Sedantes

1K 21 0
                                    

Hoy era jueves, alrededor de las cinco de la tarde. Había pasado todo el día en mi cuarto comiendo fresas con chocolate y viendo caricaturas infantiles. En este momento veía Bob esponja y me reía como una niña pequeña después de un comentario sarcástico de calamardo.

Cuando tenía unos diez años me había enterado, por medio de karla, que Bob Esponja iba a ser una caricatura para adultos y que Patricio y Bob eran pareja. Quede totalmente horrorizada con la idea de dos chicos saliendo, pero vamos, era apenas una cría.

En ese momento me di cuenta de lo irónico de la situación. ¡Vamos! Debería de estar súper divertida encerrada en mi cuarto y pensando babosadas, también podían star entusiasmada ante la idea de no tener que moverme de la cama y no tener que mover un dedo si deseaba algo. Excepto ir al baño. No dejaría que nadie me ayudara con eso.

El pie me dolía muy poco, incluso trate de convencer a mi madre que me dejara ir a clase de equitación, pero se negó rotundamente.

Okay, si. A veces soy un poco terca, cuando una idea se planta en mi cerebro no puedo dejar de pensar en ello hasta que lo hago. Sea lo que sea. Aunque usualmente lo que se me ocurría eran cosas tontas e infantiles, como cuando patee a un chico en la entrepierna solo por que quería saber como se sentía hacer eso. Quiero admitir que hacer eso fue liberador, y divertido. Claro que no fue tan divertido cuando mis papas tuvieron que pagar el hospital al chico, que calló desmayado ya que, supongo, lo hice demasiado fuerte. Y me tuve que enfrentar a que una posible consecuencias fue dejar estéril a aquel chico. Supongo que aquello fue más bien un impulso.

Un lado bueno de eso fue que ningún chico o chica se volvió a meter conmigo e incluso gane un par de amigos. Oh y no ahí que olvidar mi bien merecido apodo "rompe huevos".

Un nuevo episodio de Bob Esponja estaba iniciando y cante la melodía del principio con entusiasmo y de pronto me sentí como una niña pequeña.

Decidí culpar a los sedantes por mi extraña actitud y mi falta de dolor, bueno eso último era bueno. Decidí que esa pastilla me gustaba, si me gustaba mucho.

Comencé a dormitar después de unos tres episodios de Bob Esponja. Después caí rendida ante el glorioso mundo de los sueños.

Desperté después de un par de horas. Los efectos de los sedantes ya habían pasado y sentía un dolor punzante en el tobillos. La televisión seguía prendida y pasaba un episodio de El Príncipe De Bel air.

Me estire hasta coger el control remoto para apagar la televisión y decidí levantarme ha hacer cualquier cosa que no fuera estar tirada en la cama.

Me desperece como un gato y me dirigí cojeando hasta el armario, de donde cogí una piyama limpia. Era tarde, bastante tarde y estaba segura que los demás ya habían cenado y que Viola se encontraba acurrucada en su cama leyendo o durmiendo.

A pesar de que la hora de cenar ya había pasado me encontraba totalmente llena de haber tragado como obesa toda la tarde.

Me encerré en el baño y abrí el grifo de agua caliente. En lo que me desvestía no pude contener la tentación de observarme en el espejo de cuerpo completo que se encontraba colgando de la puerta del baño.

Me observe detenidamente, desde las pecas que salpicaban mi pálida piel, hasta mi cabello pelirrojo que colgaba despeinado hasta la altura de media espalda. Necesitaba un corte de cabello, el mío era demasiado soso y normal. Pero con el pelo naranja ya llamaba demasiado la atención.

Mi cuerpo es menudo y pequeño pero, tiene sus defectos. Mis piernas son demasiado delgadas y hacen que parezca que mi torso en ancho. Mi cuello es largó pero está completamente salpicado de pecas al igual que mi cara.

Mis ojos resaltaban por su tamaño. Eran grandes y de un color gris fantasmal, que muchas veces hacia que mis ojos carecieran de viveza.

Muchas chicas envidian mi "exótica" belleza, pero lo único que yo siempre he querido es ser una más. No me gusta destacar ni que la gente se fije en mi. Desde pequeña yo soñaba con despertar y darme la agradable sorpresa de tener un sedoso y hermoso cabello negro y también deseaba ser morenita.

Cada vez que iba a la playa y trataba de broncearme, acababa pareciendo una fresa viviente. Desventajas de ser blanca.

Termine de desvestirme y deje que el agua acariciara mi cuerpo y me hiciera sentir más fresca. Me restregué el cuerpo con una esponja y observe como caía la suciedad y era tragada por la coladera.

Y seguí aquel ritual hasta quedar totalmente limpia.

No me había bañado desde el día que fui a parar al hospital y me sentía desagradablemente sucia.

Terminada la ducha me envolví en mi cómoda bata de baño y cojee hasta la tapa del valer donde me deje caer bruscamente.

Mis pensamientos empezaron a bagar donde últimamente lo hacían.

Aquel chico.

Se me aceleraba el pulso de tan sólo pensar en el. Era guapo, muy guapo. Podría ser el rey de los modelos de Abercrombie.

El podría ser la fantasía húmeda de cualquier chica y tan sólo pensar que menudo chico iría a la misma escuela que yo me hacia sentir halagada,

Ni siquiera conocía a ese chico y lo defendería sí alguien tratara de ofenderlo o criticarlo.

Okay, ese chico traía a mis hormonas totalmente descontroladas. Me hacia sentir fuera de mi, me hacia desear ser bella y poder competir por el.

Estaba perdida, el último año de secundaria sería un martirio cuando tuviera que contemplar su ligues. Esperemos que sea un imbécil para poder odiralo, dudo que sea posible.

Good DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora