CAPÍTULO 36

11 2 0
                                    

Los estudios realizados al núcleo arrojan resultados sorprendentes, hemos podido cuantificar diferentes elementos de la tabla periódica, pero otros aún no; su composición particular simplemente es impresionante, cada minuto en este lugar, estudiando el núcleo es alucinante, la sola idea de pensar en los posibles resultados de las investigaciones y sus aplicaciones emociona a todo el grupo de trabajo.

- Dr. Liliana Lodge, Bitácora -.


Mientras corría por el bosque, cortinas de humo gris se hacían cada vez más espesas, a cada paso estaba más cerca de lo que parecía ser un incendio y si me aproximaba lo suficiente seguramente me encontraría con los celestiales.

De la nada, una fuerte oleada de calor penetró el bosque, pero aun así no me detuve. Justo enfrente de mí una fuerte llamarada apareció consumiendo todo a su paso, afortunadamente pude reaccionar y aventarme hacia un costado y huir a rastras de la trayectoria del chorro de fuego.

Después de alejarme algunos metros, logré ponerme de pie y mirar atrás, todo el verdor del bosque se había convertido en un intenso naranja fulminante, producto del devastador fuego que consumía sin piedad los árboles, el calor infernal se propagaba con la más mínima corriente de aire y las llamas se extendían con velocidad a través de las hojas secas que tapizaban el suelo, toda esa destrucción no podía ser natural, debía ser obra de los infernales, lo que me aseguraba que debía estar cerca al lugar del conflicto.

Hui rápido del lugar antes de morir abrazada por el calor sofocante, pero sin perder mi destino, después de unos minutos conseguí escuchar quejidos y voces a lo lejos; al salir del bosque llegué hasta una planicie, que justo como el claro donde estaba el pozo de santa teresa, carecía de árboles, esta extensión de tierra finalizaba en un precipicio del cual se podía ver extensiones de bosque y en el horizonte, la monolítica construcción de la presa de la compañía energética.

Al mirar hacia arriba vi la escena sacada de una cita del libro sagrado, con gritos y golpes de armas de luz resonando por doquier. En el cielo, los seres de luz enviados por el creador combatían ferozmente contra los espíritus malignos que escaparon del infierno, mientras que yo permanecía expectante, oculta entre los arbustos a la expectativa de los acontecimientos.

(...)

Sara me había ganado mucho tiempo, desde el momento en que se adentró en el bosque, traté de mala gana incitar a Vianny para que me siguiera hacia un lugar seguro, pero la chica no me prestó atención y un instante después corrió también hacia el bosque justo en la dirección de mi amiga.

No parecía estar satisfecha con que la habíamos encontrado medio muerta en el fondo de un agujero, además de haber entregado información importante a los infernales, sino que también quería ponerse en peligro dirigiéndose hacia una batalla de otro mundo.

- ¡maldita infeliz!, ¡maldita infeliz! -, repetía una y otra vez en mi mente, al recordar como la chica había escapado de mí, - ¡yo debería estar acompañando a Sara! -, me decía a mí mismo mientras corría por el bosque, - ¡no ser el niñero de esta maldita! -; había comenzado a notar que el aire se hacía más sofocante y pesado, el olor a madera quemada se manifestaba con mayor intensidad.

En medio de mi carrera di una pisada en falso y caí apoyándome en las manos, después de un instante para reponerme alce la mirada y me puse de pie, el humo presente que se movía a través de las corrientes de aire anunciaba las primeras llamas del incendio forestal que se aproximaba hacia mí, - ¡INFELIZ! -, dijo alguien con una voz familiar desde arriba.

Al dirigir mi vista hacia la fuente del sonido distinguí entre las ramas como se enfrentaba Sarabi y Mefistófeles cada uno batiendo sus alas para mantenerse en vuelo, el infernal logró apartarse de su enemigo y exhalar una bocanada de fuego, el cual el celeste pudo esquivar, pero en consecuencia las llamas se precipitaron hacia la tierra en forma de una bola de fuego.

CELESTIAL: El encuentro de dos Mundos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora