera rubia mientras me miraba una vez más con asombro, Iblis comenzó a parlotear los hechos ocurridos en el callejón para poner al tanto a su líder.

- ¡Extraordinario! -, comentó el joven.

- ¡espera!, ¿qué?, ¿eso es todo lo que vas a decir? -, comentó la infernal regordeta.

- ¡por supuesto que no! -, dijo Mefistófeles seguido de un ademán con su mano, - déjenme solo, quiero hablar en privado con ella -. Algunos obedecieron y salieron del lugar sin contradicciones, pero otros como Iblis colocaron los ojos en blanco, - ¡Loa!, que no se te olvide vigilar a Astaroth -, agregó el chico antes de quedar completamente solos.

El silencio incómodo que predominó en el salón perduró por al menos un minuto, no fue mucho tiempo, pero estaba por enloquecer, - ¿que se supone que son exactamente ustedes? -, pregunté con la meta de romper el silencio y tratar de conseguir respuestas. - ¿es que acaso a estas alturas no lo deduces?, ya has entrado en contacto con algunos de nosotros -, contestó el chico de forma irreverente pero calmada, - somos la antítesis de los celestiales -.

CELESTIAL: El encuentro de dos Mundos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora