Un silencioso y tierno adios.

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- ¿a dónde vamos?
A sonrió de oreja a oreja y contesto:
- sorpresa.
Sonreí. Me gustaban las sorpresas y supongo que el lo sabe.
- nuestra primera cita oficial.- comento el. Moví la cabeza positivamente. Mmm... Este silencio era un poco incómodo.
- cuéntame todo sobre ti.- dije.- bueno... lo que no puedas contar... esta bien que no lo cuentes.
A suspiro.
- no quieres saber nada sobre mi, créeme.
-¿tambien sabes leer la mente? Me sorprenden tus múltiples anualidades.- comente sarcásticamente.
A rodó los ojos y me pregunto:
-¿qué tal va la pata de York?
York, uno de mis caballos, se había lastimado una de sus patas en un salto en el que los dos salimos volando. Literalmente.
- bien, no paso a mayores. Pronto lo voy a poder montar.
A sonrió.
- ¿qué?
A se volvió rápidamente y me dedico una sonrisa fugaz, en sus ojos pude notar ese brillo peligroso de siempre, que se ablandaba cuando estaba conmigo. Pareciera que sus músculos se relajaran y su voz se suavizará. Tener ese efecto sobre el me hacia sentir bien, no tan vulnerable.
- me encanta la manera con la que te expresas cuando hablas de animales, como si fueran personas.
Sonreí.
- tengo la teoría de que en realidad esta mal tratar a los animales de una forma inferior a nosotros, digo, nosotros tuvimos que ser un animal en alguna etapa de la evolución.
Tal vez la voz de A invadió mi cabeza, como a veces sucedía.
- es bastante molesto que hagas eso, es como sí invadieras mi privacidad.
Una de las muchas y extrañas agilidades de A era el poder comunicarse a través de la mente. No se podía comunicar con todas las personas, sólo con las que tenía un lazo estrechó. Este vínculo entre nosotros se fue desarrollando poco a poco. Varias veces podía escuchar siervos pensamientos que en realidad el no quería que yo escuchara. Apenas estaba aprendiendo a controlar eso.
El resto del camino transcurrió en silencio. No era uno de esos silencios incómodos en los que no sabes que hacer o decir. Era más bien un silencio cómodo, no había nada que decir. Estar en su simple presencia me hacia sentir bien.
- llegamos.
Abrí los ojos, no me había dado cuenta de que me había dormido.
- ¿qué hora es? - me tallé los ojos y bostece.
- las once.
Habíamos estado cuatro horas en ese coche, más vale que la sorpresa valga la pena.
- te va a gustar.
A rodeo el coche y me abrió la puerta mientras llevaba a cabo un simplona reverencia. Yo reí y el tomo mi mano.
- cierra los ojos.- sentí su cálido aliento mientras me susurraba a la oreja. Coloco su mano en la curva de mi espalda, temblé.
- siempre te la pasas hablando de lo que quieres hacer en el futuro y que cosas quieres tener en el futuro, y con el poco tiempo pero maravilloso que hemos pasado juntos me di cuenta de que me gustaría ser paste de el.- el paro, el mismo tiempo que lo hizo mi respiración. No sabía que esperar- pero no te puedo prometer un futuro juntos, hacer eso sería poco realista. Pero quiero ayudarte a completar un pedazo de ese futuro que haz planeado tan minuciosamente, quiero que me recuerdes.
Su voz se quebró, y me pregunte por que. Tal vez la emoción me estaba haciendo alucinar.
- abre los ojos.
La luz me cegó y tuve unos cuantos segundos hasta que pude enfocar.
Se encontraba delante de mi, fuerte e imponente. El caballo más grande que aya visto e mi vida, pero con un cuerpo delgado con músculos definidos. Era hermoso.
Me acerque lentamente y levanté la mano, dude pero finalmente pude tocarlo. Era suave, su pelo era fino de un color dorado maravilloso. La cola y la crin eran de un color cobrizo como mi pelo, sólo que estas brillaban como sí fueran de metal.
- es hermoso- susurre.
Escuche como A se acercaba.
- se como amas a tus caballos y no pienso que el simple echo de que yo te de uno lo va a hacer especial, pero también me has comentado que...- respiro profundamente.- todos ellos fueron caballos que Viola eligió, caballos que confinaban con su personalidad. Yo quiero regalarte algo que combine con la tuya.
- nunca he visto un animal así... De maravilloso.
Mis ojos se empañaron.
- es un caballo sin nombre, habitan cerca de los portales. Es muy difícil atraparlos.
- ¿y tu lo atrapaste?- comente.
- no, lo compre en el mercado negro.- alce una ceja.
El caballo relincho. ¿Como una criatura tan perfecta podía ser mía?
- pudo haber sido cualquiera, pero escogí el que más se pareciera a ti. Su pelo fue lo que me atrajo más, se parece al tuyo. Es de carácter fuerte pero en las manos adecuadas es dócil... También puede llegar a ser terco. Es joven, tiene unos 2 años y medio.
Mg volví repentinamente y único mi boca con la suya. Nunca había amado a nadie tanto, nunca...

Regrese a casa tarde, muy tarde. Habíamos reído, comido e incluso había montado. A me dijo el encontraría el lugar perfecto en donde pudiera tenerlo.
No fue hasta el día siguiente cuando toda su conducta, y sus despedidas cobraron sentido. Fue una mañana como todas las otras. Había un pedaso de papel delicadamente doblado en la ventana. Lo tomé y reconocí la letra de A.
Y fue cuando me di cuenta de que el se había ido. Decía que pronto iniciaría una guerra y que tenía que hacer algo para protegerme. Que tenía que confiar en el.
No espere más de un minuto, llame a la única persona que me podía ayudar a encontrarlo. No podía dejarlo solo. Así qué tome el teléfono y le marqué a Emma. Mientras esperaba rece para que quisiera ayudarme. Para qué quisieran ayudar a A.

Good DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora