De historia teníamos que hacer un ensayo sobre Harald cabellera hermosa, lo se, un nombre muy femenino para un hombre
Al parecer Harald fue el primer rey de Noruega y a través de conquistas, logró unificar un conjunto te pequeños reinos rivales.
Después de esa primera oración mi mente quedo en blanco y comencé a considerar seriamente copiar todo de Wikipedia, pero luego recordé que mr. Lee es demasiado minucioso mientras revisa trabajos y que sí tiene alguna duda no pensara dos veces la posibilidad de buscar la información por internet y darme una sanción por "plagio".
Suspire y decidí ir por algo de comer. Si, siempre que comía me inspiraba. Comencé a pensar en unas fresas con crema y azúcar y comencé a salivar.
Baje las escaleras perezosamente y, una vez en la cocina, comencé a escánear el refrigerador.
No había fresas.
Me sentí decepcionada, me tendría que quedar con el antojo. A menos de que...
Podría ir al supermercado que se encuentra a unas cuadras de aquí. La verdad es que prefería caminar y soportar el dolor de la pierna en vez de quedarme con el antojo.
Usualmente me pongo muy irritable cuando quiero comer algo que no ahí. Así qué era mejor prevenir que mi mal humor hiciera presciencia.
- ¡mamá, voy al supermercado! ¿Quieres que te traiga algo?- le grite a mi madre. Estaba en el segundo piso velando el sueño de viola. Resulta que el cáncer se expandía bastante rápido y su tiempo de vida se acortaba más y más. Después de esa noticia todos estábamos bastante aletargado y mi madre no se separaba de Viola, ni aún que se estuviera haciendo del baño.
Espere unos cinco minutos y como no recibí respuesta decidí traer lo que me cupiera en las manos.
Hacia frío hacia que cogí la chaqueta de mi madre y me dirigí al supermercado de la única manera que tenía, a pie.
Mi madre siempre se preocupaba donde estaba y cuanto iban a durar mis salidas, sea donde sea. Probablemente ella me hubiera llevado hoy, si no estuviera tan preocupada por Viola. Al principio de su enfermedad todos sabíamos que iba morir a causa de ella, pero de todas maneras seguíamos teniendo una chispa de esperanza de que un milagro ocurriría y ella se curaría. La veríamos ir a la universidad, enamorarse, casarse y tener hijos. Tendría una vida plena y feliz, esa llama se fue extinguiendo conforme su enfermedad fue empeorando. Y un futuro sin ella sería la realidad.
Hablábamos con ella sobré la muerte frecuentemente y ella nos contaba sus miedo sobre ello. Tenía miedo de dejar de existir, de dejarnos solos y tristes sin ella.
Yo la amaba, la amaba más que a mi misma y un futuro sin ella destrozaba mi corazón. Cada vez que pensaba en estar sin ella, deseaba dejar de existir y desaparecer con Viola. Así ella no tendría que estar sola.
Esquive unos cuantos charco y crucé la calle. Estaba lloviendo a cántaros y di gracias a que lo único que me separaba del supermercado eran unos cuantos pasos.
Recorrí los pasillos y cogí varias cosas como: fresas, crema, un brownie que se veía delicioso y también algunas cosas para sobrevivir la semana.
Una vez que me cobraron tome las bolsas (que eran bastante pesadas) y me dirigí a la tormenta.
No tuve que cargarlas mucho tiempo, ya que un extraño se acercó y me pregunto si necesitaba ayuda.
Se me hizo raro que alguien, en medio de una tormenta, parara a ayudarme y me puso nerviosa. Hasta qué me di cuenta de quién se trataba. Se me hizo curioso que hiciera acto de presencia justo en el momento en que lo necesitaba y me pregunte si no me estaría siguiendo. Esos pensamientos llegaron y se fueron en segundos y comencé a sentir la necesidad de estar junto a el, de escucharlo hablar.
- creo que deberías contestar rápido, no es muy divertido estar bajo la lluvia y menos cuando hay un viento helado.- esta vez su vos era como una caricia, no tenía la brusquedad que la identificaba. Tal vez fue por eso que no lo reconocí.
Salí de mi ensoñamiento y conteste:
- ah... Si. Claro.- me sonroje por algún extraño motivo y decidí ponerme el gorro de la chaqueta para que no lo notara.
El tomo unas cinco bolsas y yo cargué con las dos restantes.
Después de unos minutos en silencio, él decidió romper el hielo e iniciar una conversación.
- ¿cómo te llamas?- mientras articulaba la pregunta, me di cuenta que me observaba de reojo. Sus ojos celestes brillaban como sí el sol estuviera apuntando directo hacia ellos. Me estaba analizando, lo cual me hizo sentir incómoda.
- Sue.- trate d que mi voz soñara indiferente al preguntarle lo siguiente, pero la verdad es que quería saber cual era el nombre de ese chico.- ¿tu, como te llamas?
De un momento a otro el paro en seco y yo lo imite. Se coloco frente a mi y me di cuenta de que al menos me sacaba cabeza y media, le llegaba un poco abajo del hombro. Me miró directamente a los ojos y sentí que un escalofrío bajaba por mi columna.
Su vos se enronqueció a tal grado, que cuando hablo parecía un gruñido.
- Aimer.- sus pupilas se dilataron mientras hablaba- pero tu puedes decirme A.
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Good Demons
Teen FictionSue es una chica normal con una familia no tan normal. Ella espera que todo cambie para bien y su vida sea fantástica. Hasta qué él llega, y lo cambia todo. Su mundo se voltea patas arriba y se ve involucrada en una lucha contra el bien y el mal. ¿Q...